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jueves 1 junio 2023
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Arzobispo: “Seamos humildes y dejemos de lado el orgullo, la soberbia y todo aquello que nos impide vivir como hermanos”

Campanas. Seamos humildad y dejemos de lado el orgullo, la soberbia y todo aquello que nos impide vivir como hermanos, pidió desde la Catedral, el Arzobispo de Santa Cruz, S.E.R. Mons. René Leigue Cesarí, hoy domingo 28 de agosto.

“Cuanto más grande seas, más humilde debes ser, y así obtendrás el favor de Dios”

Que importante es ser humilde, y la humildad muchas veces la confundimos con aquellas personas de la calle, la persona que no está arreglada, una persona que siempre hace lo que se le dice sin decir nada. Una persona humilde es aquella que a pesar de las dificultades y los problemas que tiene y a pesar de que tantas veces es rechazada por su personalidad, a pesar de todo eso no guarda rencor.

Una persona humilde siempre está mirando en el otro, que es una persona que se equivocó, pero también tiene derecho nuevamente a levantarse de su equivocación, a reconocer sus errores, siempre una persona humilde está mirando en eso, si una persona tiene una oportunidad, y si se equivocó, todos somos humanos, pero espera que esa persona empiece de nuevo.

Una autoridad está para servir a todos y NO para atropellar a las personas que piensan diferente

“Cuanto más grande seas, es decir cuanta más autoridad tengas más humilde debes ser”, y esto lo tenemos que tener claro nosotros, porque una autoridad ¿para qué está? Está para servir, y para servir a todos, no solamente a unos cuantos. Una autoridad está para escuchar a todos, no solo para aquellos que lo pusieron en ese lugar, y de eso muchas veces estamos equivocando el camino, o muchas autoridades equivocan el camino, piensan que el estar en ese lugar donde están, es para hacer y deshacer con las personas, para atropellar a todos, se equivocan, y es por eso que muchas veces pierden la autoridad y el respeto de las personas. Nosotros tenemos que ser conscientes de eso, donde sea y cualquier responsabilidad que tengamos, estamos para servir, eso también no los ha dicho Jesús: “Yo he venido para servir y no para ser servido”.

El Señor nos pide ser humildes y no personas orgullosas que quieren estar por encima de todos

El Señor dice: “hay que ser humildes en todo sentido”, hay que tener en cuenta a la otra persona, no rechazarla, no piensa igual que yo, no es motivo de rechazo, no dice las cosas que Yo quiero escuchar, no es motivo que yo no pueda hablar con ella. Todos tenemos que pensar, porque de una u otra manera tenemos responsabilidad, cada uno donde está, entonces hoy el Señor nos dice: “sean humildes, sean sencillos, sean personas acogedoras, sean personas que estén siempre abiertas al diálogo, no se encierren en sí mismo”, lo contrario de la humildad es el orgullo, y la persona orgullosa, siempre va querer estar por encima de todos y siempre va pensar ser el mejor, o la mejor persona.

Cuando invites a un banquete, invita a los pobres, a los lisiados a los paralíticos, a los ciegos y a todas las personas de las que nadie se acuerda de ellos.

La otra parte que nos habla hoy pues en el Evangelio, es sobre los pobres. ¿Qué dice el evangelio? Si te invitan a un banquete, no busquen los primeros puestos porque puede ser que alguien más importante puede pasar ese lugar a donde estás y tu quedas mal, pero la otra parte es al contario: Cuando invites a una cena o algún banquete, ¿a quiénes tienes que invitar? O ¿qué es lo que hacemos nosotros? Por ejemplo, cuando se prepara una cena ¿a quién se invita? a los conocidos. O como dice el evangelio a alguien que sabe que en el futuro te puede invitar también a ti, a esa persona les invitan, sin embargo, la propuesta que hace Jesús aquí bien lo dice: Cuando invites a una cena o a cualquier comida que sea, incluso nos dice, no invites ni a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a tus vecinos ricos. O sea que ellos también algún momento te van a invitar a ti, por lo tanto -dice Jesús- cuando invites a un banquete, invita a los pobres, a los lisiados a los paralíticos, a los ciegos y a todas las personas de las que nadie se acuerda de ellos.

invitemos a estas personas desechadas o descartables como dice el Papa, que nadie los tiene en cuenta, feliz de ti serás cuando hagas eso porque ellos no tienen cómo retribuirte y así tendrás tu recompensa en la resurrección de los justos.

La Iglesia siempre ha luchado por los pobres y lo seguirá haciendo

El señor siempre nos está hablando de los pobres, de aquellas personas que no tienen quién se acuerde de ellos, especialmente las personas de la calle y la Iglesia siempre ha luchado por ellos y siempre lo va a seguir haciendo, porque es algo que el señor nos da ese mandato, hagan, trabajen por ellos, trabajen por los pobres, la Iglesia eso es lo que hace prueba de eso es que tantas personas de buena voluntad que creen en Dios y que tienen la posibilidad de hacerlo, están con ellos.

La Iglesia con sus hogares trabaja en bien de los ancianos, niños y niñas de la calle

También de parte de la Iglesia tenemos los asilos de ancianos por ejemplo que tantas personas mayores que han sido abandonados por sus hijos, entonces la Iglesia se hace cargo de ellos, tantos niños de la calle, muchos abandonados, muchos metidos en la droga, en cualquier otro vicio, la Iglesia se ha hecho cargo de ellos. Entonces es un mandato que nos da el Señor, por lo tanto, nosotros como personas creyentes también estamos llamados a eso.

Muchos se aprovechan de los pobres y los utilizan como escaleras para llegar al poder y a la hora de la verdad no les llega nada

Es un gran error pensar de aprovecharnos de ellos como muchos lo hacen, hablan de los pobres, pero no para servirlos, no para ayudarlos, no para sacarlos de la pobreza en muchos casos, sino para aprovecharse de ellos, ¿qué triste no? Qué triste que hay personas que se aprovechan de los pobres, muchas veces los utilizan como escaleras a ellos, tantas cosas les ofrecen y a la hora de la verdad, no les llega nada.  Pero sí, los pobres con esa necesidad que tienen y que han creído en la palabra de esa persona que le ha ofrecido tantas cosas, le han apoyado y después les han dado la espalda.

 Como personas de fe que creemos en Dios, no tenemos que sentirnos más que los demás

Qué triste esto pero es una realidad, es una realidad que vemos en nuestra sociedad, nosotros como personas de fe como personas que creemos en Dios no tenemos que caer en eso, no tenemos que sentirnos más que los demás porque todos somos personas, todos somos humanos, quizá la diferencia está en que uno ha tenido la oportunidad de tener un estudio, ha tenido la posibilidad de hacerlo, otros no, pero eso no significa de que porque tengo un estudio, porque tengo un título me voy a sentir por encima de los demás.

Luchemos por  la unidad y la paz y para conseguir esto  tenemos que ser sinceros con nosotros mismos y con los demás

Que el Señor nos acompañe, nos de esa fortaleza para poder ser así y de esa manera tengamos también una sociedad en la cual todos nos podamos mirar la cara, siempre con una sonrisa, a lo mejor no para mirarnos mal. Si hay paz hay unidad, si uno reconoce su orgullo y vuelve a esto que nos dice el Señor: ser humilde, seremos felices y creo que todos eso lo queremos nosotros, ser felices en esta vida y para ser felices hay que estar bien con todos.

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Graciela Arandia de Hidalgo



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