Campanas/Iglesia Viva/Los Obispos de la Hermandad entre Bolivia y las diócesis de Tréveris y Hildesheim de Alemania, preocupados por la creciente amenaza contra el medio ambiente que ponen en peligro las bases naturales indispensables para la supervivencia de la humanidad, emitieron un llamado a todo el Pueblo de Dios para frenar o retardar las consecuencias del calentamiento Global.
En el llamado, los obispos expresaron su preocupación pues el cambio climático se constituye en la mayor amenaza para los medios de vida, y por tanto se tornan en un serio reto para nuestra responsabilidad por la creación.
Los prelados consideran que custodiar la creación de Dios es una preocupación prioritaria y uno de los temas más importantes para trabajar entre las 3 iglesias: Bolivia, Tréveris y Hildesheim, teniendo en cuenta además que no nos queda más que una década para frenar o retardar las consecuencias del calentamiento global y en el entendido que los peores impactos recaerán en las próximas décadas sobre los países en desarrollo pues su subsistencia depende de las reservas naturales y el ecosistema.
Precisan que el cambio climático es una cuestión de pastoral y teológica en ese entendido consideran que un crimen contra la naturaleza es un crimen contra nosotros mismos y un pecado contra Dios. En ese contexto los Obispos conciben que es nuestro deber como cristianos realizar cambios en nuestros estilos de vida tanto a nivel personal como en nuestras parroquias para reducir los gases de efecto invernadero.
Coinciden en creer que hacen falta políticas urgentes para reducir drásticamente la emisión de dióxido de carbono y desarrollar energía renovable y limpia. En ese contexto convocan al Pueblo de Dios a formar parte activa de la Jornada de Acción del 24 de septiembre que será un tiempo de poner en marcha iniciativas desde las bases cristianas y participar de la HUELGA CLIMÁTICA GLOBAL
Llamado de los obispos bolivianos y de las diócesis de Hildesheim y Tréveris
en ocasión de la huelga climática global el día 24 de septiembre de 2021
El cambio climático se constituye en la mayor amenaza para los medios de vida, es un serio reto para nuestra responsabilidad por la creación
“Hoy, la vida en nuestro planeta está amenazada por una creciente contaminación del aire, del agua y de la tierra, por la sobreexplotación de las actividades humanas, especialmente extractivas, industriales y de transporte, que ponen en peligro las bases naturales indispensables para la supervivencia de la humanidad en su conjunto. El actual desafío ecológico más grande es el llamado cambio climático. La gran mayoría de los científicos coincide en que el comprobado calentamiento global es causado por gases de efecto invernadero, generados principalmente por la quema de combustibles fósiles, la deforestación y los desechos a gran escala” (Univ. 16).[1] Con estas palabras, los obispos de Bolivia hace casi 10 años atrás ya nombraron la amenaza de la humanidad por el cambio climático. Y unos años más antes los obispos alemanes habían destacado que el “cambio climático supone en la actualidad la amenaza más completa para los medios de vida de las generaciones presentes y futuras, así como para la naturaleza no humana, por lo que constituye un serio reto para nuestra responsabilidad por la creación». (DBK 2006, 1). [2] Finalmente, también el papa Francisco subraya que el “cambio climático es un problema global con graves dimensiones ambientales, sociales, económicas, distributivas y políticas, y plantea uno de los principales desafíos actuales para la humanidad” (LS 25).[3]
Custodiar la creación de Dios es una preocupación prioritaria y uno de los temas más importantes para trabajar entre las 3 iglesias: Bolivia, Tréveris y Hildesheim
Durante una Conferencia del Futuro que se realizó en julio de este año de manera virtual entre las iglesias de Bolivia, Tréveris y Hildesheim, la responsabilidad cristiana de custodiar la creación de Dios surgió como una preocupación prioritaria y el cuidado de la casa común se eligió como uno de los temas más importantes para trabajar en los próximos años en el marco de la Hermandad. Como ocasión concreta con la cual podemos poner en práctica este compromiso común entre las tres iglesias elegimos el Jornada Internacional de Acción en favor de más justicia climática que se realizará el viernes, 24 de septiembre.
No nos queda más que una década para frenar o retardar las consecuencias del calentamiento global
El relato publicado por el Consejo Internacional de Cambio Climático de las Naciones Unidas IPCC en agosto de 2021 subraya una vez más la actualidad de las llamadas mencionadas por parte del papa y los obispos y la urgencia de actuar. [4]Nos queda no más que una década para tomar medidas eficaces con el objetivo de frenar o retardar las consecuencias del calentamiento global. Ya ahora, la subida de la temperatura causa la sexta gran extinción de especies en el planeta tierra. “Por nuestra causa, miles de especies” desaparecen por siempre y “ya no darán gloria a Dios con su existencia ni podrán comunicarnos su propio mensaje. No tenemos derecho” (LS 33).[5] En muchas regiones de la tierra seres humanos y sobre todo los pobres sufren cada vez más de enfermedades forzados por el cambio climático o mueren de hambre porque perdieron su soberanía de alimentarse.
