Por las dos vidas. En su homilía dominical, el Prelado Cruceño expresó su pesar y condena por el aborto practicado a una chica de 14 años a las 26 semanas de gestación. “Como Iglesia, nos solidarizamos con las dos víctimas de la sociedad y de la cultura de la muerte…”, señaló el Arzobispo Cruceño.
En el contexto de luz de la fiesta de Pentecostés, Monseñor Sergio Gualberti señaló que el aborto es una “iintervención contraria a la ciencia médica y acto “inhumano, cruel y degradante” como consigna la CPE.
La niña venció a los pregoneros de muerte
Con respecto a la bebé a quien después bautizaron de emergencia con el nombre de “Victoria”, Monseñor Sergio señaló que “A pesar de estar destinada a la muerte ¡la niña nació y vive! Gracias al Espíritu Santo, dador de vida, la niña frágil e indefensa venció a los pregoneros de muerte y a una ley inicua e inhumana”.
Nos solidarizamos con las dos víctimas
Monseñor Sergio señaló que la solidaridad y el apoyo de la Iglesia es a favor de las dos víctimas de la cultura de la muerte: “Confiamos que con los cuidados médicos necesarios la bebecita salga adelante y que la madre reciba todas las atenciones oportunas de manera digna y humana. Como Iglesia nos solidarizamos y ofrecemos nuestro apoyo a ellas, ambas víctimas de la cultura y sociedad hodierna, decadente, violenta, machista, carente de educación moral, de formación humana y de valores fundamentales humanos y cristianos”.
Educar a los jóvenes en el valor humano y cristiano de la sexualidad
Para Monseñor Sergio “Es urgente educar en el respeto a la vida como un don de Dios desde el primer momento de la concepción hasta la muerte natural y educar a los jóvenes en el valor humano y cristiano de la sexualidad. Es indispensable abolir la legalización del aborto inspirada en la legislación de países moralmente decadentes aunque se presenten como progresistas y que, en nuestro País, las leyes no incentiven la muerte, sino la vida.
No es interrupción del embarazo sino extinción de la vida de “un niño o una niña” por nacer
El Prelado señaló: “¿No será el momento de dejar las mentiras y medias verdades, de hablar la verdad y de llamar los hechos por su nombre sin rodeos engañosos y reconocer, por ejemplo, que el “aborto” nos es “interrupción del embarazo” sino extinción de la vida de “un niño o una niña” por nacer y por tanto una persona humana con el derecho a vivir y no “un producto”?
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