“Con María vivamos la Misericordia y la Unidad en la Familia”. Una gran multitud de feligreses se dio cita en la Catedral, la noche del sábado 28 de noviembre a las 19:00 horas, para despedir a la Patrona del Oriente Boliviana, que llegó a Santa Cruz el viernes 27 para invitar a los Cruceños a participar de su fiesta el 08 y 14 de diciembre.
La misa de despedida de la Mamita de Cotoca, fue presidida por el Arzobispo de Santa Cruz, Mons. Sergio Gualberti y concelebrada por el P. Juan Carlos Huaygua, Párroco de la Purísima Concepción de Cotoca y el P. Hugo Ara, Rector de la Catedral.
Durante su Homilía Mons. Sergio centró su mensaje en la familia, el perdón y el inicio del Jubileo Extraordinario de la Misericordia. El Arzobispo destacó que justamente el 8 de diciembre, Fiesta de la Inmaculada, el Papa Francisco abrirá la Puerta Santa en la Basílica de San Pedro, dando inicio así al año de la Misericordia.
El Perdón. Monseñor Gualberti afirmó que Dios no ama y destacó una frase hermosa que no quisiera que olvidemos ninguno de nosotros: “Dios no se cansa de perdonarnos”, somos nosotros los que nos cansamos de pedir perdón, ojalá que nunca nos cansemos de pedir perdón y recuerden que no hay pecado que Dios no pueda perdonar, si nosotros estamos dispuestos a ser perdonados.

Misericordia en la Familia. Una frase hermosa del Papa Francisco: “El Misterio de la Fe cristiana”, encuentra su síntesis en la palabra Misericordia, palabra que se ha vuelto viva, que se ha vuelto carne visible y ha enraizado su culmen en Jesús que es el rostro visible del Padre vivo en Misericordia. Nosotros estamos llamados con Jesucristo a ser misericordiosos como el Padre es Misericordioso, para que así demos testimonio de nuestra vida a los demás, comenzando por nuestra familia para que se viva con alegría el perdón y la reconciliación. Este año también hemos vivido el Sínodo de la Familia a través de nuestros Pastores que han participado y hoy lamentablemente las familias están sufriendo mucho por la incomprensión, la falta de perdón y todo esto lleva a la separación, divorcios con grandes consecuencias para los mismos esposos y peor aún para los hijos. Hoy vemos muchas familias marcadas por el dolor y estoy seguro que si entre esposos, entre padres e hijos estuvieran dispuestos a perdonar y a pedir perdón, no hubiera tantos hogares divididos y destruidos, esto es Misericordia, si nosotros la hemos recibido de Dios porque no la practicamos con los demás.
La Familia la primera educadora de la fe. El prelado afirmó que si en una familia se vive la misericordia, nos sentimos amados y aceptados por lo que somos, y aprendemos a amar y respetar a los demás para crecer como personas, como cristianos y como hermanos. Solo la familia que vive la Misericordia puede vivir su rol fundamental de formadora de personas, formadora de fe, una familia formadora de personas porque la familia es la primera escuela que da una formación integral, es la primera escuela de humanización, la que da una formación integral a los hijos. Es la familia la que forma la convivencia pacífica sobre la base del respeto, el amor, la confianza, la comprensión, el diálogo, es la familia la que capacita el perdón, es la familia también educadora y constructora de la fe.
Crisis vocacionales reflejo de la desunión de la familia. Así mismo Monseñor Sergio enfatizó que hoy se vive en Bolivia una crisis de vocaciones a la vida religiosa y sacerdotal, y esto es el reflejo claro de la crisis que atraviesan las familias hoy en día. Si la familia no está unida no pueden nacer vocaciones, es en la familia donde los hijos aprenden a conocer a Dios, aprenden que significa ser bautizados y ser cristianos, y es la familia también la que debe promover los valores sociales de responsabilidad y solidaridad.

El Arzobispo de Santa Cruz dijo estar convencido que la debilidad de nuestra sociedad es porque nuestras familias son débiles, si en la familia no se viven los valores tampoco se los puede vivir en la sociedad y a esto se debe tanta violencia, tanta corrupción, tantos enfrentamientos, esa incapacidad de dialogar en nuestro País. La familia que vive la Misericordia hace que la persona salga de su individualismo y aprenda compartir con los demás. La familia que vive la Misericordia experimenta el amor verdadero, el perdón y experimenta la belleza de vivir unidos, que cosa más bonita que vivir juntos y esa familia se vuelve evangelio, buena noticia para toda la sociedad.
Que nuestras familias con María anuncien el testimonio del Evangelio, y pidamos a María por tantas familias divididas y en crisis para que por el perdón y la reconciliación recobren la alegría de la unidad y el amor de todos sus miembros y pidamos también esta noche por todas las personas que experimentan y testimonian la Misericordia.
El Prelado finalizó pidiendo a todos los files que estaban en la Catedral, poner a los pies de la Mamita de Cotoca la salud del Cardenal Julio Terrazas, al mismo tiempo que les pidió que continúen orando por la recuperación del Cardenal boliviano.
Terminada la Celebración Eucarística la Virgen fue retirada en andas en medio de cánticos y cientos de devotos que la despidieron con pañuelos blancos. La Virgen salió en procesión desde la Catedral hasta el primer anillo y Melchor Pinto, donde partió acompañada de una caravana hasta el Santuario de Cotoca.
El domingo 29 de noviembre inicia la Novena de la mamita de Cotoca, iniciamos la fiesta de María. Los devotos se van a Cotoca para demostrar que los cristianos tenemos que salir corriendo a proclamar a Dios, la mamita nos invita a su casa para que salgamos fortalecidos y llenos de fe.