Después de la multitudinaria peregrinación de los devotos hasta el santuario de la Patrona del Oriente de Bolivia y que este año superó todas las expectativas, Mons. Sergio Gualberti, Arzobispo de Santa Cruz, presidió la Misa Central en honor a la Mamita de Cotoca la mañana de este martes 8 de diciembre. La celebración Eucarística fue concelebrada por el Párroco de la Purísima Concepción de Cotoca, P. Juan Carlos Huaygua.
Mons. Sergio en su Homilía exhortó a los peregrinos a seguir el ejemplo de María para vivir la Misericordia y la unidad en nuestra familia, María es madre de la misericordia, ella es la que mejor nos puede indicar este camino, indicar el rostro misericordioso de Dios, muchas veces seguimos teniendo una imagen del Dios que castiga, pero Dios es Padre misericordioso y María lo experimentó, ella además ha vivido con su hijo Jesús, que es el rostro concreto de esa misericordia de Dios, que hizo Jesús durante su vida sino hacer ver la misericordia de Dios, con los enfermos, sanarlos, con los pecadores, perdonarlos y eso es signo de misericordia.
El Arzobispo insistió en que debemos redescubrir el rostro misericordioso de Dios en nuestras familias, al mismo tiempo que afirmó que hoy más que nunca la familia está sufriendo, hay muchas familias divididas por la incomprensión, la indiferencia, el rencor y la incapacidad de perdonar y pedir perdón. Una familia reconciliada y que vive la misericordia es el lugar en el que todos nos sentimos amados de verdad, comprendidos, aceptados por lo que somos y en la que aprendemos a amar y respetarnos, aprendemos a crecer como personas, como ciudadanos y como cristianos.
Hoy en toda la Iglesia universal celebramos la Solemnidad de la Inmaculada Concepción de María y nosotros la veneramos con cariño y con el nombre de la Virgen de Cotoca, pero que es celebrar a la inmaculada Concepción? , es celebrar la alegría de saber que nuestra Madre, la madre de Jesús ha sido preservada desde el primer momento de su concepción, ha sido preservada libre de toda mancha de pecado. No sé si nos damos cuenta de la inmensa gracia que se le hadado a ella, es la única persona en la historia de la humanidad que ha recibido ese don, yo creo que solo cuando tomamos conciencia de que el pecado es la causa de todos los males de la humanidad y nos damos cuenta del privilegio que recibió María, el pecado es la causa de la muerte, la causa de la enfermedad, causa del odio y divisiones.
El pecado es lo peor que ha pasado por toda la humanidad, es lo que ha mellado nuestra dignidad de criaturas de Dios y ha mellado nuestra felicidad, yo creo que todos buscamos ser felices en nuestra vida, pero que lejos estamos de realizarlo y que hermoso es saber que nuestra Madre lo ha podido hacer, en ella el pecado no tuvo ningún poder, ella fue elegida para llevar en su seno al hijo de Dios, al autor de la vida, al salvador.
Yo creo que el cariño profundo que nosotros le tenemos a la Virgen no solo aquí, en todo el mundo y los santuarios más visitados, son los santuarios cuya devoción es a la Virgen María, en María vemos la hermosura del amor, la hermosura de la vida, la hermosura de Dios, la belleza verdadera de la persona humana.
Este año hemos elegido como lema: “Con María vivamos la Misericordia y la Unidad en la Familia”, María es madre de la misericordia, ella es la que mejor nos puede indicar este camino, indicar el rostro misericordioso de Dios, muchas veces seguimos teniendo una imagen del Dios que castiga, pero Dios es Padre misericordioso y María lo experimentó, ella además ha vivido con su hijo Jesús, que es el rostro concreto de esa misericordia de Dios, que hizo Jesús durante su vida sino hacer ver la misericordia de Dios, con los enfermos, sanarlos, con los pecadores, perdonarlos y eso es signo de misericordia.
