El Prelado afirma que ambas celebraciones son signos de “vida y esperanza”.
“…manifestaciones de nuestra fe en la resurrección, signos claros de “vida y esperanza” que revelan convicción de que nuestros difuntos, siguen vivos en Dios y que podemos entrar en comunión con ellos, a través de Jesucristo, la presencia de los ausentes y lejanos”
A pocos días de celebrar la solemnidad de “Todos los Santos” y a la conmemoración de los fieles difuntos, 1 y 2 de noviembre, fechas en que hay un gran movimiento alrededor de las tumbas de nuestros seres queridos, visitas multitudinarias a los cementerios, intenciones en las Misas de difuntos y otras manifestaciones de religiosidad de nuestras distintas culturas, la Iglesia Católica recuerda el sentido de estas dos celebraciones cristianas.
En la homilía pronunciada por Monseñor Sergio Gualberti el 30 de octubre de 2016, el arzobispo recordaba que “estas celebraciones son “manifestaciones de nuestra fe en la resurrección, signos claros de “vida y esperanza” que revelan convicción de que nuestros difuntos, siguen vivos en Dios y que podemos entrar en comunión con ellos, a través de Jesucristo, la presencia de los ausentes y lejanos”
TODOS SANTOS
En relación a la Solemnidad de “Todos Santos” dijo que celebramos a “los canonizados por la Iglesia y tantos otros santos “anónimos” que con fidelidad y amor han servido y amado al Señor. Es la fiesta de los bautizados, todos llamados a ser santos como Dios”.
FIELES DIFUNTOS
Refiriéndose a la conmemoración de los difuntos, dijo que sobre todo es un día de oración intensa por los hermanos que han dejado este mundo “En estas fechas, hay un gran movimiento alrededor de las tumbas de nuestros seres queridos, visitas multitudinarias a los cementerios, intenciones en las Misas de difuntos y otras manifestaciones de religiosidad de nuestras distintas culturas”.
“Estos gestos y nuestras oraciones no son solo expresiones del cariño a nuestros queridos difuntos, sino manifestaciones de nuestra fe en la resurrección, signos claros de “vida y esperanza” que revelan convicción de que nuestros difuntos, siguen vivos en Dios y que podemos entrar en comunión con ellos, a través de Jesucristo, la presencia de los ausentes y lejanos” expresó Monseñor.
“Es la esperanza cristiana que nace de la fe en la resurrección de Jesús y en la de los muertos en el Señor. La vida más allá de la muerte es el mensaje esperanzador en un mundo y una sociedad siempre más desorientados y sin esperanza. Esto nos tiene que mover a escuchar las palabras de vida eterna que nos ha dicho el Señor Jesús, nuestro salvador, liberando nuestro corazón de tantas seducciones pasajeras y orientándolo hacia los bienes venideros, que ahora no vemos pero que nos esperan y que durarán para siempre”.