Campanas. “¡Cristo ha Resucitado, Aleluya!” Él ha salido glorioso del sepulcro para no morir nunca más. ¡Está vivo y es nuestra esperanza! Queridos hermanos y hermanas, hoy celebramos la fiesta más solemne de la Iglesia, la fiesta de la vida y de la alegría porque Cristo ha vencido a la muerte.
Desde la Catedral este sábado santo, el Arzobispo de Santa Cruz, Mons. René Leigue pidió dejar de lado todos nuestros rencores, todas nuestras ansias de venganza, todo nuestro odio hacia el otro, todo aquello que no nos deja mirar la cara al otro. Dejemos de lado todo eso, y tengamos esa experiencia de ese Dios que nos quiere, que nos ama y que no hace diferencia entre nosotros, Él resucitó para darnos vida y vida en abundancia, dijo.
Al inicio de la vigilia y desde fuera de la Catedral, el Prelado Cruceño bendijo el fuego que le dio luz al Cirio Pascual (luz de Cristo) y con esa luz entró en la Catedral a oscuras que fue iluminándose con la luz que, del cirio Pascual, tomaban las velas de los fieles.
Concelebraron la celebración; el P. Hugo Ara, Vicario de Comunicación y Rector de la Catedral y el P. Osvaldo Peña, Capellán de Palmasola.
Sábado Santo celebramos la Vigilia Pascual, que recuerda el triunfo de Cristo ante la muerte, pues resucitó y salió glorioso del Santo Sepulcro. Así Cristo celebra una Pascua Nueva, es decir, el paso de la muerte a la Vida Eterna.
Es la noche alegre y dichosa en que Cristo venció a la muerte. Debemos recordar que debido a que los judíos no podían trabajar el sábado porque para ellos era día de descanso, las mujeres tuvieron que esperar hasta las primeras horas del domingo para acudir a embalsamar el cuerpo de Jesús.
En la celebración de la Vigilia Pascual en Sábado Santo se proclaman siete lecturas del Antiguo Testamento que tienen finalidad de que todos los cristianos recordemos que Dios cumplió todas sus promesas y las seguirá cumpliendo.
Los símbolos de la Vigilia Pascual
Además de las lecturas, la celebración está llena de signos, aquí te los explicamos uno a uno:
El Fuego Nuevo
El primer signo es la Bendición del Fuego Nuevo, con el que se enciende el Cirio Pascual, que es signo de Cristo resucitado que vence la oscuridad del pecado y la muerte. El cirio que se enciende esta noche se llama “cirio pascual” y se tendrá que encender también durante todo el año en las celebraciones del Bautismo, para indicar que el bautizado está iluminado por Cristo, y también en las misas de difuntos para recordar que para ellos brilla la luz eterna.
El Pregón Pascual
El segundo signo es de la Vigilia Pascual es el Pregón Pascual como se nombra a un hermoso canto con el que se anuncia solemnemente la Resurrección de Cristo. Este pregón lo canta el sacerdote o un diácono cuando ya todos tienen su cirio encendido.
La Bendición del Agua
Hay que recordar que en la antigüedad sólo había un día para los bautismos, ese era el día de la resurrección de Cristo. Se bautizaba en ese día porque así se comprendía mejor que quien se bautiza se une a Cristo muerto y resucitado. Quien se bautiza no morirá para siempre, sino que resucitará por el poder de Cristo.
Por esa razón se quedó la costumbre de bendecir el agua y se le llama “agua de gloria” porque Cristo abrió la gloria el día de la Pascua. Si en la celebración hay bautismos se hace con esa agua, pero si no hay, entonces se rocía con el agua a todas las personas para que recuerden su Bautismo.
Antes de rociarlos se les pide que renueven las promesas de su bautismo y vuelvan a renunciar al mal.
La pila bautismal
El agua de la pila bautismal se bendice con un gesto muy significativo: se introduce en ella el cirio, para significar que Cristo la penetra y la fecunda para que dé abundantes hijos de Dios.
