Campanas 29 de octubre 2023.- La misa dominical fue presidida por Mons. René Leigue Cesari-Arzobispo de Santa Cruz de la Sierra, en la Basílica Menor San Lorenzo-Catedral Metropolitana, en su homilía dijo: “Dios es primero, el centro de todo, a quien tenemos que adorar”
“Concelebrada por el Obispo Auxiliar Mons. Estanislao Dowlaszewicz, OFM Conv., Vicario de Comunicación y Rector de la Catedral, P. Hugo Ara, P. Osvaldo Peña y el Diácono Diocesano Fabrizio Abuawad, asistieron los feligreses de Santa Cruz.
******
Homilía Arzobispo Metropolitano de Santa Cruz de la Sierra
Mons. Rene Leigue Cesari
Domingo 29 de octubre 2023
Basílica Menor San Lorenzo Catedral Metropolitana
Hoy la lectura no habla de algo que es fundamental en la vida. Y es esto que vamos a escuchar en el Evangelio. Un doctor de la ley pregunta a Jesús cuál de los mandamientos es más importante. Según los expertos en la ley, alguien que ha estudiado, pero como dice aquí la lectura, para ponerlo a prueba a Jesús, de tantas pruebas que le han puesto a Jesús, El Evangelio dice, especialmente los fariseos estaban ahí presentes para preguntarle siempre algo que seguro los fariseos entendían, pero que querían escuchar de Jesús, ¿sabes? Y de acuerdo a la respuesta, para tener algo de qué juzgarlo, pero Jesús siempre tenía su salida y él no entraba en discusiones con ellos, pero sí le decía lo que realmente tenía que ser. Y en este caso, ¿qué le responde a este maestro de ley? Jesús le responde, el primero y más importante de todos los mandamientos es este, amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todo tu espíritu. Es decir, con todo lo que tú eres. Ese es el primer mandamiento, amarás a Dios con todo tu ser, y el segundo es, amarás a tu prójimo como a ti mismo.
Dos mandamientos, Jesús no entra explicando todos los mandamientos, bueno, este es así, así es; dos mandamientos y en esos dos mandamientos, él resume los diez mandamientos, entonces pensemos, los tres primeros mandamientos van directamente en mi relación con Dios, empezando del primero, amar a Dios sobre todas las cosas, empezando desde ahí, los tres primeros mandamientos, la relación directamente con Dios y los otros siete mandamientos, mi relación con las demás personas, con el prójimo, con la comunidad y en esa relación con los demás, está mi responsabilidad con el otro. Entonces, Jesús lo resume en dos, pero sin embargo, está diciendo, esto no es que los otros se van a olvidar, nos está diciendo, en estos dos mandamientos resume los diez mandamientos que tenemos.
Escuchando lo del Papa esta mañana, en la misa, en la usura de esta primera parte de la realización del Sínodo, hablando de este Evangelio, él decía, estos dos mandamientos se manifiestan en estas dos partes, en dos verbos: “Adorar y servir”, el primer mandamiento que se relaciona con Dios es adorar a Dios, Adorar a Dios, no hay otro, el único, a quien tenemos que adorar, entonces, esa adoración a Dios va en el respeto, va en tenerle en cuenta a Él, a Dios como el centro de nuestra vida, tenerle en cuenta a Él en todo lo que nosotros hacemos, nuestra relación con los demás es creación de Dios. Dios primero y Dios el centro de todo, Adorar a Dios, mi pensamiento tendría que ir por ahí, que Dios es primero de todo, mi adoración a Él, no confundir con otras cosas, todo lo demás es creación de Dios. Dios es primero, el centro de todo, a quien tenemos que adorar.
