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lunes 5 junio 2023
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Carta abierta de las instituciones de Educación Católica en Bolivia

 

Iglesia Viva 14.05.20// La Asociación Boliviana de Educación Católica (ABEC) se dirige a las autoridades educativas y a la población en general, para expresar su posición frente a la actual difícil situación que está viviendo la educación boliviana.

La Paz, 13 de mayo, 2020

A nuestras Autoridades educativas y al pueblo boliviano:

Las instituciones de Educación Católica en Bolivia nos dirigimos a ustedes, de forma abierta y respetuosa, para expresarles nuestra preocupación por el actual contexto educativo. Sin pensarlo ni desearlo, el país y el mundo se han visto envueltos en una situación, que ha alterado nuestra forma de vivir. Esto significa que se ha modificado nuestra forma de ver la salud, nuestra forma de encarar las relaciones humanas y familiares, nuestro modo de trabajar, de comunicarnos, de salir a la calle y, obviamente, de llevar adelante la educación.

Bien sabemos que esta crisis no tiene por ahora fecha final y que nos toca, en el ámbito educativo, dar las mejores respuestas a la necesidad de educación que estén a nuestro alcance.
Entre los actores de la educación: autoridades educativas, maestros y administrativos, estudiantes, padres y madres de familia, la respuesta a la imposibilidad de tener clases presenciales ha sido variada; hubo quienes desde los primeros días de la cuarentena, mediante la enseñanza virtual, han buscado con diligencia mantenerse enseñando y acompañando anímica y espiritualmente a los niños y jóvenes, pasando por quienes se
toparon con dificultades insalvables al no tener acceso al internet, hasta los que, en lugar de buscar soluciones se quedan en los obstáculos y no van más allá del inmediatismo y la comodidad de la crítica constante.

Los colegios privados, así como muchos de convenio y varios fiscales, se han inscrito desde el inicio en el primer grupo, buscando los medios a su alcance para dar continuidad al proceso educativo. Las dificultades han sido varias, pero no ha mellado el compromiso de estar al lado de los estudiantes. Los docentes han tenido que adaptarse a un nuevo modo
de enseñar; los padres de familia vienen acompañando más de cerca el trabajo de sus hijos, particularmente aquellos de los primeros cursos, y los estudiantes desarrollan un nuevo modo de aprender.

El trabajo de los docentes no sólo ha cambiado en su modalidad, sino también en su tiempo de dedicación. Prácticamente todos los educadores coinciden en que se ha duplicado o triplicado el tiempo invertido en preparar clases, recibir y corregir tareas, atender a los alumnos y seguir aprendiendo el arte de la enseñanza virtual. Esto ha reducido su atención
a sus familias y a otras actividades; merecen nuestra gratitud y felicitaciones.

De igual forma, los directivos vienen asumiendo un nuevo modo de gestión educativa, desconocida hasta ahora, y que presenta una serie de retos a sus capacidades administrativas y de liderazgo.

En este panorama, y particularmente en el ámbito de la educación privada, sería deseable que algunos sectores o personas vinculadas al quehacer educativo reconozcan y valoren suficientemente el esfuerzo que vienen realizando docentes e instituciones de enseñanza.

Aunque no cabe duda de que en muchas familias existen limitaciones debidas a la pandemia y sus consecuencias, se debe considerar que las Unidades Educativas privadas tienen obligaciones de ley para honrar, importantes gastos para el mantenimiento de las infraestructuras educativas y, sobre todo, cumplir con el pago de sueldos a los educadores
y personal administrativo, que también tienen familias que sostener. Por todo ello, resultan preocupantes algunos pedidos de una reducción drástica en el pago de pensiones.
Vemos con preocupación que, mediante propuestas de normativas legales se pretenda socavar la ya menguada economía de las Unidades Educativas privadas y de su personal, que vienen soportando en los últimos años fuertes embates contra su sostenibilidad. Es importante que, tanto la sociedad como el Estado, valoren el aporte de la educación privada
al sistema educativo boliviano y a la sociedad en su conjunto, ya que además de ofrecer un servicio que permanentemente busca superarse en calidad, significa ahorro e ingresos al Estado y también hace posible que los padres de familia ejerzan su derecho constitucional de elegir el tipo de educación que desean para sus hijos e hijas; pese a esto, algunos elementos negativos de nuestra sociedad, en lugar de alentar y felicitar los esfuerzos de estos educadores, procuran desalentar y crear susceptibilidades.

Este contexto, de incertidumbre para todos, amerita generar certezas y por eso pedimos a las autoridades del ramo que se acelere la reglamentación de la educación virtual, teniendo en cuenta los siguientes elementos:

  • Que de ninguna manera se ignore el trabajo virtual que vienen realizando los docentes de los ámbitos fiscal, de convenio y privado en el contexto de la pandemia; más aún si significa un mayor esfuerzo que el habitual, dado que profesores, además de cumplir con la parte curricular, vienen paralelamente, capacitándose para la enseñanza virtual.
  • Que se atienda a la necesidad de dosificar las programaciones curriculares a la realidad de esta gestión, que es claramente diferente de las habidas hasta ahora. Deben priorizarse objetivos y contenidos y adecuarse didácticas y evaluaciones.
  • Que no signifique poner en peligro la estabilidad laboral de los docentes del ámbito privado y la viabilidad de sus instituciones educativas.
  • Que se genere espacios de confluencia y diálogo abierto, en pos del deseado Pacto Educativo.
  • Que se incorpore los mejores elementos de la tecnología para bien de niños y jóvenes.
  • Que el internet sea más accesible a los docentes y a los estudiantes, para favorecer el proceso de enseñanza-aprendizaje, y que paulatinamente todos los interesados puedan beneficiarse de la educación virtual.
  • Que se ponga el país en los niveles de aquellos países que ya cuentan con esta modalidad educativa.

A tiempo de volver a ofrecer todo el apoyo que nos sea posible al Ministerio de Educación, desde las experiencias pedagógicas de nuestras obras educativas, hacemos votos para que las autoridades competentes logren utilizar esta época de crisis para enriquecer la educación de nuestra patria con una implementación prudente de las tecnologías virtuales.

Ahora, como en el pasado, las Instituciones Educativas Católicas, en la educación de convenio y en el sector privado, en el ámbito de la educación regular, alternativa, especial, técnica y superior, confirmamos nuestro compromiso con la educación boliviana, tanto en el presente como en los retos del futuro, a imagen de nuestro Señor Jesús, Maestro de maestros.


P. Luis Adolfo Tórrez Sanjinés, sdb
Presidente de la
Asociación Boliviana de Educación Católica

Graciela Arandia de Hidalgo



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