Campanas “La Iglesia con María se siente de verdad una sola familia”, dijo el Nuncio Apostólico en Bolivia, Mons. Ángelo Accatino.

Vengo a Santa Cruz de la Sierra, como peregrino, vengo como devoto e hijo de nuestra común Madre, la Virgen María, y vengo a unirme con todos ustedes, en oración e invocar en un solo corazón la protección de María, bajo la Advocación de la Mamita de Cotoca, dijo Monseñor Ángelo Accatino, Nuncio Apostólico del Papa Francisco en Bolivia, al iniciar su homilía en la Celebración Eucarística de despedida de la Mamita de Cotoca en la Catedral, este jueves 28 de noviembre.

Concelebraron la Misa de despedida de la Mamita de Cotoca, Mons. Sergio Gualberti, Arzobispo de Santa Cruz, los Obispos Auxiliares; Mons. Braulio Sáez (Obispo Emérito), Mons. Estanislao Dowlaszewicz y Mons. René Leigue. También estuvieron presentes el Párroco de Cotoca, P. Juan Carlos Huaygua y Sacerdotes de nuestra Arquidiócesis. Desde muy temprano el jueves 28 de noviembre la Catedral abrió sus puertas para que los devotos puedan llegar para visitar a la Mamita de Cotoca.

Monseñor Sergio Gualberti, a nombre de la Iglesia cruceña, dio la bienvenida a Monseñor Ángelo Accatino, Nuncio Apostólico del Papa Francisco en Bolivia, al mismo tiempo de agradecerle por presidir la celebración Eucarística de despedida de la Mamita de Cotoca. Mons. Sergio Gualberti pregunto a todo los fieles reunidos en la Catedral si querían al Papa Francisco, quienes a viva voz respondieron que SI, y Monseñor pidió al Nuncio que transmita el cariño del pueblo cruceño al Papa Francisco.

El nuncio Apostólico aseguró que  la decisión de partir e ir hacia el Santuario, ya es una confesión de fe, el caminar es un verdadero canto de esperanza, la llegada es un encuentro de amor, la mirada del peregrino se deposita sobre una imagen que simboliza la ternura y la cercanía de Dios.

Así mismo dijo: Nosotros tenemos a María mientras peregrinamos, a la madre educadora de la fe, ella cuida para que nosotros no seamos víctimas del pecado y que en nosotros no muera ni se debilite la fe en su hijo salvador y redentor. Como madre que es, cuida para que el Evangelio de Jesús nos penetre, nos transforme y produzca frutos de santidad.

Monseñor Ángelo  pidió que nos dejemos  guiar por María para encontrar a Jesús y para vivir según su voluntad, para hacernos misioneros y misioneras de su evangelio, para gustar y hacer gustar al mundo y a muchos otros hermanos la buena noticia del amor de Dios.

 Homilía

Quiero comenzar esta reflexión, agradeciendo a su Excelencia Reverendísima Mons. Sergio Gualberti, a la invitación a iniciar la novena en honor a la Virgen de Cotoca, ya que no me será posible acompañarlos el día 8 de diciembre y como ya dijo nuestro Arzobispo tengo otro compromiso en la Paz.

Vengo esta noche a Santa Cruz de la Sierra, como peregrino, vengo como devoto e hijo de nuestra común Madre, la Virgen María, y vengo a unirme con todos ustedes, en oración e invocar en un solo corazón la protección de María, bajo la Advocación de la Mamita de Cotoca.

Las novenas, las peregrinaciones, las procesiones y las fiestas patronales entre otras, propias de los pueblos nativos Latinoamericanos, son expresiones de la fe del pueblo, son manifestaciones desde la fe católica, como recuerda el Documento conclusivo de Aparecida, por ello me siento muy contento de participar del inicio de este novenario que inicia el viernes 29 de noviembre, y de pedirle que en los siguientes días hasta la culminación del festejo con la peregrinación a Cotoca “Recen por mí”, que espiritualmente estaré aquí, sin olvidar las intenciones del Santo Padre el Papa Francisco, peregrino entre los peregrinos, una Iglesia que marca la identidad del pueblo, que marcha hacia la Patria definitiva.

