Campanas. En la clausura de la “Semana de la Familia, el Arzobispo de Santa Cruz, afirmó que en la Vocación de la familia, reconocemos la presencia de Dios y el valor del matrimonio Cristiano.
Del 11 al 17 de mayo en Bolivia se celebró la “Semana de la Familia”, Bajo el lema: “Familia y creación, cuidadas con amor”, y en este espíritu, de comunión y de la vida nueva, durante la celebración Eucarística, presidida por el Arzobispo de Santa Cruz, Mons. Sergio Gualberti, se clausuró la semana de la familia, con un hermoso gesto de amor, plasmado en la “Renovación de las promesas matrimoniales”.
Esta celebración fue seguida por las familias de nuestra Arquidiócesis, a través de los medios de comunicación, ya que por la cuarentena por la pandemia del Covid – 19, no pudieron estar presentes físicamente en la Catedral como el año pasado, pero sí estuvieron unidas espiritualmente y representadas por dos parejas que “Renovaron sus promesas matrimoniales”, durante la celebración en la Basílica Menor de San Lorenzo Mártir.
La renovación de los votos matrimoniales, queridos esposos y esposas es la oportunidad de renovar juntos el consentimiento del día de su matrimonio, el sí de su amor y fidelidad recíproca ante su familia, la Iglesia y Dios, Él que los ha hecho crecer en el amor y los ha bendecido en los hijos, dijo el Arzobispo.
El prelado manifestó que durante esta semana se difundido través de los medios digitales, varios subsidios acerca del lema: “Familia y creación, cuidadas con amor”, medios que nos han ayudado a conocer más a fondo la vocación de la familia, reconocer en ella la presencia de Dios y redescubrir el valor del matrimonio cristiano.
La misa dominical fue presidida por Mons. Sergio Gualberti y concelebrada por los Obispos Auxiliares: Mons. Braulio Sáez, Mons. Estanislao Dowlaszewicz y Mons. René Leigue.
Es Jesucristo que ha elevado a la dignidad de Sacramento el matrimonio fundado sobre la opción libre entre un varón y una mujer que se comprometen a amarse y respetarse durante toda la vida. Así, el amor fiel e indisoluble entre esposos es asumido como «imagen » viva y signo visible del amor de Cristo por la Iglesia y del amor de Dios por la humanidad, y como “íntima comunidad de vida y de amor conyugal”, en la que los esposos se santifican, viviendo la vida de comunión abierta a la vida, formando la familia base fundamental de la sociedad y de la comunidad eclesial, dijo el prelado.
Así mismo, el Arzobispo dijo que el matrimonio cristiano, no es un “yugo” sino un “don” de Dios, una ayuda y una alianza de amor entre dos personas decididas a caminar juntas por las sendas del mundo.
Creo que, en estos días de cuarentena, ustedes esposos y esposas, que nos acompañan desde su hogar, han podido redescubrir a su pareja, valorar su persona y apreciar su amor y su cercanía. Ustedes han podido experimentar que los problemas y sufrimientos compartidos se hacen más livianos y soportables y que pueden mirar al futuro con esperanza, manifestó.
Sin embargo, la convivencia estrecha de tantos días, ha podido ocasionar alguna incomprensión o tensión, por eso les invito a reconciliarse y pedirse perdón, para reiniciar con nuevos ánimos su camino y vivir la gracia del matrimonio con intensidad y gratitud a Dios, pidió el prelado.
Unámonos todos en la acción de gracias al Señor por el don de la familia para que ella y todos nosotros podamos dar razón de la esperanza que el Espíritu Santo ha puesto en nuestras vidas. “Que admirables son tus obras Señor”.
Oración del Papa Francisco a las familias en cuarentena
Pienso en las familias, cerradas, los niños no van a la escuela, tal vez los padres no pueden salir; algunos estarán en cuarentena. Que el Señor les ayude a descubrir nuevos modos, nuevas expresiones de amor, de convivencia en esta nueva situación. Es una hermosa oportunidad para redescubrir los verdaderos afectos con creatividad en la familia.
Oremos por la familia, para que las relaciones en la familia en este momento florezcan siempre para el bien”.