Durante el vuelo de regreso al Vaticano, tras su poco publicitada visita a Armenia, el papa Francisco afirmó que la Iglesia no tenía derecho a juzgar a las personas homosexuales, sino que debería respetarlas. Aún más: dijo que la Iglesia Católica debería disculparse con las personas gays por la forma en que las ha tratado.
Declaró: “Creo que la Iglesia no sólo debe ofrecer disculpas… a una persona homosexual que ofendió, sino que hay que pedir perdón a los pobres, a las mujeres que han sido explotadas, a los niños obligados a trabajar, pedir perdón por haber bendecido tantas armas” y también por no haber acompañado a las familias que se enfrentaron a divorcios o experimentan otros problemas.
Hemos visto que han salido muchas malas interpretaciones en las redes sociales: una cosa es pedir perdón por no haberles atendido pastoralmente como se debía en el pasado, y con ello marcar un hito de apertura hacia una nueva pastoral, y otra es aprobar la homosexualidad,
Ha de aclararse que no contradijo al Magisterio, sino que lo afianzó diciendo: “El Catecismo dice que no deben ser discriminados. Deben ser respetados, acompañados pastoralmente“. En pocas palabras: La Iglesia no teme pedir perdón, y comenzar de nuevo con una actitud pastoral nueva más adecuada, ni a los gays ni a los demás grupos sociales que menciona. Como siempre se dice: La Iglesia, imitando la actitud de Cristo, ama al pecador, pero no a su pecado (Ver el Catecismo de la Iglesia n.º 2.357 al 2.359).
No ha habido ni habrá cambios sobre la consideración ya establecida ni al lugar que le ha dado el Magisterio a la homosexualidad y demás conductas sexuales no acordes al modelo sexual propuesto por la Iglesia, el cual está basado en las enseñanzas de la Biblia, y el Depósito de la Fe, de la Iglesia, recibido del propio Jesús.
Las malas interpretaciones siguen y seguirán, pues, como lo dice la Biblia: “Pues llegará un tiempo en que los hombres ya no soportarán la sana doctrina, sino que se buscarán maestros según sus inclinaciones, hábiles en captar su atención; cerrarán los oídos a la verdad y se volverán hacia puros cuentos” (1 Tim 4,3-4). Está bien que la Iglesia pida perdón por los malos tratos. ¿Pedirán ellos perdón por las iglesias profanadas; los desfiles donde se burlan de la crucifixión; las inmoralidades cometidas frente a los templos y demás conductas escandalosas hechas para provocar y tildadas como “protestas”? El respeto tiene también un lado retributivo, amanecerá y veremos.
Autor: Familia Cristiana, Digital. Con permiso expreso de Familia Cristiana, Digita. www.familiacristiana.org.ve Derechos reservados