Iglesia Viva. Juan Carlos Velásquez, Secretario ejecutivo del área de Pastoral Social Caritas de la CEB, propuso el discernimiento evangélico de los signos de los tiempos en el Encuentro Nacional de Vicarios Pastorales que se desarrolla del 13 al 15 de octubre en la casa de retiros “Cardenal Clemente Maurer” en la ciudad de Cochabamba.
Dentro de las contradicciones, Velásquez hablo de los pilares fundamentales que se denomina el “proceso de cambio” en el paradigma de “vivir bien”, “que realmente es la negación fáctica de los derechos de la Madre Tierra, con medidas públicas y normas que realmente amenazan la casa común”, aseguró.
Asimismo Velásquez puso como ejemplos: el Decreto 2366 que habilita la exploración y posterior explotación en parques nacionales, más allá del discurso de los derechos de la Madre Tierra y la creación de Plantas Nucleares, que no garantiza la seguridad en Bolivia, al mismo pidió buscar otras alternativas que puedan favorecer las fuentes de energía.
“En el plano social el pobre sigue siendo sujeto de limosna y no de justicia”, expresó el Secretario de pastoral social y destacó que “si bien se reconoce que los bonos dan un impacto social positivo e inmediato, no resuelve estructuralmente el problema de la pobreza”.
En la dimensión política, Velásquez resaltó “las expresiones antidemocráticas que ya podían rayar en una expresión autoritaria, cuando características como: el culto de la personalidad, la concentración de todos los órganos de poder, la ideologización de la educación y los medios de comunicación social. En un Estado cada vez más corporativo desde el punto de vista de movimientos sociales en Bolivia asumidos como instrumentos políticos de soberanía, para ser en grados distintos funcionales al Gobierno y un Estado de “terror” con expresiones de persecución judicial de la oposición, o aplastamiento del disenso, aun viniendo de movimientos indígenas originarios campesinos, nos muestran con preocupación características de un Estado totalitario”, dijo.
Como respuesta de la Iglesia ante esta realidad Juan Carlos, mencionó como fundamental la formación en la conciencia social para que las personas puedan ejercer sus derechos y sus deberes en el marco de una ciudadanía responsable, consiente y libre. La incidencia frente a pobreza en la caridad asistencial, promocional y liberadora. La formación en valores con metodologías adecuadas que hagan sentir la referencia de la Iglesia como baluarte moral que todavía pueda llevar a los jóvenes y a los niños a una ética humana y cristiana en una época de relativismo moral y secularismo creciente.
“La Iglesia desde esa perspectiva de misión permanente, desde esa perspectiva de Iglesia en salida pueda lograr, como dirían los salesianos, que no solo haya buenos cristianos, sino también ciudadanos responsables y honestos capaces de llevar a una sociedad y a un Estado a esos valores humanos y cristianos que todos estamos buscando desde la Evangelización”, concluyó.