Campanas. De nosotras todos esperan!. Hace un mes que las hermanas Franciscana Angelinas – Colegio Uboldi, en este tiempo de cuarentena por la pandemia del Covid- 19, vienen preparando almuerzo para 75 personas por día, 4 veces a la semana. La mayoría de las personas y familias que llegan hasta la casa de las hermanas, son indigentes que viven en las calles y migrantes venezolanos, que al no tener su fuente de ingresos por la venta de dulces en los transportes públicos a causa del confinamiento, no tienen dinero para alimentarse.
La mayoría de estos hermanos se apostaban en la puerta del Supermercado cerca a la casa de la comunidad y fue así que nació esta iniciativa de poder brindar un plato de comida a los hermanos menos afortunados.
En un inicio esta obra solidaria se realizó con los fondos de la Congregación y al ver esta iniciativa, poco a poco los vecinos se fueron sumando a esta obra de caridad y comenzaron a llevar donativos de víveres para que así las hermanas continúen ayudando a los hermanos que más lo necesitan.
Gracias a la generosidad de tantos hermanos es que podemos ofrecer un plato de comida 4 veces por semana a 75 personas que tocan las puertas de nuestro convento. Muchos de ellos, son personas de la calle, pero muchos otros, son “los nuevos pobres” fruto de la pandemia. Sin el aporte de cada hermano esta obra no fuese posible. Pero tenemos la fe y la esperanza en Dios, que nunca deja sin ayuda, a éstos sus hijos más pequeños, dice Sor Martha.
La entrega de almuerzo se realiza en las puertas del convento, los días lunes, miércoles, viernes y sábados y mayormente llegan las mismas familias.
En la Casa del Colegio Uboldi – hay 16 hermanas, y la Superiora es Sor Elena Galli, la Delgada Provincial en Bolivia y Argentina es Sor Claudia Gómez.
La congregación nace en Italia, donde está actualmente la casa madre, la General de la Congregación es Mery Melone. En Italia que es el origen de la Congregación hay 17 casas, tienen presencia en Brasil, Argentina, África y en Bolivia.
Carisma: ¡De nosotras todos esperan!, es el anuncio de la vivencia de la paz, la reconciliación y son franciscanas por el camino de minoridad, de sencillez y de alegría y Madre Clara Ricci, les deja el legado del abandono y la confianza en Dios.
Desde hace siete décadas, las Franciscanas Angelinas, realizan su misión a través de las obras de misericordia, según los requerimientos y las necesidades de las personas en los diferentes lugares donde llegan. Trabajan en educación, en las parroquias, en los grupos parroquiales, con jóvenes, con familias y ayudando a los más pobres. “En Bolivia están más enfocadas en el tema de la educación, están en Santa Cruz, Montero, San José y Puerto Suárez.
En Santa Cruz, tienen a su cargo la carrera de Sicopedagogía, el colegio privado Madre Vicenta Uboldi y dos colegios de convenio. En el colegio de convenio, San Martín, de Santa Cruz, llevan adelante un comedor escolar y una guardería, también cuentan con un gabinete sicopedagógico, en el que realizan diagnósticos y terapias. En San José y en Puerto Suárez, tienen colegios de convenio y en Montero, un centro infantil.
En Argentina se encuentran en Rosario y Buenos Aires, allí su trabajo es diferente, pues se dedican a la promoción humana en las villas de emergencias. En Buenos Aires, se encargan de la catequesis, visitas a las familias de inmigrantes y dan apoyo a los chicos con problemas de adicción. En Rosario, apoyan las actividades de promoción humana desde una capilla, donde tienen un comedor y dan asistencia escolar y familiar.
La Hermana Martha les habla a las personas que han sido más afortunadas y tienen una mejor situación económica, que sean más solidarios con las personas que lo necesitan y que el Señor los va bendecir en abundancia. Al final de cuentas nuestra vida está en manos de Dios y ahora vemos cuán débiles somos como seres humanos con la llegada del Coronavirus, que ni siquiera el dinero nos puede salvar. Esto lo podemos ver en tantos países mucho más desarrollados y de primer mundo, como Europa y Estados Unidos que con todo el dinero y el desarrollo industrial y tecnológico han tenido que lamentar la muerte de millones de personas. ¡Sepamos tender la mano al hermano que más lo necesita y confiemos más en Dios!
Disponibles a la voz del Espíritu y respondiendo a los signos de los tiempos, como Hermanas Franciscanas Angelinas, tenemos la gracia servir al Señor en estos nuestros hermanos más pequeños, que a causa de la cuarentena necesaria para nuestras vidas, sufren la carencia de alimentos por no poder llevar el pan a su mesa con el sudor de su frente.