Campanas. Con una misa de acción de gracias en la Catedral el 9 de diciembre, que fue presidida por el Vicario General de la Arquidiócesis de Santa Cruz, P. Juan Crespo, Radio Betania celebró 21 años acompañando a las familias a un encuentro con Cristo Vivo.
El vicario General manifestó que celebramos agradecidos a Dios los 21 años recorridos en el testimonio de nuestra fe por este medio de comunicación radial, la frecuencia 93.7 nos ha unido a la Iglesia en Santa Cruz, agentes de pastoral, comunidades parroquiales, movimientos apostólicos y a personas de buena voluntad que tenemos como don: Anunciar la Buena Nueva. Anunciar el Evangelio. Anunciar al mundo la bondad del Señor, del Dios que sufre con su pueblo y que se identifica con el paralitico del evangelio. A este Dios lleno de bondad y misericordia: “hombre, tus pecados te son perdonados” “levántate, toma tu camilla y camina”, lo hermoso es compartir lo que “hoy hemos visto cosas maravillosas”, dijo el P. Juan.
Homilía del P. Juan Crespo, Vicario General
Lunes 09 de diciembre – Catedral
Estamos convencidos que los medios de comunicación en la actualidad nos abren entre las personas la puertas de la comprensión mutua, para evitar muchas veces que cuando nos ignoramos o nos criticamos es porque no hemos sabido comunicarnos. Conscientes que comunicar es un acto de interrelación personal o grupal nos ayuda a combatir el aislamiento, el partidismo o el individualismo. La verdadera comunicación nos ayuda a respetar el espacio y los derechos de los otros; nos ayuda a construir relaciones más estrechas y afianza los vínculos de unidad.
En esta cultura Pos-moderna el mundo de la comunicación está unificando a la humanidad y la está transformando en una aldea global, estamos unidos en la distancia pero también nos empuja hacia el aislamiento, hacia el individualismo, para el Papa Francisco, “los medios, sobre todo Internet, están al auténtico servicio del encuentro entre las personas, o bien se cae en la desinformación, la manipulación y la soledad”;
esta realidad hace que los medios de comunicación social tengan que trabajar en doble dirección, haciendo participes no solamente receptores sino también comunicadores, porque el peligro de manipulación siempre está latente por los poderes políticos, económicos o culturales del emisor, de aquí en la verdadera comunicación se da siempre un flujo que traduce en continua emisión y recepción.
¿Qué sería de la humanidad y sus pueblos sin los medios de comunicación social? En el ancho mapa de la comunicación se perfilan hoy seis grandes medios: la prensa, la radio, la televisión, internet, las redes sociales y el cine. Cada medio tiene sus características: la radio, con su poder de la inmediatez y facilidad, nos da la noticia; la televisión nos la muestra en imágenes; la prensa la analiza en sus páginas con más detalle y detenimiento; Internet, abre la información a todos los ciudadanos, todos pueden captar imágenes, transmitirlas y comentarlas; las redes sociales conectan las distintas capas sociales con su inmenso poder de convocatoria y el cine convierte las noticias en historias, con su argumento y su argumentación, con la belleza de la estética y la fuerza de los sentimientos y emociones.
De aquí nace la necesidad que los medios de comunicación tengan a Cristo como la fuente de toda comunicación, “Vayan por todo el mundo y proclamen la Buena Nueva a toda criatura” Mc. 16,15, este es el mandato del que nace toda evangelización.
Por lo que estamos llamados los bautizados a evangelizar en los medios de comunicación, haciéndolos instrumentos de evangelización.
Para la Iglesia el primer medio de evangelización consiste en el testimonio de vida auténticamente cristiano, los contenidos no evangelizan de modo autentico sin nuestro testimonio explícito del amor de Dios en la vida. “Sin mí no pueden hacer nada” Jn. 15,5 solo unidos a Cristo, viviendo una verdadera vida cristiana en fidelidad y amor a la Iglesia. Desde la experiencia cercana de un Dios que camina con su pueblo como nos comparte el profeta Isaías: “Sean fuertes, no teman, ahí está su Dios”. Tan significativo como el testimonio cristiano es nuestro testimonio comunitario, una comunidad de testigos, acogedora y abierta capaz de acompañar hacia Cristo a los que se acercan tiene más fuerza e impacto para evangelizar, comunicar bien nos ayuda a conocernos mejor entre nosotros y a estar más unidos; La falta de caridad en las comunidades cristianas provoca espectáculos escandalosos por lo que hacen necesario construir en la Iglesia fundamentos sólidos de comunión, de fraternidad y principalmente buscar la verdad y la sinceridad.
Evangelizar exige abrirse al dialogo con una actitud humilde ante todos, no solo a aquellos que acogen la fe de buen grado, sino también a aquellos que desconocen o a quienes están más alejados de la Iglesia.
Busquemos especialmente dar frutos y no solo tener éxitos, no solo perseguir tener seguidores, amigos o “visitas”, que puede ser una forma de idolatría y egolatría, debemos estar alertas de no dejarnos de atrapar por la fascinación de los medios, los misioneros no buscamos tener éxitos ni personales ni grupales, sino dar los frutos del Reino de Dios. “Ellos verán la gloria del Señor, el esplendor de nuestro Dios”.
La Evangelización tiene en los medios de comunicación un punto de partida, pero tiene que traspasar las fronteras de los instrumentos y provocar el “encuentro” del hombre con Dios y con los hermanos. La palabra ha de ser justa en sus términos, precisa en sus significados, y el silencio tiene la misión de hacer posible el milagro de la interiorización;
Los misioneros vivimos en permanente búsqueda de los lenguajes que puedan interpelar hoy el corazón humano y anunciar a Cristo.
Para esto los misioneros necesitamos una vivencia responsable de la fe y una formación continua en el ámbito de la comunicación y las nuevas tecnologías. La comunicación ideal debe ser aceite perfumado para el dolor y vino bueno para la alegría; los medios nos invitan a salir a las calles reales y virtuales (en la red), a proclamar las buenas noticias; cuidado con los grandes peligros de los medios: que sustituyan la verdad por la opinión, y que nos adentren en la “cultura de lo fugaz”; los hechos son sagrados, las opiniones libres; la Iglesia ha de dar siempre respuestas creíbles y verdaderas a las preguntas incómodas; la comunicación desde la Iglesia, tiene que ser más viva, con palabras que entienda la gente.
Juan Crespo Gutiérrez, Vicario General de la Arquidiócesis de Santa Cruz.