El otro verbo que dice el Papa es el servir, el servicio, que esto va a mi relación con los demás, el servicio que tenemos que hacer nosotros a los demás, qué importante esto, porque a veces nosotros lo vemos; si yo creo en Dios, si yo tengo fe en Dios, entonces basta que yo me relacione con Dios y dejo de lado todo lo demás, porque no me llevo bien con esta persona, porque no me llevo bien con este grupo, porque no estoy de acuerdo con esto que dice, entonces yo me alejo de todo. Sin embargo el Señor nos dice: amarás a tu prójimo como a ti mismo. Eso de a ti mismo es fundamental, porque esto nos está diciendo, a ti no te gusta que te hagan algo, que te dañen, que te mientan, que te insulten, que te digan cosas. A ti no te gusta que te digan eso, lo mismo piensa en la otra persona, lo mismo piensa en el otro. Lo mismo piensa en el otro, no le gusta que le digan, si a ti no te gusta esto, al otro también. Entonces, ¿por qué tienes que hacerle daño al otro algo que a ti no te gusta que te hagan? Por ahí va eso cuando el Señor ama al otro como a ti mismo, mírate a ti primero y de acuerdo a eso que tú sientes, que tú vives, que tú quisieras que los demás hagan contigo, tú hazlo con los demás. Eso es amar al otro como a uno mismo. Entonces, desde aquí podemos nosotros ver un poco, y cada uno a lo mejor también ir pensándonos, ¿cómo es mi relación con los demás? ¿De qué manera me relaciono con los otros? Y aquí donde podemos ver un poco más nuestra realidad, mirando nuestra realidad, ¿cómo estamos? ¿Cómo es nuestra relación entre personas, entre ciudadanos de este país, por ejemplo ¿Cómo es nuestra relación? Hay ese respeto entre nosotros, porque también el amor al prójimo se manifiesta en el respeto, si yo respeto, me respetará, y si no respeto, pues, no puedo pedir respeto si yo no lo hago. Y aquí nos falta mucho de eso
Pensemos también en este doctor de la ley, conocedor de todo, pero él quería saber algo más, saber qué decía Jesús, aquí también podemos ver en nuestra realidad, cada vez que hay problema, se habla, hay que sacar una ley, hay que hacer una ley para castigar o para hacer o para mejorar o lo que sea. ¿Será que sacando más leyes va a mejorar nuestra relación entre nosotros? ¿Será que llenando de leyes todo para cualquier cosa mejora ese respeto que tenemos entre nosotros? ¿Será que va a ser mejor el servicio que tenemos entre nosotros? Yo creo que no.
¿Qué es lo que falta entonces? Falta eso, que decía el Papa esta mañana: “El servicio”, el pensar en la otra persona, mirarme a mí mismo y desde ahí pensar en el otro. Si esto no se da, entonces por más leyes podemos llenarnos de leyes, pero si no la cumplimos, o la cumplimos de acuerdo a nuestra conveniencia, o se hace cumplir con algunos y con otros no, no nos sirve de nada, llenarnos de leyes. Aquí lo que vale es mirarnos entre nosotros, respetarnos como personas que somos y cada uno poner el esfuerzo que de verdad necesitamos para poder mejorar la relación entre nosotros. En lo contrario, seguimos igual o peor todavía, porque a lo mejor hay leyes que van a ser más fuertes para algunos y débiles para otros, para aquellos que quieren cumplir la ley, entonces van a estar temerosos de eso, y para aquellos que no le aplican la ley, pues van a ser adelante con todas las cosas que quieren hacer, el daño que quieren hacer a los demás, eso no le va a frenar. Por eso es que aquí Jesús dice, si amas a Dios, si crees en Él, entonces también ese amor que viene de Dios se derrama en el prójimo. De lo contrario, no podemos decir que amamos a Dios, que creemos en Él, que respetamos a Dios, si entre nosotros los humanos, las personas creadas por Dios a imagen de Dios, no nos respetamos, no nos amamos y no hacemos el servicio uno al otro. ¿De qué nos sirve entonces todo lo que tenemos? Todo lo que decimos, que creo en Dios.
