Campanas/El Departamento de Pastoral de la Universidad Católica Boliviana – Regional Santa Cruz, hace una recopilación de los 10 mensajes claves del arzobispo, Mons. Sergio Gualberti, en el Te Deum Ecuménico en la conmemoración de los 211 años de la gesta libertaria de Santa Cruz de la Sierra.
1: Esperanza y no utopía engañosa, sino confianza plena de que se reavive el tejido de relaciones personales, comunitarias y sociales, se reanuden a totalidad las actividades laborales y sociales y, en particular, la educación de nuestros niños y jóvenes.
2: Este tiempo de espera activa, necesita sabiduría y prudencia para mirar hacia adelante y no quedarnos revolviendo fantasmas del pasado para justificar nuestra inercia, o en búsqueda de revanchas y venganzas. La historia es camino, es movimiento (…). Tenemos que releer el pasado, aprender a valorar y aprovechar todo el bien recibido y ofrecido, pero también, a pedir perdón por los errores cometidos, sanar heridas y reconciliarnos entre todos.
3: (Necesitamos) el reconocimiento de nuestra cultura, manera de pensar, actuar y vivir de acuerdo a las raíces cristianas manifestadas en el nombre de la Santa Cruz, el ejercicio efectivo y pleno de la autonomía, el desarrollo y progreso integral personal, social y económico, y el crecimiento constante y sostenido de la población por la migración del interior y exterior.
4: Merece atención, por su urgencia, la defensa de los pueblos indígenas y de la biodiversidad ambiental, que corren serio peligro de desaparecer por la explotación irracional de recursos naturales no renovables, la deforestación salvaje, los incendios, incluso de reservas y parques nacionales, los avasallamientos y otras causas. (…) Se eleva al cielo el clamor de las marchas de los pueblos indígenas, algunos están acá a la puerta de la Catedral, ¡¡¡que nadie haga oído sordo y que se escuchen sus demandas!!!.
5: Todos y cada uno de nosotros tenemos el derecho y el deber de participar en la construcción del bien común y no solo los que están llamados a gobernar. La participación libre de todos los ciudadanos, es el mejor antídoto para evitar la tentación de la absolutización de ideologías y de posiciones extremas como el fanatismo y el fundamentalismo. La unidad entre todos, no es una opción, es una necesidad.
6: Unidad desde la reconciliación y el perdón recíproco que nos lleva a caminar juntos en armonía y paz. Unidad no uniformidad, sino complementariedad y valoración de los talentos y capacidades de cada uno, en base a una adhesión libre y firme de parte de las fuerzas vivas de personas, instituciones y distintos sectores de la sociedad.
7: Jesús no renuncia a su condición divina, la pone a disposición de la humanidad, de todos nosotros. No salva desde fuera, sino desde dentro, compartiendo la desdicha de nuestra naturaleza oprimida por el mal y el pecado, para llevarla consigo a la vida. Este es el único modo de ser cristiano, de contribuir al proceso de liberación humana integral y de instaurar un mundo fraterno y justo.
8: Pablo nos pone en alerta: “Jamás actúen por ambición o vanagloria; al contrario, siempre con humildad, considerando a los demás superiores a ustedes mismos. Que nadie se preocupe por su propio interés, sino por el de los otros”. Vanagloria, ambición, interés propio o de sector, son actitudes de un pensamiento sin Dios y sin horizontes, raíces de las divisiones, los conflictos, las guerras, los rencores, las envidias, pero sobre todo de los sentimientos que postran en la inercia y el vacío humano y generan en el corazón una situación de tensión que hace vivir continuamente insatisfechos.
9: El servicio a los demás es el remedio a las pasiones de la codicia y ambición porque, en el servicio, todos nos beneficiamos recíprocamente de las capacidades y talentos de los unos y los otros. Al sobresalir en el servicio, en vez que ensalzarnos por encima y a costa de los demás, nos elevamos y nos hacemos grandes todos juntos.
10: “El futuro será de esperanza si será juntos”; hago mías estas palabras del Papa Francisco en su viaje pastoral a Eslovaquia, para expresar mis augurios a nuestra Ciudad y Departamento (…). Invoco al Señor para que, gracias a su amor abundante, Bolivia sea una tierra de encuentro para todos, donde vivamos como familia de hermanos que se respetan, se aman y colaboran, y para que, en medio de tanta discordia que envenena al mundo, seamos siempre, todos juntos, testigos de bien y de paz. ¡¡¡¡Felicidades Santa Cruz!!!.