Dios se fijó en la humildad de su servidora, una niña del campo que tenía 12 0 13 años cuando el Señor le pide ser la madre del salvador, y ella dice: “Esta misericordia será cantada y se extenderá de generación en generación”, y hoy día Dios quiere tener misericordia para cada uno de nosotros, y es por eso que esta mañana en Roma el Papa Francisco abrió la puerta Santa, el Jubileo de la Misericordia, todo un año dedicado a la misericordia, nosotros lo aremos el próximo domingo 13 de diciembre a las 7:00 am en la Catedral, habrá una puerta santa en la Catedral y la otra aquí en el Santuario de Cotoca por todo un año y toda persona que se ha confesado y entre por esta puerta y reciba la comunión, recibirá el perdón total de todos sus pecados y esto hasta noviembre del 2016 en la fiesta de Cristo Rey, el Papa Francisco ha querido esto, y el Papa quiere que volvamos a redescubrir el rostro de amor de un verdadero padre.
El Papa siempre repite una frase que me gustaría que se nos quede grabada “Dios nunca se cansa de perdonar”, somos nosotros los que nos cansamos de pedir perdón, y más allá de nuestras debilidades, de nuestros límites, de nuestros pecados, él siempre está dispuesto a perdonarnos, estamos llamados a ser misericordiosos con los demás, así como el Padre es misericordioso con nosotros y, ¿por dónde comenzar?, ustedes saben que durante dos años en nuestra iglesia hablamos sobre el tema de la familia, yo creo que como nunca la familia está sufriendo, como nunca la familia está dividida y tenemos que comenzar ahí, en nuestra familia, tenemos que ser misericordioso en nuestra familia y saber perdonarnos, saber superar la incomprensión, la indiferencia, el rencor , la incapacidad de perdonar. Yo estoy convencido que si en nuestra familia supiéramos dar el perdón y recibir el perdón no tuviéramos tantas familias divididas, tantas separaciones, tantos divorcios, pero ahí está nuestro orgullo, la soberbia y no sabemos ni dar, ni recibir el perdón y si pudiéramos entender lo hermoso que es perdonar y recibir el perdón en la familia. Una familia reconciliada y que vive la misericordia es el lugar en el que todos nos sentimos amados de verdad, comprendidos, aceptados por lo que somos y en la que aprendemos a amar y respetarnos, aprendemos a crecer como personas, como ciudadanos y como cristianos, esa es la familia que tiene roles fundamentales, donde aprendemos a ser buenas personas, la formación humana integral. La primera formadora de las personas no es la escuela, no es el colegio, es la familia y los papás no pueden vender ese derecho, los padres son los primeros educadores de los valores humanos, pero también es la primera en educar los valores cristianos, les dejo una interrogante ¿La familia hoy sabrá transmitir el don de la fe a sus hijos, cómo lo han hecho nuestros padres?. Si aprendemos a transmitir los valores del respeto, de la igualdad en la familia, respetar al hermano tendremos una mejor sociedad, yo creo que muchas debilidades de nuestra sociedad, depende de la debilidad de nuestro hogar, si tuviéramos hogares mejor formados, unidos y que cumplen su tarea, tendríamos una convivencia más justa, más fraterna, más ecuánime en Bolivia.
Con el lema de este año ponemos como modelo a María, que ella nos ayude, ella lo hizo en la familia que le toco vivir y lo hizo también con los apóstoles y ella estuvo en pentecostés acompañando los primeros pasos de la Iglesia. El proyecto de familia que nos propone reconciliarnos, donde el amor de verdad es cimiento, un amor de entrega, de servicio y resalta este hermoso proyecto de la vocación de la familia, de hacer presente el amor de Dios en medio de nosotros.
Que no se canse de volver a nosotros sus ojos misericordiosos y que nos haga digno de contemplar el rostro de la misericordia de su hijo Jesús y que nos haga a todos también misericordiosos y capaces de perdonar todos en nuestra familia unida por el amor, el perdón y la reconciliación. Amen
Al terminar la misa central, alrededor de las 11:15, la Mamita de Cotoca encabezó la procesión que dio vuelta a la plaza principal y sus calles aledañas para después regresar al templo. Acompañaron a la Mamita en la procesión un grupo de danza de los Macheteros que llegaron desde el Beni – Moxos para rendirle homenaje a la Virgen de Cotoca al igual que los Sacerdotes, Autoridades de Cotoca y miles de fieles que llegaron en romería hasta el Santuario para agradecer a la mamita por los favores recibidos.
Al concluir la procesión la Virgen fue llevada hasta su altar dentro del Santuario donde continuaron llegando los fieles para rendirle honores y agradecer sus favores.