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miércoles 7 junio 2023
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Pastoral Latinoamérica de prevención y acompañamiento a las adicciones, desde la experiencia del sacerdote Argentino, Charly Olivero

 Campanas. El lunes 20 de marzo a las 18:30 horas, en instalaciones de PASOC, se realizará un encuentro, en el cual el P. Carlos Francisco (Charly) Olivero más conocido como unos de los  “curas villeros” de Buenos Aires, mostrará desde su experiencia el trabajo que realiza en la familia grande del  hogar de Cristo, con la Pastoral de  prevención Latinoamericana y acompañamiento a las adicciones.

                                             Padre Charly Olivero, “un cura villero”

También el sacerdote mostrará desde su vivencia cómo es  atender y acompañar de manera integral y permanente a quienes se encuentran excluidos y olvidados por la sociedad, un proceso paciente, de acercamiento, acompañamiento y afecto.

Este encuentro es organizado por Pastoral Social Cáritas y el Centro Fortaleza y pueden  participar Sacerdotes, representantes de Cáritas parroquiales, personal de hogares de acogida y todas las personas que estén interesadas en  saber cómo tratar y ayudar a las personas que están en desventaja social, con un enfoque  a la doctrina católica.

Este encuentro es muy importante para conocer la realidad y cómo se trabaja  el “Hogar de Cristo”, en Buenos Aires  – Argentina  con las instituciones públicas, y luego de analizar esta realidad y experiencia, ver la manera  de cómo reconstruirlo en Santa Cruz, acogiendo la vida como viene. No se quiere imponer un prototipo a la gente, el objetivo es  acercarse y conocer la realidad que vive cada uno, y buscar un cambio positivo.

Quién es el P. Charly?

El P. Carlos Francisco (Charly) Olivero, es sacerdote desde el año 2005, ahora funge como párroco de San Roque González de la diócesis de San justo.

Coordinó la familia grande del  hogar de Cristo desde el año 2010 hasta el 2020, armó la escuela de formación para la difusión del abordaje comunitario de las adicciones. Fue miembro del equipo coordinador de la Pastoral de adicciones en Argentina desde el año  2014 hasta el 2020.

Es  presidente de la fundación Universidad Latinoamericana de las Periferias,  está empujando la Pastoral Latinoamérica de prevención y acompañamiento de las adicciones en el Celam.

En el año 2002, el P. Carlos “Charly” Olivero, conocido como uno de los “curas villeros” de Buenos Aires, fue enviado por sus formadores y por el entonces Cardenal Bergoglio a vivir a la Parroquia de Caacupé en Villa 21-24 y Zavaleta.

Desde el 2008, bajo el liderazgo de los “Curas Villeros” y con el apoyo del en aquél entonces-Arzobispo de Buenos Aires y Cardenal Primado de la Argentina, Jorge Bergoglio, ahora Papa Francisco realizó una labor barrial de asistencia a jóvenes adictos.

Cáritas Argentina, de la mano de la Federación de Centros Barriales Familia Grande Hogar de Cristo – organización que agrupa a 42 Centros Barriales, llevan adelante una estrategia de abordaje múltiple para acercar, contener y acompañar a personas adictas al paco y a otras drogas, en situación de marginación y exclusión social.

La  labor del Sacerdote va  más allá de la problemática de la adicción; en verdad, lo que hacen a partir de una visión realista de la Iglesia Católica con enfoque antropológico, es atender y acompañar de manera integral y permanente a quienes se encuentran excluidos y olvidados por la sociedad, un proceso paciente, de acercamiento, acompañamiento y afecto.

El P. Charly está convencido de que no alcanza con proveer respuestas, sino que también hace falta reconstruir el tejido social. Por eso sus comunidades se organizan desde la fe y el cuidado para recibir la vida, y acompañarla en todos sus recorridos. La villa tiene mucha comunidad y poco acceso a los derechos.

Dentro de sus  tareas está  también favorecer la organización de las respuestas y reclamar al Estado que mejore su presencia. Me gusta lo que va pasando en las villas con la Iglesia, aunque tenemos grandes pobrezas y dificultades.

Curas Villeros

¡Es admirable la labor de los curas villeros! Son actores sociales, agentes de cambio que, en silencio, con humildad y amor, rectitud, perseverancia y disciplina “acogen la vida como viene” y logran manejar y solucionar, de forma efectiva, eficiente y sin la presión del corto plazo, problemáticas sociales de altísima complejidad en poblaciones en extrema pobreza. Por si fuera poco, le ahorran al Estado un gasto importante en temas de seguridad y salud.

¿Qué es la FGHC?

Familia grande hogar de Cristo es  una Federación que agrupa a los Centros Barriales que tienen como finalidad dar respuesta integral a situaciones de vulnerabilidad social y/o consumos problemáticos de sustancias psicoactivas, poniendo en primer lugar a la persona y sus cualidades.

Su objetivo es sistematizar, investigar, trasmitir y velar por la metodología, los principios, criterios y estrategias que nos hermanan. Con nuestra mirada queremos colaborar en el desarrollo de comunidades comprometidas con el sufrimiento social. Trabajamos por una cultura del encuentro y de protagonismo comunitario, promovemos valores cristianos, capacitamos y sensibilizamos a través de la Escuela de Formación, realizamos actividades de extensión e investigación.

Comprenden que están ante situaciones de enorme complejidad: no es solamente un problema de drogas sino de personas atravesadas por este flagelo. No hay una línea directa que va de la droga a la recuperación. Desde ese lugar, afirman que los Centros Barriales de la Familia Grande del Hogar de Cristo reciben la vida como viene, en su totalidad y complejidad.

La dinámica de los centros no responde a un proceso estandarizado, por el contrario, es flexible por excelencia, acomodándose a las necesidades que surgen en lo cotidiano, conscientes de que cada una de las personas adictas requiere de una respuesta única que atienda toda la problemática social por la que atraviesa.

No se puede pensar en una recuperación plena e integral si quien consume está solo, vive en la calle o no tiene DNI que le permita tramitar los beneficios sociales o acceder a cualquier institución sea pública, de salud o social.  Sin esas condiciones básicas resulta imposible  que alguien pueda pensar en re-armar su vida. Es por esa razón que en los Centros Barriales acompañamos todos los aspectos de la vida de la persona.

Trabajan de una manera integral, respetamos los tiempos y  la libertad de cada uno, de cada una.  A diferencia de tanto modelo de éxito estandarizado que parece ineludible, priorizan el acompañamiento con la convicción de que son la paciencia, la cercanía, el afecto y la dedicación los que educan, sostienen y orientan.

Así, comprenden al Centro Barrial como un hogar alojador, donde la presencia cercana y el testimonio de quienes han transitado ya el camino propuesto se vuelcan al servicio de los y las que recién empiezan. Esto posibilita la construcción de un entramado de relaciones. Es con las otras personas que se favorece la construcción de un lazo social que permite hermanarse, sentirse parte.  La familia ampliada, la comunidad, la parroquia, el barrio resultan fundantes del desarrollo individual.

A estos Centros Barriales se acercan quienes están solos, huérfanos, desolados, enfermos y también los que tienen su salud comprometida por el consumo de drogas. Allí nos acercamos a cada historia sagrada personal y acompañamos el recorrido de su cuerpo y alma, a quien se reconoce persona, imagen y semejanza de Dios con posibilidad de amar y vincularse con los demás. (hogardecristo.org.ar).

Graciela Arandia de Hidalgo



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