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martes 26 septiembre 2023
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San Juan María Vianney, Santo Cura de Ars – Patrono de los Párrocos

Campanas, 4 de agosto.- La Iglesia Católica celebra la fiesta de San Juan María Vianney, Santo Cura de Ars, patrono de los párrocos.

Felicitamos a todos los párrocos de nuestra Arquidiócesis de Santa Cruz de la Sierra, es un día especial para agradecerle a nuestro párroco por su entrega y su alegría en el servicio sacerdotal, a imagen de Jesús, el buen Pastor, que da la vida por sus ovejas.

 

Se cuenta en la historia del Santo Cura de Ars que pasó gran parte de su vida sacerdotal en el confesionario; dedicaba horas y horas para orientar a los pecadores; los exhortaba para que regresaran al buen camino. Cuentan sus biógrafos que, en verdad, lograba grandes conversaciones para Dios. También la historia registra que, cuando llegó al pueblo de su destino, Ars, Juan María le preguntó a un niño que le enseñara el camino al pueblo y sin más se lo indicó, a lo que  el santo le agradeció diciéndole que él le “enseñaría el camino de Dios”, tarea principal de los párrocos para con sus fieles. (P. Guillermo Gándara Estrada-Pan Diario de la Palabra).

 

Juan M. Vianney, cura de Ars, patrón del clero que cura las almas

“Si comprendiéramos bien lo que es un sacerdote en la tierra, moriríamos: no de miedo, sino de amor.” La vida de San Juan María Vianney está resumida en este pensamiento suyo. Conocido como “el Cura de Ars”, Juan Maria Vianney nació el 8 de mayo de 1786 en Dardilly, cerca de Lyon. Sus padres eran agricultores y lo orientaron desde muy joven a trabajar en el campo, tanto fue así que Juan llegó a los 17 años, todavía analfabeto. Sin embargo, gracias a las enseñanzas religiosas de su madre, aprendió muchas oraciones de memoria y vivió un fuerte sentido religioso.

“Me gustaría conquistar muchas almas”

Mientras los vientos del terror, de la violencia y de la furia de la Revolución soplaban en Francia, Juan tuvo la fortuna de recibir el Sacramento de la Reconciliación en su casa, no en la iglesia, gracias a un sacerdote “refractario” que no había jurado lealtad a los revolucionarios. Lo mismo sucedió con la Primera Comunión, la recibió en un granero, durante una misa “clandestina”. A los 17 años, Juan sintió la llamada al sacerdocio: “Si fuera sacerdote, querría ganar muchas almas”, dijo. Pero el camino no era fácil, dada su escasísima formación intelectual y cultural. Sólo gracias a la ayuda de sabios sacerdotes, entre ellos el abad Balley, párroco de Écully, logró ser ordenado sacerdote el 13 de agosto de 1815, a la edad de 29 años.

Largas horas en el Sacramento de la Reconciliación

Tres años más tarde, en 1818, fue enviado a Ars, un pequeño pueblo del sudeste de Francia, habitado por unas 230 personas. Allí dedicó todas sus energías al cuidado de los fieles: fundó el Instituto “Providencia” para acoger a los huérfanos y visitar a los enfermos y a las familias más pobres, restauró la iglesia y organizó las fiestas patronales. Pero fue en el Sacramento de la Reconciliación donde se expresó mejor la misión del Cura de Ars: siempre disponible para la escucha y el perdón, pasaba hasta 16 horas al día en el confesionario. Cada día, una multitud de penitentes de todas partes de Francia se confesaban con él, tanto que Ars fue rebautizado como “el gran hospital de las almas”. El mismo Vianney hacía largas vigilias y ayunos para ayudar a expiar los pecados de los fieles: “Te diré cuál es mi receta”, explicó a un cofrade, “doy a los fieles que se confiesan solo una pequeña penitencia y el resto de la penitencia la suplo yo en su lugar”.

Patrón de los párrocos

Consagrado enteramente a Dios y a sus feligreses, murió el 4 de agosto de 1859, a la edad de 73 años. Sus restos descansan en Ars, en el Santuario a él dedicado, que acoge 450.000 peregrinos cada año. Beatificado en 1905 por Pío X, Juan María Vianney fue canonizado en 1925 por Pío XI, quien en 1929 lo proclamó “Patrón de todos los párrocos del mundo”. En 1959, en el centenario de su muerte, San Juan XXIII le dedicó la Encíclica Sacerdotii Nostri Primordia, proponiéndolo como modelo para los sacerdotes, mientras que en 2009, con motivo del 150º aniversario de su muerte, Benedicto XVI convocó un “Año Sacerdotal” en la Iglesia universal para ayudar a promover el compromiso de renovación interior de todos los sacerdotes y para que su testimonio de fidelidad al Evangelio en el mundo de hoy fuera más incisivo y creíble.

Cf http://www.vatican.va/content/benedict-xvi/es/letters/2009/documents/hf_ben-xvi_let_20090616_anno-sacerdotale.html

Luz Erika Limachi M.



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