Campanas. Desde su vocación y en este llamado a servir y compartir la vida, el voluntariado siempre fue para Laura, un espacio maravilloso para poder dar lo mejor de ella, estas experiencias la han enriquecido mucho y en esta dinámica de construir, de caminar juntos y soñar, el voluntariado ahora estando en Fratelli, le permite ser parte de un mundo nuevo, de soñarlo y de vivirlo cada día.
Laura Alejandra Miño Pérez, tiene 28 años, es boliviana, viene de una familia misionera de Ecuador, sus padres Ricardo y Silvia son misioneros maristas como toda su familia, ella vive en Líbano y forma parte del Proyecto Fratelli.
Los padres de Laura después de 28 años de servicio en Bolivia, y luego de participar del V Congreso Americano Misionero realizado en Santa Cruz de la Sierra del 10 al 14 de Julio del 2018 , partieron de misión rumbo al país hermano de Cuba.
Fratelli significa hermano y este Proyecto tiene por objeto satisfacer las múltiples necesidades de educación de los niños y jóvenes, sobre todo: aumentar el acceso al sistema de educación formal de los niños/as refugiados/as económicamente y logísticamente apoyando su inserción en las escuelas.
La atención a las personas siempre ha sido una prioridad en la filosofía educativa lasaliana y marista, y el apoyo psicosocial es un eje fundamental del ‘Proyecto Fratelli’. “
Lo que preocupa principalmente es la persona”, y esto es uno de los puntos fuertes del proyecto. Todo el trabajo educativo y social que aquí se hace con-tribuye a aligerar las tareas de las instituciones locales: seleccionamos a los niños preparados para inscribirse en la escuela pública y damos apoyo escolar a los otros, pero sobre todo trabajan para normalizar situaciones de estrés, ofrecen un lugar seguro para divertirse y socializar, y estimular positivamente a niños y adolescentes que, si no, estarían en la calle sin nada que hacer, en una situación de alto riesgo social “.
Los efectos positivos de este tipo de trabajo en un sistema nacional puesto a dura prueba por la presencia de 1 millón y medio de refugiados estos son datos oficiales, pero podría haber muchos más son evidentes para muchos libaneses, y esto hace que el proyecto Fratelli
‘ haya sido bien acogido tanto en Rmeileh como en Beirut, y no sólo por parte de la comunidad local; los programas educativos y sociales de ‘Fratelli’ están en línea con las orientaciones de las autoridades ministeriales correspondientes y de Unicef, aunque por el momento no exista un reconocimiento oficial.
Un proyecto educativo eficaz también debe brindar apoyo a las familias, y oportunidades para una capacitación alternativa a la escuela; por eso el ‘Proyecto Fratelli’ ha organizado cursos de informática y de corte y confección para adultos.
Gracias a eso, tanto jóvenes como madres de familia han adquirido destrezas útiles para apoyar la economía familiar, encontrando, al mismo tiempo, un lugar para socializar entre ellos y con sus maestros. A los pocos meses de su lanzamiento, “Fratelli” había crecido más allá de las expectativas iniciales, y ya se está pensando en nuevos desarrollos.
En el próximo curso, se incrementarán los programas para jóvenes, las actividades deportivas, la educación al respeto del medio ambiente y los derechos del niño. Nuevos desafíos para los cuales se requieren más recursos y más personas.
Testimonio de Laura Miño Pérez
Laura cuenta en este video que un día para ella en el proyecto Fratelli, inicia con la oración, luego preparan juntos el desayuno, recogen a los niños de sus casas, los llevan al centro y durante el día en la primera parte de la mañana ella acompaña el proyecto de preescolar a niños de 3 a 5 años, que empiezan un espacio educativo que no han tenido antes al ser refugiados. Laura apoya al grupo de docentes, con música, inglés, ella está aprendiendo también árabe medio.
Esta misionera boliviana también trabaja con jóvenes, con mujeres con la Jiata que es un proyecto de costura y los sábados y fines de semana con niños en la promoción de los derechos de la Niñez.
Desde su vocación y en este llamado a servir y compartir la vida, el voluntariado siempre fue para Laura, un espacio maravilloso para poder dar lo mejor de ella, estas experiencias la han enriquecido mucho y en esta dinámica de construir de caminar juntos y soñar, el voluntariado ahora estando en Fratelli, le permite ser parte de un mundo nuevo de soñarlo y de vivirlo cada día.
Laura expresa con mucha emoción que cuando está con ellos o con ellas ve en sus ojos mucha esperanza, ellos vienen de una realidad de la que han huido, de dolor, de muerte, de guerra y verlos y poderlos ayudar en el proyecto Fratelli en cualquier espacio, verlos cantando, jugando, y ver que en este lugar encuentran un espacio donde pueden soñar, donde se sienten queridos, donde ven posibilidades de salir adelante y ven en este proyecto algo muy significativo para ellos.
Laura dice que Fratelli para ella es una gracia, y ser parte de este proyecto y poder compartir con todas esta personas es un regalo, es poder vivir el reino de Dios en este espacio pequeño del mundo y como dicen algunos, pequeñas personas en pequeños espacios se puede cambiar el mundo.
Conozcamos un poco más de la Familia Miño en esta nota
Fotografías: Nana Abena Asantwa Miño Pérez