Un gran espíritu de diálogo y mucha imaginación son necesarios afirma el P. Fernando.
En el marco de la Asamblea Presbiteral de Santa Cruz, conversamos con el Padre Fernando Cabrero, Párroco de la ‘Pompeya’ también conocida como Parroquia Universitaria y, Secretario para la Pastoral de la Arquidiócesis, quien nos dio su visión de cómo aprovechar el impulso misionero que vive la Iglesia cruceña. Para este clérigo diocesano, es fundamental en esta tarea el tener la finalidad muy clara, un gran espíritu de diálogo y mucha imaginación para responder a las realidades desafiantes de hoy
En particular, cree que no se debe perder la fuerza que ha dejado el Congreso Misionero y que se debe trabajar pronto en un proyecto que ponga en ‘salida’ hacia las periferias a las parroquias, los movimientos y a toda la Arquidiócesis.
“No debemos perder el rastro, la estela, la fuerza del Congreso Misionero y convertirlo en forma de programa, de proyecto o actividad con una clara fundamentación espiritual; introducir nuestras parroquias a la conversión misionera” (P. Fernando Cabrero).
– ¿Padre, ¿Cuáles cree que son los nuevos retos a la luz de la realidad, pero también a la luz de los desafíos que marcó el Congreso Misionero?
P. Fernando: Entender que las comunidades, es decir las parroquias y los movimientos, debemos entrar en misión, esto significa salir, ir a otras realidades que no están atendidas ni respondidas hoy en día.
Entender que el diálogo es necesario, aunque nos cueste, con personas que aparentemente figuran hasta como enemigas.
Significa la profundización de una Iglesia que no quiere ser proselitista, ni reclutar a miembros, sino que quiere tener muy claro sus finalidades y tener mucha imaginación desde el Evangelio para responder a esas necesidades que siempre han estado ahí….
Significa atender, por ejemplo, lo que llamamos las periferias existenciales que son personas que tienen muchas posibilidades vitales pero que por una u otra razón están en esa situación.
Y a nivel de la Arquidiócesis urge también establecer puentes con otras comunidades que viven experiencias como las nuestras como las parroquias rurales.
Para el Padre Fernando, en este desafío misionero que debe asumir la Iglesia Cruceña es fundamental tener la finalidad y la misión muy clara, tener un gran espíritu de diálogo y mucha imaginación para responder a los viejos y nuevos contexto de la realidad de hoy.