Homilía del Arzobispo de Santa Cruz, Mons. René Leigue, en la Vigilia Pascual
Esta noche en las lecturas, hemos hecho un repaso desde la creación hasta llegar a la resurrección, pasando por el Éxodo y sigue la esclavitud de Jerusalén, y esto es parte de la historia de la Iglesia, que nos hace llegar a este momento, para comprender que significa para nosotros este momento y qué deberíamos hacer de aquí en adelante. La frase “No teman”, el Señor nos dice, que no tenemos que tener miedo, porque él ha vencido a la muerte, y si el vence a la muerte, entonces, no hay que tener miedo, porque el venció a la muerte para darnos vida y la vida para nosotros es fundamental.
Hemos tenido un recorrido de la cuaresma, cuarenta días, desde el inicio de la cuaresma, el Señor nos ha dicho que teníamos que hacer. Hemos estado esta Semana Santa intensa, la hemos vivido intensamente en oración, reflexión y porque no en conversión, y llegamos a este momento decisivo de este camino que hemos hecho. Si el Señor resucitó, alegría para nosotros, porque también nosotros resucitar con Jesús, resucitar significa, dejar de lado todo aquello que nos impide caminar, que nos impide seguir al Señor, que nos impide verlo a él, como nuestro salvador, que nos impide ver a la persona como creación de Dios, resucitar significa salir del encierro, sacaron la piedra de la tumba de Jesús, y él sale con vida, también nosotros saquemos esa piedra que nos impide caminar, nos impide dar un paso más allá, nos impide dar ese paso de conversión que tanto necesitamos, eso significa la resurrección, y eso yo espero de ustedes, que no se queden solo con este tiempo de reflexión y de intenciones buenas, para cambiar.
Yo espero mucho más de ustedes, espero que den este paso, y Jesús nos dice, ¡No tengan miedo en dar el siguiente paso! Pascua significa paso de la muerte a la vida, eso es lo que tenemos que hacer, dar ese paso importante en nuestra vida, que lindo, si de aquí en adelante damos ese paso tan gigante, como Jesús nos enseña, a no tener miedo a dejar cosas que nos impiden seguir al Señor.
No nos quedemos con lamentos, propongamos algo, en nuestra vida personal, en nuestra familia, en esta sociedad donde vivimos, como personas de fe, muchos esperan que propongamos algo como personas que creemos en Dios, demostrémoslo, no es para vivirlo solo dentro del templo, sino es para vivirlo allá afuera, en el trabajo, en la familia, donde ustedes se encuentren demuestren que han resucitado, y que hemos vivido esta fiesta como Dios espera de nosotros, con alegría, y de aquí en adelante levantemos la cabeza, miremos hacia el futuro, no nos quedemos con lamentos, con pesares, sino busquemos como ir adelante, eso es lo que el Señor nos dice.
Cuando Jesús se encuentra con las mujeres les dice, vayan a comunicarle a mis discípulos que yo los encontraré en Galilea, porque será que el Señor les dijo que los encontraría en otro lado, porque parece que en Galilea el empezó y allí empezó su misión, y él nuevamente regresa ahí, para empezar de nuevo, para dar impulso a eso que él se propuso, o a esa misión que él vino, quería encontrarse con sus discípulos ahí, y eso nos dice también a nosotros, que volvamos a ese momento cuando lo encontramos a Señor y pensemos como fue mi encuentro con él.
Se dice que el primer amor, es el mejor de todos, ese primer amor que tuvimos con el Señor, porque no recordarlo, porque no tener un momento de ese recorrido, de ese encuentro con él, y de ahí en adelante decir, Señor, si yo me comprometí a ser mejor, hoy retomo mi camino, porque no, el Señor nos da esa oportunidad, es por eso que hoy tenemos que tener alegría por la resurrección de nuestro Señor. Les invito a que de verdad tengamos esa experiencia nueva, de ese encuentro con el Señor, dejando de lado todas nuestras dificultades, todos nuestros rencores, todas nuestras ansias de venganza, todo nuestro odio hacia el otro, todo aquello que no nos deja mirar la cara al otro, dejemos de lado todo eso, y tengamos esa experiencia de ese Dios que nos quiere, que nos ama y que no hace diferencia entre nosotros y el resucita para darnos vida a todos. Empecemos de nuevo y con esa confianza en Dios, el resucitado que quiere vida y vida en abundancia, que así sea.