Desde Bogotá-Colombia, donde se encontraba participando de la reunión anual de la Conferencia Episcopal Latinoamerica y del Jubileo continental de la misericordia, Monseñor Sergio Gualberti, Arzobispo de Santa Cruz, envió una nota con sentidas palabras de ánimo y cercanía espiritual a los familiares, amigos y colegas de la curia que se encontraban participando en la misa de exequias de Nelly Cuéllar, mujer que sirvió en la Iglesia Catedral y el Arzobispado durante 22 años.
“…ha sido una mujer de fe, que creía profundamente en el Señor, en quien ha encontrado el sentido y la alegría de una vida compartida y entregada a los demás”
Compartimos esas conmovedoras palabras que animan a esperar en el Señor:
Bogotá, 26 de abril de 2016.
Hermanas y hermanos,
En este momento de dolor en él que están celebrando el último adiós a la querida amiga y hermana Nelly, me siento muy cerca de ustedes gracias al misterio de la comunión de los santos que nos une a todos, vivos y difuntos, como una sola gran familia en Cristo muerto y resucitado.
La presencia de ustedes, esta tarde, es una clara expresión del aprecio y cariño que todos le hemos tenido a Nelly, una mujer sencilla y humilde que con dedicación, fidelidad y profesionalidad ha dedicado largos años de su vida al servicio del Señor y de la Iglesia, siempre disponible y generosa sin medir tiempo ni fuerzas, pronta a colaborar con todos los que recurrían a ella.
Con valentía ha sabido enfrentar las dificultades de la vida, sola ha cuidado y educado a hijo, ha apoyado a su familia y ha trabajado denodadamente para construir su casa. Pero, sobre todo, ha demostrado toda su valentía y coraje durante su larga y dolorosa enfermedad, superando los momentos de desánimo y desesperanza.
Nelly nos ha podido dar este testimonio luminoso porque ha sido una mujer de fe, que creía profundamente en el Señor, en quien ha encontrado el sentido y la alegría de una vida compartida y entregada a los demás.
Hoy ella goza ya del amor misericordioso del Señor a quien ha amado y servido, e invita a su querido hijo Gabriel, a sus familiares y a todos nosotros a no estar tristes y a unirnos al sacrificio redentor de Cristo en la Eucaristía, fuente de esperanza, dicha y vida verdadera para siempre.
+ Sergio Gualberti