Campanas. Misa de acción de gracias y despedida de los hermanos de la XI Marcha Indígena. El jueves 02 de diciembre en la Basílica Menor de San Lorenzo Mártir – Catedral, el P. Juan Crespo presidió la misa de acción de gracias y despedida de los hermanos indígenas de tierras bajas que iniciaron una marcha desde Trinidad el 25 de agosto y este 03 de diciembre retornan hasta sus hogares.
A punto de emprender el viaje del retorno, conviene recordar cual ha sido la intención de emprender esta caminata. Después de esta experiencia retornan fortalecidos, de haber descubierto a verdaderos amigos, en personas e instituciones. Pero también deben estar alegres por aportar a los que viven en esta ciudad y en nuestro país, la fortaleza de ustedes de saber soportar los avatares de la historia de sus pueblos y tener la claridad de que Dios no los ha abandonado.
Durante esta celebración Eucarística se encomendó al Señor a estos hermanos nuestros que partirán hacia sus comunidades y hogares, para que les conceda un buen viaje de retorno, y para que ellos, por los caminos de este mundo alaben a Dios por la creación y la vida, y que por la hospitalidad de sus hermanos experimenten su bondad , pongan de manifiesto ante los hombres la Buena Nueva de la Salvación, se muestren afables con todos y que sean atentos con los afligidos y necesitados que se crucen en sus caminos, sepan consolarlos y se esfuercen por ayudarlos.
Homilía:
El Vicario General inició su homilía con las palabras del Papa Francisco cuando se dirigía a los hermanos en Puerto Maldonado: “El reconocimiento de estos pueblos —que nunca pueden ser considerados una minoría, sino auténticos interlocutores— así como de todos los pueblos originarios nos recuerda que no somos los poseedores absolutos de la creación, en enero del 2018.
Defender los pueblos indígenas
El P. Crespo señaló que el Papa considera imprescindible realizar esfuerzos para generar espacios institucionales de respeto, reconocimiento y diálogo con los pueblos nativos, asumiendo y rescatando la cultura, lengua, tradiciones, derechos y espiritualidad que les son propias”. Un diálogo intercultural en el cual ustedes, decía el Santo Padre, sean los «principales interlocutores, sobre todo a la hora de avanzar en grandes proyectos que afecten a sus espacios». El reconocimiento y el diálogo será el mejor camino para transformar las históricas relaciones marcadas por la exclusión y la discriminación. Expresó.
“De esta preocupación surge la opción primordial por la vida de los más indefensos. Sabemos que son los más vulnerables de entre los vulnerables. Sigan defendiendo a estos hermanos más vulnerables, alentaba el Papa Francisco, su presencia nos recuerda que no podemos disponer de los bienes comunes al ritmo de la avidez y del consumo. Es necesario que existan límites que ayuden a preservar de todo intento de destrucción masiva del hábitat, de su territorio donde habitan.
La riqueza de los pueblos indígenas
El Sacerdote afirmó que los pueblos indígenas representan la diversidad y riqueza de la humanidad no solo por sus lenguas y culturas sino por la forma diferente de relacionarse con la gente y el medio ambiente. Son la riqueza por los rasgos sociales, económicos y políticos que son distintos de los predominantes en las sociedades en las que nos toca vivir. Pese a sus diferencias culturales, los pueblos indígenas de todo el mundo comparten problemas comunes a la hora de proteger sus derechos como pueblos diferentes, dijo el P. Crespo.
Así mismo aseguró que las poblaciones autóctonas han buscado durante años el reconocimiento de sus identidades, su forma de vida y el derecho sobre sus territorios tradicionales y recursos naturales. Pese a ello, a lo largo de la historia, sus derechos han sido siempre violados. En la actualidad, se encuentran sin duda entre las poblaciones más vulnerables y perjudicadas del mundo. La comunidad internacional reconoce ahora que se necesitan medidas especiales para proteger sus derechos y mantener sus culturas y formas de vida.
De la misma manera el Vicario General destacó que las Naciones Unidas en la carta de la Declaración de los Derechos de los Pueblos indígenas, es clara y contundente al cual nos adherimos como Iglesia: El derecho a la Igualdad, como Pueblos Indígenas tienen los mismos derechos y oportunidades que los demás miembros de la población y debemos gozar plenamente de los derechos humanos y las libertades fundamentales, sin obstáculos ni discriminación.
Así mimo el sacerdote señaló que el Derecho a la identidad social y cultural, se deben respetar su identidad social y cultural, costumbres, tradiciones e instituciones. Merecen el reconocimiento y protección de sus valores y prácticas sociales, culturales, religiosas y espirituales.
- Es imprescindible la preservación de las lenguas y la promoción del desarrollo y práctica de éstas.
- Los pueblos indígenas, como grupo social, tienen derechos humanos por el sólo hecho de existir.
Sobre el Derecho al desarrollo se tiene que dar las prioridades respecto al desarrollo, en la medida en que esto afecte a la vida, creencias, instituciones, bienestar espiritual y las tierras que ocupan o utilizan, destacó el P. Juan.
- Derecho a la tierra y a la utilización de sus recursos
El Vicario afirmó que se debe reconocer por parte del gobierno a la propiedad y posesión que ustedes tienen sobre sus tierras donde realizan sus actividades tradicionales y de subsistencia. El acceso a programas y servicios educativos desarrollados con la cooperación tanto de diversas instituciones como del Estado. Se deben tomar medidas educativas en todos los sectores de la comunidad, a fin de eliminar los prejuicios que pudieran tener con respecto a los pueblos indígenas.
Se necesitan programas que consideren su historia, técnicas, conocimientos y sistemas de valores y todas las demás aspiraciones sociales, económicas y culturales.
La iglesia debe de contribuir para solucionar y ayudar respecto a los diferentes problemas sociales, sobre todo los asociados con los pueblos originarios. Además, la iglesia sabe la importancia de los pueblos originarios, dijo el Sacerdote.
Así mimos el padre destacó que la Iglesia mantiene su cercanía en diversos momentos como lo ha manifestado en la Laudato Si, como el Sínodo de Obispos sobre la Amazonia, donde el Papa nos invita a proteger lo que llama “nuestra casa común”, resaltando los problemas medio ambientales, este interés no resulta nuevo. La preocupación sobre lo que se viene haciendo al planeta es una de las banderas en este discurso de protección al medio ambiente, pero también es una invitación a cambiar el modelo de desarrollo, y a reconocer a los pueblos indígenas, no desde una mirada colonialista.
En este sentido, es indispensable prestar especial atención a los Pueblos originarios. No son una simple minoría entre otras, sino que deben convertirse en los principales interlocutores, sobre todo a la hora de avanzar en grandes proyectos que afecten a sus espacios. Para ellos, la tierra no es un bien económico, sino es un don de Dios y de los antepasados que descansan en ella, un espacio sagrado con el cual necesitan interactuar para sostener su identidad y sus valores. Cuando permanecen en sus territorios, son precisamente ellos quienes mejor los cuidan. Sin embargo, en diversas partes del mundo, son objeto de presiones para que abandonen sus tierras a fin de dejarlas libres para proyectos extractivos y agropecuarios que no prestan atención a la degradación de la naturaleza y de la cultura, expresó el Padre Juan Crespo.
Dios esta con ustedes, él no los abandona, la Iglesia esta con ustedes.