Iglesia Viva 24.04.20// En un video mensaje los Coordinadores de la Pastoral Juvenil Vocacional de Bolivia, motivan a reflexionar desde la Exhortación Apostólica “Christus Vivit”, la realidad de los jóvenes, animándolos a no dejarse absorber por la incertidumbre y la impotencia y por el contrario ser solidarios con el que sufre y pensar en mejorar la Casa Común ahora y después de la cuarentena.
Desde el capítulo 119 de la Exhortación Apostólica Post Sinodal Christus Vivit ellos recuerdan: “Mira su Cruz, aférrate a Él, déjate salvar, porque «quienes se dejan salvar por Él son liberados del pecado, de la tristeza, del vacío interior, del aislamiento”.
Partiendo de estas palabras del Papa Francisco, los jóvenes invitan a meditar la realidad que se encuentra llena de incertidumbre, impotencia, miedo y fragilidad, alentando ano dejarse absorber por esto, por el contrario tener fe y aferrarse a Dios.
A su vez motivan a dejarse a amar por Él, compartir con la familia, conocerse uno mismo y reflexionar sobre “¿qué haremos para mejorar la Casa Común ahora y después de la cuarentena?”.
Asimismo el llamado de los coordinadores de PJV a ser solidarios, ayudando de corazón a quién lo necesita y a quien más sufre, “como seguidores de Cristo juntos no tener miedo y confiar en Dios”.
Este es el primero de un paquete de tres mensajes que los Coordinadores de PJV de Bolivia dirigen a los jóvenes en general, en esta primera entrega participan desde la Diócesis de Tarija, Paola Balanza, de la Diócesis de San Ignacio de Velasco, Johan Capusá, de la Prelatura de Coro Coro, Julio Apaza, de la Arquidiócesis de La Paz, José Cosme y del Vicariato Apostólico de Camiri, Lila Flores.
Ese Cristo que nos salvó en la Cruz de nuestros pecados, con ese mismo poder de su entrega total sigue salvándonos y rescatándonos hoy. Mira su Cruz, aférrate a Él, déjate salvar, porque «quienes se dejan salvar por Él son liberados del pecado, de la tristeza, del vacío interior, del aislamiento»[65]. Y si pecas y te alejas, Él vuelve a levantarte con el poder de su Cruz. Nunca olvides que «Él perdona setenta veces siete. Nos vuelve a cargar sobre sus hombros una y otra vez. Nadie podrá quitarnos la dignidad que nos otorga este amor infinito e inquebrantable. Él nos permite levantar la cabeza y volver a empezar, con una ternura que nunca nos desilusiona y que siempre puede devolvernos la alegría»[66].
CHRISTUS VIVIT N°119