Seguro que hay personas en nuestro medio que dicen que creen en Dios, pero a la hora de demostrar esa fe que tiene en hechos, en obras, en testimonio, no lo hacen. Si seguimos así, nunca vamos a hacer lo que realmente Dios quiere en nosotros: Amarnos, respetarnos, servirnos, tomarnos en cuenta entre nosotros, qué bonito, lo que Dios nos dice es lo que realmente necesitamos en este tiempo. ¿Por qué estamos como estamos en esta sociedad? ¿Por qué está faltando esto que el Señor nos dice? ¿Por qué se está arruinando la naturaleza? ¿Por qué está faltando ese amor a Dios? Y si tenemos amor a Dios, entonces respetamos lo que Él ha creado. La naturaleza, por ejemplo, el medio ambiente; entonces, si no, vamos a seguir arruinando todo lo que el Señor nos da. Hemos pasado un momento muy difícil aquí en nuestro medio, en toda Bolivia, aquí en Santa Cruz lo hemos experimentado eso, tanto humo, tanta quemazón, tanta maldad, podemos llamar así con la naturaleza, sin sentido a veces, parece que solamente por dañar, por fregar el medio ambiente y a lo mejor esas personas, esas que creen en Dios, le creemos que es así. El Señor hoy nos llama a una reflexión de verdad, que podamos mirarnos, podamos mirar esa relación que tenemos con Él y esa relación ante nosotros. ¿Qué podemos hacer? A veces cuando hay estos problemas esperamos que a alguien le toque hacerlo, eso escuchamos que le toque a esta autoridad, no que le toque al otro, que le toque a esta institución, ¿quién al final defiende lo que de verdad debería defenderse? ¿Cómo es el medio ambiente? ¿A quién le toca? La pregunta que nos hacemos, ¿no? Porque cada uno se echa la culpa, la autoridad, las instituciones, y al final nadie se hace cargo de todo esto. Si no es así, si nadie se hace cargo de todo esto, si no es así, si nadie se hace cargo, entonces nosotros como ciudadanos nos vamos a poner cargo de esto. ¿Cómo nos vamos a hacer cargo? Respetando lo que se ha creado, respetándolo, no botemos la basura por la calle, por ejemplo. Eso es hacerse cargo de este medio ambiente. Si no es así, nos quedamos también con eso, la basura que está por la calle. ¿A quién le toca botar la basura? No a la alcaldía. ¿Y dónde está la alcaldía? ¿Y dónde están estos que nos limpian? Pero es usted, al menos cada uno de nosotros, botamos la basura ahí y le echamos la culpa al otro. Esto es lo que tenemos, esto es lo que hacemos, nadie se hace cargo de nada. Pero nosotros somos los causantes de ese malestar, de ese ambiente negativo que tenemos. Entonces nosotros hagamos los cargos de eso, de hacer las cosas mejor, queremos algo mejor, entonces nos toca a nosotros y nadie más se hace cargo de esto. Entonces nosotros hagamos las cosas bien, cuidemos la naturaleza, cuidemos la creación del Señor. De todo este medio, de este momento difícil que hemos vivido, al final nos quedamos con eso, la esperanza en Dios. Nosotros hacemos daño y al final es Dios quien lo soluciona todo, si no hubiera sido esa lluvia que ha caído, estuviéramos ahogándonos de humo. Entonces nuestra esperanza está en Dios, que mande la lluvia. ¿O no es así?
Nosotros los humanos a veces no podemos hacer cuando las cosas ya están encendidas, no podemos frenar todo esto, nuestra esperanza viene, el Señor manda lluvia, es Él el que calma todo este ambiente que nosotros provocamos, por eso es que aquí el Señor nos dice: Ama a tu Dios, respétalo, adóralo, es el único, Lo demás todo es creado, la tierra, como alguien decía por ahí, no, gracias a la Pachamama que nos mandó la lluvia. ¿Es la Pachamama que nos manda la lluvia? Y cosas así a veces que todo distorsionado a veces lo decimos, como en estos días también esto, o en los días que nos manda la lluvia. Como en estos días también esto, momentos, algo también que están por ahí con esto de Halloween, tradición que viene de fuera. ¿En qué nos ayuda eso? ¿Nos ayuda en algo en nuestra fe? O más bien nos perturba la mente y sin embargo hay algunos que lo viven, que están divirtiéndose con esto. Y me parece que es un poco de la tradición. En vez de adorar a Dios, están adorando la muerte.
Nosotros no adoramos la muerte, respetamos, recordamos los difuntos, celebramos la vida, no la muerte. Entonces en este ambiente que vivimos hay tantas confusiones. Y algunos que se divierten con esto, te van a seguir confundiendo más y otros que se divierten con esto, te van a seguir confundiendo más. Entonces nosotros como personas de fe, no nos dejemos confundir, Dios es el único a quien tenemos que adorar. Y nosotros como criaturas de Dios, amémonos, respetémonos entre nosotros.
Dios nos hace la propuesta: “De amarnos, respetarnos y servirnos entre nosotros”
Les invito a que sigamos reflexionando sobre este tema tan bonito que hoy nos presenta el Señor y creo que Él nos invita a nosotros. Cuanto más en este tiempo que vivimos tan tenso, donde hay tantos problemas, todo esto tiene solución si es que nosotros ponemos nuestro esfuerzo de hacer las cosas mejor, está en nuestras manos, nosotros a lo mejor hemos arruinado todo este medio ambiente y nosotros estamos llamados a solucionar también. Si nosotros somos el problema, nosotros somos la solución, que el Señor nos acompañe para poder vivir esta propuesta que Él nos hace: “De amarnos, respetarnos y servirnos entre nosotros”. Que así sea.