Nuevamente los Obispos de Bolivia, reunidos en retiro espiritual, elevaron su voz hoy viernes 26 de agosto para expresar su dolor, indignación y denuncia por la espiral de violencia que envuelve a nuestro país.
“En nombre de Dios, ¡deténganse!, no podemos ceder irresponsablemente a la lógica perversa de la violencia, con presiones irracionales, agresiones criminales, confrontaciones y represalias. El país demanda urgentemente de sus autoridades y de todos los sectores movilizados predisposición sincera y capacidad de diálogo responsable” dice parte del comunicado que compartimos completo a continuación:
Dio lectura al Comunicado, Mons. Aurelio Pesoa, Secretario General de la CEB.
“Perdona nuestras ofensas”
“Perdona nuestras ofensas, como nosotros perdonamos a los que nos han ofendido”. (Mt 6,12)
La muerte de todo ser humano es un grito que clama al cielo. Más aún cuando esa muerte no es inevitable, sino provocada por la confrontación y la violencia entre seres humanos.
Los Obispos de Bolivia volvemos a elevar nuestra voz de dolor, indignación y denuncia por la espiral de violencia que envuelve a nuestro país en estos momentos y que ya ha cobrado la vida de al menos, tres hermanos bolivianos, además de numerosos heridos, entre policías y mineros cooperativistas.
En nombre de Dios, ¡deténganse!, no podemos ceder irresponsablemente a la lógica perversa de la violencia, con presiones irracionales, agresiones criminales, confrontaciones y represalias. El país demanda urgentemente de sus autoridades y de todos los sectores movilizados predisposición sincera y capacidad de diálogo responsable.
“Hay una palabra que no debemos nunca cansarnos de repetir y sobre todo de dar testimonio: diálogo”, ha asegurado hoy mismo el Papa Francisco a los responsables del encuentro internacional para la amistad de los pueblos que se realiza en Italia, y es el mensaje que los bolivianos debemos tomar en cuenta hoy más que nunca.
La Administración de Justicia tiene en estos momentos una grave responsabilidad, ya que tiene la obligación de esclarecer las muertes y agresiones con transparencia, idoneidad y objetividad. Los responsables deben ser identificados a fin de que asuman las consecuencias de sus actos. Los crímenes que han sucedido tienen autores individuales, por más que intenten esconderse detrás del anonimato grupal. Llamamos a la conciencia personal de los que los han cometido para que asuman su responsabilidad penal y moral.
Elevamos nuestras oraciones, una vez más, al Señor de la Vida, para pedirle perdón por la muerte y dolor que se ha provocado y para pedirle que nos ilumine para ser capaces de reconciliación entre todos, especialmente en este Año Jubilar de la Misericordia. “Perdona nuestras ofensas”, Señor, y ayúdanos a perdonarnos en esta hora difícil.
Acompañamos con nuestras oraciones especialmente a las familias de los fallecidos y heridos, para que encuentren el consuelo y sean confortados en la justicia y al Dios de la Vida para que acoja en la Vida Eterna a los que han muerto.
Los Obispos de Bolivia
Cochabamba, 26 de agosto de 2016