El pasado 6 de junio, en ocasión del aniversario de la Beata Nazaria Ignacia, Monseñor Sergio Gualberti celebró la Eucaristía en la Catedral Metropolitana donde destacó las virtudes y varios aspectos de su obra misionera y social.
“una joven misionera que a la corta edad de 23 años dejó su país para venir a Bolivia como hermanita de los ancianos desamparados” recordó Monseñor Sergio a tiempo de agregar que “Ante la realidad de la pobreza y desafíos de la evangelización dejó su familia religiosa y fundó su propia congregación, las Misioneras Cruzadas de la Iglesia”
Entre las muchas virtudes de la Beata que destacó en su homilía, relevó su amor apasionado por Cristo a quien quiso seguir desde muy joven “Te seguiré lo más cerca que pueda una humana criatura”; también relevó su amor por la iglesia destacando incluso que en su congregación estableció un cuarto voto: obediencia al Papa, como garantía de su comunión y servicio a la Iglesia”.
“El Reino de Dios era el sustento de la misión de la Nazaria y los pobres eran el objeto de sus sacrificios. Nazaria Ignacia decía que era preciso “bajar a la calle” “permanecer en la plaza de la historia”.
El Papa Juan Pablo Segundo la beatificó en septiembre de 1992 y su obra se halla extendida en América, Europa, África y Asia.
En la cruz del V Congreso Americano Misionero se encuentra incrustada su reliquia como como modelo de misionera y evangelizadora para todo el continente.
Este viernes 27 de octubre se ha conocido la noticia de que el Vaticano aprobó su canonización. Noticia que llena de regocijo no solo a la Iglesia sino a toda la sociedad en Bolivia pues se trata de la primer boliviana en se relevada a los altares.