Los peores impactos recaerán en las próximas décadas sobre los países en desarrollo pues su subsistencia depende de las reservas naturales y el ecosistema
Por eso “hay que mantener con claridad la conciencia de que en el cambio climático hay responsabilidades diversificadas y… corresponde enfocarse especialmente en las necesidades de los pobres, débiles y vulnerables, en un debate a menudo dominado por intereses más poderosos” (LS 52).[6] Muchos de estos pobres ven como última solución migrarse a los centros urbanos, a otras regiones de su país o, finalmente, a otros continentes. “Los peores impactos probablemente recaerán en las próximas décadas sobre los países en desarrollo. Muchos pobres viven en lugares particularmente afectados por fenómenos relacionados con el calentamiento, y sus medios de subsistencia dependen fuertemente de las reservas naturales y de los servicios ecosistémicos, como la agricultura, la pesca y los recursos forestales. No tienen otras actividades financieras y otros recursos que les permitan adaptarse a los impactos climáticos o hacer frente a situaciones catastróficas, y poseen poco acceso a servicios sociales y a protección” (LS 25).[7]
Al mismo tiempo se empeoran, debido al cambio climático causado sobre todo por los países industrializados, cada día las posibilidades de vivir para las futuras generaciones. Debido a estas consecuencias, el cambio climático es una cuestión de justicia, de justicia intergeneracional al mismo tiempo como de justicia internacional.
El cambio climático es una cuestión de pastoral y teológica. Un crimen contra la naturaleza es un crimen contra nosotros mismos y un pecado contra Dios.
Pero el cambio climático finalmente es una cuestión de pastoral y teológica. “Que los seres humanos destruyan la diversidad biológica en la creación divina; que los seres humanos degraden la integridad de la tierra y contribuyan al cambio climático, desnudando la tierra de sus bosques naturales o destruyendo sus zonas húmedas; que los seres humanos contaminen las aguas, el suelo, el aire. Todos estos son pecados. Porque un crimen contra la naturaleza es un crimen contra nosotros mismos y un pecado contra Dios” (LS 8).[8] El calentamiento global son entonces signos de los tiempos, de los cuales nos hablaba el II Concilio Vaticano. Son desafíos que exigen una reacción fuerte de parte de nosotros como Iglesia.
Es nuestro deber como cristianos realizar cambios en nuestros estilos de vida y desde nuestras parroquias para reducir los gases de efecto invernadero
Cualquier actuar para frenar cambio climático y reducir la emisión de dióxido de carbono es un aporte para cuidar la creación y la casa común. Es nuestro deber como cristianos de realizar cambios en nuestros estilos de vida y la práctica de nuestras parroquias y comunidades para reducir los gases de efecto invernadero. “Reducir la deforestación e implementar una reforestación sistemática será uno de los aportes más valiosos que Bolivia puede dar al mundo entero en la lucha contra el cambio climático” (Univ. 108)[9] y poner a disposición de países en desarrollo fondos económicos para la mitigación del cambio climático y la adaptación a ello y permitir la transferencia de tecnologías capaces de reducir los GEI podría ser un aporte valioso desde Alemania y otros países desarrollados.
Hacen falta políticas urgentes para reducir drásticamente la emisión de dióxido de carbono y desarrollar energía renovable
Finalmente “hacen falta estrategias y políticas claras para implementar medidas de prevención y mitigar los efectos del cambio climático” (Univ. 109).[10] Sabemos todos que en los próximos diez hasta quince años tenemos que poner en marcha procesos de transformación profunda en varias áreas de nuestras sociedades y economías como son la movilidad y el tráfico, la producción industrial, la agricultura y silvicultura y la generación de energía eléctrica, sobre todo. “Muchos síntomas indican que esos efectos (del calentamiento global) podrán ser cada vez peores si continuamos con los actuales modelos de producción y de consumo. Por eso se ha vuelto urgente e imperioso el desarrollo de políticas para que en los próximos años la emisión de dióxido de carbono y de otros gases altamente contaminantes sea reducida drásticamente, por ejemplo, reemplazando la utilización de combustibles fósiles y desarrollando fuentes de energía renovable” (LS 26).11
La Jornada de Acción del 24 de septiembre es un tiempo de poner en marcha iniciativas desde bases cristianas, sin intereses partidarios y participar de la HUELGA CLIMÁTICA GLOBAL
Por estas razones, llamamos a nuestros fieles a organizar durante la Jornada de Acción del 24 de septiembre liturgias y plegarias en la causa del cuidado de la casa común o que pongan en marcha iniciativas propias desde las bases cristianas, parroquias, movimientos y asociaciones católicas para vivir su responsabilidad por la creación divina. Como Iglesia damos la bienvenida a todas iniciativas como el movimiento de los jóvenes de Fridays for Future que intentan concientizar a la humanidad y exigir medidas eficaces de parte de la política. Pedimos a nuestros fieles se sumen a las medidas de incidencia política que buscan justicia climática sin intereses partidarios y participen en las manifestaciones de la huelga climática global, iniciada por los jóvenes cuyo futuro está amenazada por nuestra manera de vivir, consumir y producir. Finalmente, llamaos a todos los fieles recen sin cesar para que Dios nos ayude salvar la vida en el planeta tierra y cuidar la casa común que Él mismo nos regaló.
[1] Conferencia Episcopal Boliviana: El Universo. Don de Dios para la vida, La Paz 2012; p.16 2
[2] Conferencia Episcopal Alemana (texto de expertos): Der Klimawandel. Brennpunkt globaler, intergenerationeller und ökologischer Gerechtigkeit, Bonn 2006; p.1.
[3] Papa Francisco: Laudato sí, Roma 2015; p.25.
[4] Relatorio del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) de 2021 (https://www.ipcc.ch/report/ar6/wg1).
[5] Papa Francisco: Laudato sí, Roma 2015; p.33.
[6] Papa Francisco: Laudato sí, Roma 2015; p.52.
[7] Papa Francisco: Laudato sí, Roma 2015; p.25.
[8] Papa Francisco: Laudato sí, Roma 2015; p.8.
[9] Conferencia Episcopal Boliviana: El Universo. Don de Dios para la vida, La Paz 2012; p.108.
[10] Conferencia Episcopal Boliviana: El Universo. Don de Dios para la vida, La Paz 2012; p.109.
11 Papa Francisco: Laudato sí, Roma 2015; p.26.