De hecho la Iglesia es un pueblo peregrino a través de la historia que avanza hacia el encuentro definitivo con Dios. La peregrinación es símbolo de nuestra existencia, humana y cristiana y es también expresión de aquella alegría que se experimenta  al sentirse parte de una multitud de hermanos caminando juntos, con fe, esperanza y amor.

Peregrinar desde esta Catedral hasta el Santuario de Cotoca, es y será un signo del encuentro de la fe con la historia del mismo pueblo cruceño, un encuentro de fe que va unido a la filial devoción a María. El pueblo sabe que encuentra a María en la Iglesia católica y esta bajo el roció del Espíritu Santo venera a María como Madre amadísima con afecto de piedad filial.

San Pablo VII hace suya una concisa formula de la tradición que dice no se puede hablar de la Iglesia sino está presente María. María está presente en esta hermosa Catedral de Santa Cruz de la Sierra con una presencia materna que hace crecer en todos los creyentes la fe en Dios, pero también la fraternidad y por eso la Iglesia con María se siente de verdad una familia, una sola familia. De hecho María Madre de la Iglesia la educa a un estilo de vida compartida y solidaria en fraternidad, en atención al hermano, especialmente si este está solo y necesitado.

A la espera de María la Iglesia que somos nosotros, aprende a crecer en la fe y a madurar esta fe en el diario vivir, en consecuencia la decisión de partir e ir hacia el Santuario, ya es una confesión de fe, el caminar es un verdadero canto de esperanza, la llegada es un encuentro de amor, la mirada del peregrino se deposita sobre una imagen que simboliza la ternura y la cercanía de Dios. Esa imagen en esta circunstancia  es la Mamita de Cotoca, María la mujer que ha vivido de fe, de una fe que es don, respuesta apertura y fidelidad, por eso es ella es Discípula y misionera.

Nosotros tenemos a María mientras peregrinamos, a la madre educadora de la fe, ella cuida para que nosotros no seamos víctimas del pecado y que en nosotros no muera ni se debilite la fe en su hijo salvador y redentor. Como madre que es cuida para que el Evangelio de Jesús nos penetre, nos transforme y produzca frutos de santidad.

Queridos hermanos y queridas hermanas dejémonos  guiar por María para encontrar a Jesús y para vivir según su voluntad, para hacernos misioneros y misioneras de su evangelio, para gustar y hacer gustar al mundo y a muchos otros hermanos la buena noticia dl amor de Dios.

Conocer a Jesús  es el mejor regalo que puede recibir cualquier persona, haberlo encontrado nosotros es lo mejor que nos ha ocurrido en la vida y darlo a conocer con nuestra palabra y obras es nuestro gozo, así también dice el Documento final de Aparecida. Y a todo esto nosotros ponemos añadir que haber recibido de Jesús que moría en la cruz el regalo de su propia madre es la máxima expresión del amor de Dios hacia cada uno de nosotros, amémosla con intenso amor filial, tengámosla en casa, que sea ella la reina y señora de nuestros hogares, confiemos a ella nuestra vida, la de nuestros seres queridos, la de nuestra querida Bolivia y la de toda la humanidad, guiados por ella pongamos los ojos en Jesús, autor y consolidador de la fe, que todos podamos sentir la presencia de María siempre cercana, llena de comprensión y de ternura . Oh Clementísima, Oh Piadosa, Oh Dulce Virgen María.

 La imagen regresó al Santuario de Cotoca

Terminada la Eucaristía, se realizó una procesión por la calle sucre hasta el primer anillo donde continuó una caravana de vehículos hasta Cotoca. La caravana se detuvo en la entrada a Cotoca para llegar con la imagen en procesión a pie hasta el Santuario, donde fue recibida nuevamente por la banda de música del Colegio Nacional Florida – Turno tarde.

La novena

Hoy viernes  29 de noviembre comienza la novena de preparación a la festividad de la Virgen de Cotoca, la novena se rezará en el Santuario y en todas las parroquias de Santa Cruz.

Monseñor Sergio ha invitado al pueblo de Dios a rezar la novena meditando los temas propuestos en cada noche y preparándose espiritualmente para celebrar la inmaculada concepción.