La parroquia que lleva por nombre “María Reina de La Paz” ha celebrado este domingo su fiesta patronal con la presencia del Arzobispo de Santa Cruz, Monseñor Sergio Gualberti quien agradeció la calidad acogida, celebró la eucaristía y acompañó en la procesión por la plaza del barrio.
Miremos el ejemplo de humildad y servicio de María
En la reflexión del evangelio que compartió con toda la comunidad celebrante, Monseñor Sergio dijo que “Jesús nos enseña que para poder entrar en el Reino de Dios hacen falta dos actitudes: La actitud de la misericordia y la justicia.
“Con los demás nunca tenemos que sentirnos los mejores, el Señor nos ama no por nuestros méritos sino por su gran misericordia y, él nos llama a ser misericordiosos, afirmó el prelado.
“La segunda actitud es la justicia. Misericordia y justicia son dos caras de la medalla que nos une al Señor” dijo Monseñor Sergio indicando que si queremos tener acceso a la puerta estrecha para entrar en el reino de Dios tenemos que tener estas dos actitudes.
Al final, Monseñor les pidió mirar el ejemplo de María ya que para llamarla Dios se fijó en su humildad “María siempre cumplió con su palabra, fue humilde y se puso al servicio de Dios y de la humanidad” señaló a tiempo de agregar que “Tenemos que agradecer al Señor porque el hermoso regalo que nos dio, fue su madre”
El párroco de María Reina de la Paz y el moderador del Consejo Parroquial fueron los encargados de dar la bienvenida a Monseñor Sergio. El Padre Antonio Pablo López le expresó el saludo, la oración y la cercanía de toda la comunidad.
“Sabemos que los tiempos que vivimos son difíciles pero el mensaje de Dios nos anima a seguir creciendo y caminando en la fe para vivir con esperanza en el pueblo de Dios”. Así mismo le hizo saber que como comunidad oran a Dios para que el Señor lo bendiga y le dé salud y pueda seguir ejerciendo su difícil misión: “Que el Dios de la vida te bendiga mucho y maría nuestra madre te cuide siempre” dijo.
Por su parte el moderador del Consejo Parroquial le pidió sentirse como en su casa ya que “su presencia es motivo de orgullo y alegría (…) Gracias por sus reflexiones dirigidas al pueblo, a nuestros gobernantes y a todos los que habitamos este pueblo, incentivando la paz, el amor y la justicia especialmente hacia los más necesitados y desprotegidos, ese trabajo sabemos que lo hace con humildad y sacrificio…”.
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