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jueves 28 septiembre 2023
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“Hay que cambiar la violencia cultural y estructural”

Campanas/ “Hay que cambiar la violencia cultural y estructural”, es una de las conclusiones de la primera noche del Seminario Virtual: “Violencia: ¿Es posible erradicar esta pandemia cultural?”, organizado por las instituciones eclesiales que participan de la Iniciativa: “Laicos constructores del Bien Común”, con la coordinación de la Pastoral de la Universidad Católica Boliviana (UCB), Sede Santa Cruz.

María Soledad Quiroga, Directora Nacional de la Fundación UNIR, resaltó que solo vemos la violencia directa que es visible y no tanto la violencia cultural y estructural que no es tan visible, para señalar que son los valores y costumbres que legitiman y naturalizan las formas de violencia que conocemos y que, precisamente, hay que buscar el cambio en las raíces, que pasa por la re-educación en valores para construir la paz directa, consistente en la regulación no violenta del conflicto; la paz cultural en base a valores compartidos y la paz estructural que tiene que ver con la satisfacción integral de las necesidades humanas.

Se escucharon datos y hechos de violencia que sufren las mujeres, los niños, las personas adultas mayores, las personas con discapacidad, entre otros sectores. En el caso de la violencia de las mujeres se habría incrementado en un 343% entre 2017 a 2020, con una incidencia preocupante en adolescentes y en los feminicidios que ascienden por año, habiendo llegado a 118 el 2021. Preocupa los infanticidios que promedian en 50 casos año. También se reflexionó la violencia en la educación, en la salud, en el empleo, incluso, en contra del medio ambiente, resaltando la pobreza como forma de violencia estructural, que tiene un porcentaje del 61% si se la mide desde la Metodología de Pobreza Multidimensional, como lo hizo CEDLA en una investigación.

Se concluyó que el cambio empieza con uno mismo para influir luego en la convivencia social y en el Estado. Se dijo que Bolivia históricamente fue y es autoritaria y no democrática por varios factores. En ese sentido, al mismo tiempo de re-educar en valores, hay que crear estructuras de justicia y participación democrática, de tal modo, que la lógica no sea “ojo por ojo”, porque de persistir este paradigma, recordando la frase de Mahatma Gandhi: “si es ojo por ojo, todos quedaremos ciegos” o, como muchas veces señaló la Iglesia: “la violencia siempre engendra más violencia”.

Se contó con el saludo y mensaje de Mons. Sergio Gualberti, Arzobispo de Santa Cruz, quien hizo una constatación de la violencia en las guerras que se conoce a nivel internacional, como la invasión armada de Rusia a Ucrania, y a nivel nacional en todos los niveles y espacios, empezando en la familia. La violencia ya es cultural como dice el nombre del Seminario. El diálogo ha perdido sentido, en la práctica es una pulseta de poder. Hay que educar en la cultura del diálogo, la paz y la armonía. Ojalá este esfuerzo pueda sembrar semillas de fraternidad y paz.

Se agradece la participación de agentes pastorales, de docentes universitarios, estudiantes y otros laicos y personas comprometidas, no solo de la Arquidiócesis de Santa Cruz, sino de otras jurisdicciones eclesiásticas. Esta segunda noche, 31 de marzo, tratará los temas de la eficacia o ineficacia de las normas y políticas públicas en la prevención y sanción de la violencia y las orientaciones del Magisterio Social de la Iglesia en la promoción de la cultura de paz.

 

Graciela Arandia de Hidalgo



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