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lunes 5 junio 2023
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Mons. Leigue: Dios quiere que seamos buenos cristianos, dejando de lado las habladurías y aprendiendo a perdonar

Campanas. La tarde de este Viernes Santo, Monseñor René Leigue, presidió en la Catedral, la celebración de “La Pasión de Nuestro Señor Jesucristo”, celebración sobria y austera en signos, conmovedora y solmene como el beso de la cruz, en la que se proclamó el evangelio de la pasión del Señor, se oró por la humanidad entera y se adoró con reverencia la cruz de Cristo.

 

Desde la Catedral el prelado afirmó que Dios siempre nos espera porque nos quiere, porque nos ama, porque quiere que nosotros seamos  personas  felices, y parta ser feliz, hay que dejar de lado aquello que nos aleja del otro, como es el no perdonar, que difícil es vivir así, con rencor, con rabia, con odio, porque es uno mimos que se aleja, y es uno mismo que sufre, y Dios no quiere eso para nosotros.

El Señor dio  su vida por nosotros, y  ahora él espera la respuesta de nosotros, que seamos buenos cristianos y porque no aquí en Bolivia, ser buenos ciudadanos  y ciudadanas, eso es lo que Dios espera de nosotros, dijo el Arzobispo de Santa Cruz.

La celebración inició con la procesión de entrada de los celebrantes, en un ambiente de profundo silencio y recogimiento. Frente al altar, como señal de humildad, penitencia y súplica a Dios, se postraron el Arzobispo, Monseñor René Leigue, el P. Hugo, el rector de la Catedral  y el Diácono Grover Gutiérrez.

Es la Adoración de la Cruz, en la que se agradece a Jesús con un beso.  “Aquí hay que recordar que desde el Jueves Santo el altar permanece desnudo y la cruz cubierta con un velo. En esta celebración de Viernes Santo se descubre la cruz y se presenta de manera solemne: el celebrante debe decir: ‘Miren el árbol de la cruz, del que pende Cristo, salvador del mundo’, y enseguida se realiza la adoración de la Cruz con un beso.

“Miren el árbol de la cruz donde estuvo clavada la salvación del mundo: vengan y adoremos”. Esta es la invitación que la liturgia nos hace, en esta celebración, al momento de mostrar la cruz; mirar y contemplar a Jesús, el siervo del Señor justo e inocente, clavado en un instrumento de muerte transformado, por Él, en un medio de salvación para toda la humanidad.

A la celebración realizada en el atrio de la Catedral, donde se proclamó la Pasión de nuestro Señor Jesucristo y donde el Arzobispo, el Rector de la Catedral, P. Hugo Ara y el P. Osvaldo Peña realizaron  el rito de la adoración de la cruz, le siguió la procesión del Santo Sepulcro de nuestro Señor Jesucristo por algunas calles aledañas al centro cruceño. La estuvo encabezada por Monseñor René Leigue, el P. Hugo Ara y el P. Osvaldo Peña, acompañada un grupo litúrgico de la Catedral que animaron la oración.

Homilía

Estamos reviviendo la pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo, y esto lo hemos empezado al mediodía con la meditación de las 7 palabras y reflexionando sobre cada una de ellas.

Si tomamos en cuenta  lo que hemos escuchado en el Evangelio, no habría nada más que decir no, porque no podemos aumentar, ni quitar más, lo que ha pasado ahí, es lo que hemos escuchado en el Evangelio, donde para buscar hacer el bien, cuesta, pero cuando se trata de hacer el mal, rápido nos salen las ideas y a veces también las coincidencias, como es el caso de Pilato y el Cesar, estaban peleados entre ellos, pero unos a otros se apoyaban, y pareciera que para seguir la línea de este grupo que pedía la crucifixión de Jesús, se ponían de acuerdo.

