
María Cecilia Mutual – Ciudad del Vaticano
“Ayuden a mantener viva en el pueblo de Dios la conciencia de ser constitucionalmente ‘en salida’, enviados a llevar a todos los pueblos la bendición de Dios que es Jesucristo”. Fue la invitación del Papa Francisco al recibir en audiencia, en la víspera de la apertura del Mes Misionero Extraordinario, a los Institutos Misioneros de origen italiano. A los 70 misioneros Combonianos, Cabrinianos y Scalabrinianos presentes en la Sala Clementina, el Pontífice les pidió que ayuden a “recordar que la misión no es obra de individuos, de “campeones solitarios”, sino que es “comunitaria, fraterna, compartida”.
Iniciando su discurso, el Papa expresó su reconocimiento a los Fundadores de las Familias religiosas recordando la época histórica compleja en la que demostraron “valentía y confianza” en el Señor y dieron nuevo impulso hacia “el otro y el lejano”.
Redescubrir la mística
“El misionero vive la valentía del Evangelio sin demasiados cálculos, a veces incluso andando más allá del sentido común, porque está impulsado por la confianza depositada exclusivamente en Jesús”, dice Francisco, subrayando que hay una “mística” de la misión que necesita ser redescubierta:
Hay una mística de la misión, una sed de comunión con Cristo a través del testimonio, que sus Fundadores han experimentado y que los ha llevado a entregarse totalmente. Es necesario redescubrir este misticismo en toda su fascinante belleza, porque conserva para siempre su extraordinario poder.