Iglesia Viva . Este 1º de noviembre celebramos el esfuerzo por vivir la Santidad, Mons. Percy Galván, Obispo de la Prelatura de Corocoro, nos invita a celebrar la fiesta de Todos los Santos y explica cómo alcanzar el olor de la Santidad.
Cerca de la solemnidad de los Santos y la conmemoración de los fieles difuntos Mons. Galván, pide en primer lugar se haga una distinción entre ambas fiestas y explica paso a paso en que consiste esta primera.
¿Qué entendemos por Santidad?
“En la fiesta de Todos los Santos celebramos el esfuerzo que todos los cristianos hacemos por alcanzar la Santidad” y qué entendemos por Santidad.
La Santidad es mal entendida, ya que se cree que es no hacer nada, ser calladito o no pecar, sin embargo conocemos grandes santos que han destacado como San Pablo en el campo bíblico y en la patrística a San Agustín, grandes hombres pilares de la Iglesia pero marcados por el pecado.
Santidad se debe entender como aquel esfuerzo permanente por alcanzar, realizar el proyecto de Dios, por alcanzar cumplir la voluntad de Jesús.
¿Y cuál es la voluntad de Dios?
La voluntad de Jesús es vivir el mandamiento del amor, en el entendido de que el amor cristiano hay que separarlo del amor humano. El amor humano es temporal y su característica es que siempre espera la retribución, se alimenta de la correspondencia y de la reciprocidad, mientras que el amor divino es infinito, se realiza y se celebra en el momento que se lo da, no espera del otro para gozar y disfrutar.
¿Qué podemos hacer para alcanzar la Santidad?
Si el criterio fundamental es el amor, empezar por uno mismo con las cuestionantes ¿yo me conozco, yo me acepto, yo me amo?, hay que empezar amar a los demás por el amor que yo me tengo a mi mismo, esta realidad aplicarla a mi familia y esta misma realidad a la sociedad, en el medio laboral y público.
Con el esquema claro doy respuestas a esta situación, ¿verdaderamente me conozco, soy capaz de hacer silencio en mi vida personal, de mirar mi interior y ver qué cosas están mal que cosas están bien a la luz del Evangelio y qué tareas me propongo para convertirme? Si interiormente estoy viviendo la hipocresía, qué estoy haciendo para pasar a la transparencia y la sinceridad , si la mentira esta dominando mi corazón y mi mente qué cosas voy hacer para vivir la verdad, si entra el tema del engaño, la infidelidad y el robo, cuáles son las tareas que realizo para superar estas debilidades que en un lenguaje religioso se llaman pecado y lo mismo en el plano familiar, ¿cuál es la relación con mis hermanos, con mis padres, con mis tíos, es una relación verdaderamente de amor, yo a mi familia la admiro, descubro y les digo sus cualidades de mis padres y hermanos? Eso medirá el grado de respeto, aceptación y amor. En el plano social, se pone de ejemplo el trabajo, ¿por qué trabajo, me siento como un ser humano continuador o continuadora del proyecto de Dios en el mundo, de terminar la obra que me ha encomendado, hago presente en ese trabajo el amor de Dios o simplemente es mi medio de subsistencia?.
Ese esfuerzo por vivir la santidad, personal, familiar y social lo celebramos el día de Todos los Santos.
Considero con todas mis múltiples limitaciones que todos los días me esfuerzo por agradar y cumplir la voluntad de Dios, que es el amor a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a mí mismo, incluyendo en esta fiesta a todos aquellos que han fallecido en esta fragancia y en este olor de santidad, recalcó Mons. Percy Galván.