Campanas. “El Cardenal Julio dejó una huella muy profunda en nuestra memoria y en nuestro corazón”
El 9 de diciembre se cumplen 4 años del fallecimiento del Cardenal Julio Terrazas Sandoval, sin lugar a duda él dejó una huella muy profunda en cada una de las personas que lo conocieron, conversamos con Monseñor Braulio Sáez, el Obispo Emérito que compartió 35 años de amistad y servicio con el Pastor boliviano.
Monseñor Braulio afirma que recordar al Cardenal Julio Terrazas es recordar una historia muy bonita de su vida, porque han compartido 35 años de amistad, sus vidas se juntaron en Oruro donde trabajaron con mucha ilusión y recordar que hace 4 años nos dejó, le da la sensación que fue ayer, porque él está siempre presente en su memoria y en su corazón, pero a la vez siente la ausencia de este hombre que ha marcado una historia muy importante en la Iglesia de Bolivia y que allá donde ha ido ha dejado su huella.
El Obispo Emérito de Santa Cruz, reconoce que personalmente, el Cardenal Julio le dejó una huella muy grande, en Oruro tuvo la oportunidad de compartir con él casi 5 años y luego sucederle en el trabajo pastoral de la Iglesia de Oruro, una Iglesia que él la fue mimando y formando y sobre todo la fue enviando a nuevos derroteros, que fueron las Comunidades Eclesiales de Base, la Pastoral de conjunto, la Pastoral Juvenil, la Pastoral Familiar y muchas acciones que quedaron muy fuerte en esa Iglesia.
Hoy Mons. Braulio, lo recuerda con cariño pero sobre todo con esperanza de saber que el mensaje que él nos dejó no ha sido vacío, sino ha sido tomado por nosotros y ha sido como el motor de todo el ministerio Pastoral y el ministerio de tantos sacerdotes que él formó, de tantos Obispos que él consagró y de tantas personas con quienes se encontró durante su camino.
El amigo del Cardenal Julio, lo recuerda con amor, un recuerdo esperanzador, un recuerdo alegre porque va lleno de esa fuerza que él infundía, que era la Paz, y que era sobre todo el amor de Jesucristo. Que el Señor le tenga en su gloria y sabemos que lo tiene y que el Señor también nos anime a seguir su ejemplo, concluye Mons. Braulio Sáez.