Muchos padres, en especial quienes no poseen títulos universitarios, o quienes ven restringidos sus horarios de contacto con sus hijos debido al trabajo se sienten ansiosos porque se ven en la necesidad de ayudar en el aprendizaje de sus hijos y hacer que destaquen y no saben cómo hacerlo. He aquí consejos prácticos:
Ser ejemplo. Si se tiene cable, compartir un programa educativo juntos. Sus niños querrán que usted vea lo que a ellos les gusta, pues en eso se debe negociar. Restringir las horas de acceso a la televisión y hacer propuestas como, si tú quieres que yo vea esto contigo, pues me gustaría que tú hicieses lo mismo y vieses esto conmigo. Luego de esto, ambos pueden discutir sobre lo visto, sea el programa de su hijo o el educativo. Así usted irá formando, sin que se den cuenta, una conciencia crítica y analítica.
Jugar juegos clásicos y educativos. El ajedrez, las cartas, memoria, y algunos juegos de mesa ayudan a que los niños desarrollen habilidades importantes que les servirán en la escuela y en la vida. Recordemos, por ejemplo, que el ajedrez se basa en conocer las reglas, adaptarse a ellas y elaborar estrategias.
Los rompecabezas también tienen potencial de ayudarles, estimulan mucho. Además son algo que la familia puede hacer en conjunto. El niño aprenderá a identificar formas y asociarlas.
Cuando van a comprar, haga que los niños lean las etiquetas, que aprendan a identificar productos, diferenciar precios, valor nutritivo. Bien sabemos que inicialmente tratarán de medir fuerzas y pedir que les compren algo e incluso algunos harán berrinches, ahí tiene usted una oportunidad de establecer disciplina y hacerles entender que no todo lo que se desea está a la mano simplemente porque yo lo quiero o lo pido.
Al momento de llegar del supermercado, permita que los niños ayuden a categorizar las cosas y ver dónde deberían ir ubicadas. También tendrá la oportunidad de enseñarles qué productos son comestibles y cuáles no y por qué ponen algunos en ciertos sitios y otros no.
Enseñe a los niños, dependiendo de la edad, a remendar su propia ropa. También puede enseñarles a clasificarla para lavarla y a usar con precaución la lavadora, y saber qué detergentes usar. Eso les enseñará habilidades de categorización.
Edúqueles sobre la forma de atender el teléfono, cómo tomar mensajes. Eso les enseñará a ser responsables, educados. Esperemos que usted no caiga en la tentación de enseñarles a mentir por usted diciéndoles que digan que usted no está o cuáles números atender o no mediante el identificador de llamadas. Eso es una forma segura y ejemplar de enseñar a los niños a mentir.
Infórmese sobre actividades culturales de su zona, muchas de ellas son gratuitas y de calidad. Vaya con ellos a museos y a librerías.
Simplemente conversen. Escúchelos. Eso crea vínculos y les refuerza la autoestima.
Esté pendiente de sus tareas, informes y progresos escolares.
Enséñeles a ser prácticos, en especial sobre cómo utilizar las matemáticas todos los días. A sumar elementos, contar cosas, fraccionar porciones. Nuestro sistema educativo actual con su excesiva inclusión de la calculadora ha creado niños “genios” que saben hacer matrices y demás operaciones abstractas con calculadora pero no saben sacar una simple suma de una lista de supermercado.
Si tienen patio salgan y exploren los detalles, los insectos que hay, que se ensucien, que jueguen con la mascota, que aprendan a bañarla a recoger su caca, eso les dará sentido de responsabilidad y limpieza.
Cinco minutos de lectura y reflexión. La mayoría de las comunidades religiosas tienen una costumbre que debería ser adaptada a los hogares, ya que son, según la Iglesia “iglesias domésticas”. Se trata de que, al momento de la cena, se dan un momento para escuchar una lectura sobre un tema espiritual, unos dos a cinco minutos. Uno de los miembros de la comunidad lee y luego hacen la oración de agradecimiento por la comida. Imagine si usted hiciese eso, y que de paso fuese turnando la lectura a cada uno de sus miembros, el resultado se verá pronto.
Vayan a misa regularmente, oren juntos y hablen sobre las bendiciones que han recibido de Dios. Esto les enseñará a incluir a Dios en sus vidas y les enseñará a ser agradecidos con Él.
Autor: Nayerling Briyith Martínez, periodista. Con permiso expreso de Familia Cristiana, Digital www.familiacristiana.org.ve
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