Campanas/Iglesia Viva/ Mons. Fernando Bascopé, Obispo Castrense de Bolivia y Presidente del Área de Educación de la Conferencia Episcopal Boliviana, dirige una carta a la Comunidad Educativa, en la que destaca la solidaridad con los estudiantes; manifiesta el compromiso de las obras educativas de la Iglesia para paliar la falta de educación; a los educadores valorando el enorme esfuerzo que realizan en medio de la pandemia; y a los padres y madres de familia recordando que siguen siendo protagonistas de la educación de sus hijos.
A la comunidad educativa boliviana
En el espíritu del apóstol que se dirige de corazón a la comunidad (1 Jn 2,12-14), nos dirigimos a los integrantes de la comunidad educativa boliviana.
En primer lugar, nos dirigimos a ti, querido estudiante, agradeciéndote por tomarte el tiempo para compartir esta reflexión.
Al leer estas líneas, estarás en uno de dos grandes grupos de niños y jóvenes de nuestro país. O estarás entre los que pueden tener acceso a la educación virtual o estarás entre quienes, lamentablemente, no pueden acceder a este beneficio.
Si eres del primer grupo, debes sentirte afortunado ya que hay muchos estudiantes como tú que no pueden continuar con sus estudios, con el consiguiente perjuicio en su progreso personal. Además, es importante que tomes conciencia que la posibilidad de seguir estudiando se debe a que tienes unos padres que valoran la importancia de la educación y a que estás en un colegio, en un instituto o en una universidad, donde los directivos y los profesores vienen realizando un esfuerzo especial para que las clases continúen. Esto ocurre aquí y en muchas partes del mundo y se debe a que existe una consigna muy importante: la educación no debe detenerse. Los niños y los jóvenes deben recibir lo mejor que la sociedad puede darles y eso se llama educación.
No cabe duda de que lo mejor sería una educación presencial y de que la educación virtual tiene sus limitaciones y hay que mejorarla. Sin embargo, es mejor eso a no tener nada y desperdiciar un valioso tiempo de la vida sin hacer algo que te forme y te ayude a desarrollar tus capacidades. Te animamos a que, pese a las incomodidades de la cuarentena, aproveches este tiempo acercándote a tus seres queridos y aprendiendo todo cuanto puedas, ya que el Buen Dios te ha dado muchos talentos que puedes desarrollar.
Y a ti, querido estudiante que aún no has podido sumarte a la educación virtual, te expresamos nuestra solidaridad en este tiempo en el que, sin duda te sientes frustrado y desconcertado. Las noticias y el panorama que debes ver en los medios de comunicación social, sin duda, te deben desorientar y debes sentirte al margen de las decisiones que se van tomando por personas ajenas a ti y a tu mundo juvenil.
Te animamos a que no te dejes vencer por el desánimo y a que animes también a quienes te rodean a valorar la educación y a que se organicen para buscar soluciones a la falta de educación allí donde te encuentras.
Como obras educativas de la Iglesia, estamos comprometidos buscando nuevos caminos para paliar la falta de educación mediante distintas y variadas estrategias. Te invitamos a ti y a tus compañeros a unirse a este camino, a esta lucha por la educación para todos.
Queremos que sapas que estás en el corazón de Dios y que el Señor te mira con ternura y preocupación (Mc 10,21) en este y en todo momento. Como educadores deseamos que accedas cuanto antes a la educación virtual, que es el camino que por ahora nos lleva a lograr tu formación en este tiempo de pandemia que atraviesa en el país y el mundo.
A ti, querido educador\a, de escuela, de instituto o de universidad, queremos decirte que valoramos tu noble esfuerzo por aproximarte a una nueva forma de hacer educación, valoramos el tiempo que le dedicas a aprender nuevas formas de enseñar para llegar a tus estudiantes y ofrecerles el bagaje que llevas dentro. Reconocemos que el camino que recorres no es sencillo porque te encuentras con dificultades materiales y con personas que, en lugar de alentarte, te desaniman. Sin embargo, te pedimos que nunca olvides que sin maestros no existe educación completa e integral y que sin niños y jóvenes a quienes formar y acompañar aquí y ahora, nuestra profesión carece de sentido.
Y a Uds., apreciados padres y madres de familia, nos cabe decirles que, hoy y siempre, siguen siendo los protagonistas principales de la educación de sus hijos y que esta circunstancia especial de la pandemia tendría que ser aprovechada para tomar conciencia del importantísimo rol de ser la presencia atenta y amorosa que requieren nuestros niños y jóvenes. El apoyo de los ppff, acompañando a sus hijos, de acuerdo a sus respectivas edades, se ha convertido en un nexo vital entre la institución educativa y las familias que permite que la educación siga adelante.
La buena marcha de la educación virtual depende en buena medida de la coordinación entre padres y maestros, es por eso q que invitamos a ambos estamentos a apoyarse mutuamente buscando el bien de nuestros niños y jóvenes
Finalmente, querida comunidad educativa, encomendemos a Dios Padre la hermosa tarea de construir entre todos una educación virtual o a distancia, que aunque con tropiezos, debe ir adelante por el bien de niños y jóvenes y de nuestro querido país.
Mons. Fernando Bascopé Müller. SDB
Obispo Castrense de Bolivia
Presidente Área de Educación – C.E.B.