Campanas. Hoy la Iglesia Católicas celebra la fiesta de San Juan María Vianey, más conocido como el Santo Cura de Ars. En una misiva el Arzobispo de Santa Cruz, Mons. Sergio Gualberti invita a los Sacerdotes de la Arquidiócesis seguir el ejemplo del Santo Cura de Ars, una figura de Sacerdote que atraía por su sencillez, profundidad de vida y entrega a los demás, especialmente a los más pobres.
Todo un ejemplo para nosotros que debemos mirar y contemplar la vocación que hemos recibido del Señor no como privilegio personal, sino como servicio para los demás. Ciertamente tenemos que reconocer que nuestra vida sacerdotal es un don maravilloso que Dios ha tenido para con cada uno, regalo no merecido y por tanto regalo para los demás, dice el prelado.
Misiva completa
Mis queridos amigos y hermanos sacerdote, en el Sacerdocio de Cristo:
La Iglesia nos invita a celebrar hoy la fiesta de San Juan María Vianey, más conocido como el Santo Cura de Ars. Una figura de Sacerdote que atrae por su sencillez, profundidad de vida y entrega a los demás, especialmente a los más pobres. A la vez, por un estilo de vivir su ministerio en una pequeña y marginal aldea de campo que cautivaba y atraía a la gente desde los rincones más alejados de Francia, en busca de una palabra de aliento y de perdón. Tal es así, que nos cuenta la historia, que se pasaba horas y horas confesando y aconsejando a las personas de diferentes clases y condición y que no tenía tiempo ni para comer.
Todo un ejemplo para nosotros que debemos mirar y contemplar la vocación que hemos recibido del Señor no como privilegio personal, sino como servicio para los demás. Ciertamente tenemos que reconocer que nuestra vida sacerdotal es un don maravilloso que Dios ha tenido para con cada uno, regalo no merecido y por tanto regalo para los demás.
El mismo Santo Cura de Ars solía decir que “el Sacerdote es el don más grande que puede hacer Dios a una comunidad parroquial” y lo decía desde la propia experiencia, dado que el veía la necesidad de tanta personas que se sentían solas y necesitaban de un padre que los acogiera, un hermano que los acompañara y un guía que orientara hacia los caminos que nos propone el Señor Jesús.
Un sacerdote que la Iglesia nos propone para ser testigos del proyecto de Jesús: el Reino de vida, justicia, amor y Paz.
Felicidades mis queridos hermanos y a recorrer los caminos de quienes nos han precedido en el ministerio del Señor.
Mons. Sergio Alfredo Gualberti Calandrina
Arzobispo de Santa Cruz