Muchas veces para hacer el mal hay apoyo, para ir contra otros, y eso han hecho con Jesús, Pilato y el Cesar quedaron como amigos, para no ir en contra del pueblo y dejaron al pueblo que hagan lo que les parezca. Si ustedes toman en cuenta también, lo que Jesús decía ahí, él no iba en contra de nadie, no iba en contra de ellos, tampoco Jesús le reprocho nada a ellos, las palabras de Jesús siempre han sido de apaciguar el momento, él dice, he estado siempre en medio de ustedes y he hablado con toda libertad, le he enseñado, nunca he dicho las cosas en secreto y ahora ¿Por qué me acusan? Jesús es claro con ellos, y aquí él nos deja esa enseñanza, que no tenemos que ir en contra de nadie, no tenemos que armar líos, si es que realmente decimos lo que es. Cuando alguien está dudando de lo que dice, es cuando habla más fuerte, y es cuando mete miedo, pero aquel que dice las cosas como son, como es el caso de Jesús, así con esa sencillez que él se presenta, con esa humildad para poder dialogar con ellos, y estando frente a las autoridades siempre mostró sencillez, y esa enseñanza tenemos que tomar en cuenta nosotros.

Hay muchos casos en los que nos pueden sacar de nuestras casillas y podemos explotar también, con frases con palabras para herir al otro, esto no tiene sentido, si calmamos nuestra voz podemos evitar grandes problemas. Jesús no alzaba la voz, él comunicaba cuál era su misión, y para que había sido enviado.

Jesús ha sufrido mucho, las películas que vemos no muestran todo el maltrato que tuvo que pasar, de verdad es escalofriante mirar esas escenas, pero según los estudiosos, dicen que eso que se muestra en las películas, no es nada, para lo que verdaderamente hicieron con Jesús. Por eso nadie puede decir, que ha sufrido como Jesús, o como alguien ha dicho por ahí, a mí me castigaron peor que a Jesús, nadie puede compararse con Jesús, y nadie puede decir que sufrió más que Jesús, porque no es así.

Jesús sufrió hasta el extremo por amor a nosotros, las palabras que él ha mencionado, ahí uno se da cuenta, que verdaderamente él sufría, de alguna manera quería salir de ese momento, en su condición humana  quería salir, pero nosotros como humanos no podríamos soportar todo lo que sufrió Jesús. Es ahí donde verdaderamente tenemos que ver a Jesús, el dio su vida por nosotros, para que nosotros podamos vivir la vida, él nos da vida, y vida en abundancia, él quiere que entre nosotros no existan malestares, y así como se inventaron cosas de Jesús, también nosotros nos inventamos cosas de los demás, decimos cosas que no son y muchas veces por hacer daño. Qué triste es  escuchar eso, pero es una realidad que vivimos, se inventan cosas para juzgar a alguien, porque no les cae bien, o porque es adversario, hablan mal, y eso pasaba con Jesús, sin embargo él, va delante con esa misión que tiene, y él da su vida por nosotros.

Hermanos y hermanas, reflexionemos sobre este día ¿Será que no seguimos haciendo sufrir  a este Jesús que nos quiere, que nos ama y que dio su vida por nosotros? Cuando nos comportamos mal, cuando hablamos mal del otro, cuando juzgamos, cuando agredimos, cuando insultamos, no seguiremos haciéndolo sufrir a Jesús todavía. A pesar de todo, Jesús no se aleja de nosotros, él está siempre ahí, esperándonos, porque nos quiere, porque nos ama, porque quiere que nosotros seamos  personas  felices, y parta ser feliz, hay que dejar de lado aquello que nos aleja del otro, como es el no perdonar, que difícil es vivir así, con rencor, con rabia, con odio, porque es uno mimos que se aleja, y es uno mismo que sufre, y Dios no quiere eso para nosotros, no quiere que suframos, quiere que dejemos de lado todos los malestares entre nosotros, por eso es que él nos muestra aquí, como hay que actuar en medio de un problema serio, así como el sufrió y fue flagelado, y al final él dice; “Señor perdónalos porque no saben lo que hacen”. Cuantas veces nosotros hermanos y hermanas hacemos cosas que no nos damos cuenta, en un momento de rabia decimos muchas cosas  y después nos arrepentimos, y muchas veces ya es tarde. Cuantas personas han cometido incluso un homicidio, después está arrepentido, pide perdón a la familia, pero ya es demasiado tarde, la vida que ha truncado ya no vuelve. Cuantas veces actuamos de esta manera, el Señor aquí nos muestra que no hay que caer en exagerar en las Cosas, sigamos reflexionando sobre este momento, en el cual el Señor da su vida, y dice; todo se ha consumado, todo se ha cumplido, ahora espera la respuesta de nosotros, que seamos buenos cristianos y porque no aquí en Bolivia ser buenos ciudadanos  y ciudadanas, eso es lo que Dios espera de nosotros.

 

Graciela Arandia de Hidalgo



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