Campanas. Con el 50% de aforo en el Santuario de Cotoca, por las restricciones sanitarias por la pandemia del Covid – 19, Mons. Estanislao Dowlaszewicz, Obispo Auxiliar de Santa Cruz, presidió la celebración Eucarística y rezo de la última noche de la novena en honor a la Patrona del Oriente boliviano.
La pandemia y las fuerzas destructivas detrás de ella, han querido romper la esperanza de la gente, desdibujar a Dios del horizonte de los pobres y afligidos. Sin embargo, ante el confinamiento y las prohibiciones, Dios se ha metido en todos los rincones del Planeta y ha generado lazos de fraternidad, esperanzas y nuevos modos de presencia, relaciones y vínculos.
Que la Mamita de Cotoca nos encamine a un mayor compromiso con los tres grandes amores de Cristo: el Padre, los pobres y el Reino. Como Iglesia, a nivel personal y comunitaria nos unimos durante esta festividad para orar a María: Oremos a María, consuelo y esperanza nuestra”
Al iniciar su Homilía el Obispo Auxiliar de Santa Cruz dio la bienvenida a todos los peregrinos y devotos que llegaron hasta el Santuario, la casa de la Mamita de Cotoca, quien nos abre los brazos para acogernos y escucharnos con su amor de madre.
“Oremos a María, consuelo y esperanza nuestra”, rezar en este tiempo que nos ha tocado vivir a causa de la pandemia, de una manera distinta hemos celebrado la novena y también celebramos de manera diferente las vísperas y el 8 de diciembre, la fiesta de la Mamita de Cotoca. El Covid – 19, ha cambiado mucho, pero eso no puede frenar nuestra devoción, no puede frenar lo que sentimos en el corazón, dijo Monseñor.
Siempre la fiesta de nuestra Mamita se celebra el tiempo de adviento, el tiempo que nos prepara para celebrar este misterio, cuando su fíat, su sí “soy la sierva tuya que se haga según tu voluntad.”
El Obispo Auxiliar afirmó que el adviento no existe sino hay un lugar privilegiado para la Virgen María, y vemos como su hijo es extraordinario, también su madre es extraordinaria. En este momento si miramos a María nos damos cuenta que ella también nos mira con ojos de madre.
En el Evangelio que acabamos de escuchar dijo Monseñor Estanislao, la anunciación donde el ángel Gabriel saludó a María con esa bonita expresión “llena de gracia”, porque Dios le había dado un regalo extraordinario, ese regalo que la preservó y la liberó del pecado original.
Así mismo el prelado afirmó que durante la anunciación, María escuchó algo que parecía casi increíble, ella se convertiría en la madre del hijo Dios, fue la maternidad de la Virgen María, la maternidad divina la que determinó su dignidad. La Inmaculada concepción que significa una relación muy íntima con su hijo a través de la gracia de la maternidad divina.
Miremos a María fue la invitación que hizo Monseñor a los devotos que se encontraban en el Santuario, si la miramos, nos daremos cuenta que su belleza no solo es exterior, sino interior, del corazón, una belleza interior que ha preservado a la Virgen María del poder de satanás. Por eso es la obra maestra de la creación, es ella, nuestra mamita llena de gracia, Santa desde el momento de la concepción, santa por aquel que dio a luz.
La Virgen María, es la imagen perfecta del amor de Dios. En nuestra realidad las personas buscan la belleza externa olvidándose que la Virgen lleva la belleza por dentro, la belleza del corazón.
Son dos características que hacen de la Virgen María la imagen perfecta del amor de Dios.
- La primera característica de la Virgen María es su maternidad, mujer que es madre, ella tocó con sus manos el misterio de la vida del hijo de Dios. La maternidad, el regalo más grande de ser madre, de transmitir la vida. Muchas veces muchas mujeres borran esa imagen de ser madre en su corazón, cuando llegan a decidir abortar, matar a su hijo no nacido, esa es la característica principal, la mujer, la madre que abraza a su hijo, en sus brazos lleva el fruto del amor.
- La segunda característica de María es la belleza del alma y del espíritu, así cuando venimos a la casa de nuestra Mamita, mirémosla así, como un modelo de la madre que ama el fruto de sus entrañas, protege, lo defiende y lo acompaña hasta el último suspiro de su hijo en la cruz, “ahí tienes a tu madre”, “ahí tienes a tu hijo, nadie puede sustituir la maternidad y la belleza interna, del espíritu y del alma de la Virgen María.
El tiempo de adviento que celebramos y la fiesta de la Mamita de Cotoca, que no sea el momento para cumplir una tradición, una costumbre, sino hemos llegado aquí con todo lo que llevamos, las tristezas, el dolor de haber perdido a un ser amado en este tiempo de pandemia, ánimo lleguemos hasta aquí para comenzar de nuevo.
No podemos retornar a nuestros hogares sin reconciliarnos, sin el abrazo de paz y a ejemplo de María nuestra madre, descubramos la belleza que llevamos dentro de nuestro corazón, dijo el prelado al finalizar su homilía.
Desde el Santuario de Cotoca se ha pedido a los feligreses que asistan a las misas que se oficiarán durante toda la jornada del 8 y 15 de diciembre, cumpliendo con todas las medidas de Bioseguridad para evitar el contagio de coronavirus. El uso del barbijo y el alcohol en gel para el desinfectado de manos es obligatorio.
Próximas celebraciones
Martes 8 de diciembre:
- 6:00 am: P. Juan Crespo Gutiérrez, Vicario General.
- 8:00 horas: Mons. Rene Leigue, Obispo Auxiliar de Santa Cruz
- 10:00 horas: Mons. Sergio Gualberti, Arzobispo de Santa Cruz.
Otras celebraciones a las 12:00, 16:00 y 19:00 horas
Lunes 14 de diciembre: 19:00: horas: P. Juan Pablo Moreno
Martes 15 de diciembre:
- 6:00 horas: P. Marco Antonio Aguilera
- 8:00 horas: horas: P. Antonio López.
- 10:00 horas: Vicario General: P. Juan crespo
Otras celebraciones: a las 12:00, 16:00 y 19:00 horas