Campanas. Mons. Sergio Gualberti, arzobispo emérito de Santa Cruz en la Misa de Navidad de este domingo 25 de diciembre, rememoró el nacimiento de Jesucristo con el anuncio que nos colma de alegría y la certeza de que Jesucristo es la palabra que se hace carne y habitó entre nosotros asimismo dijo que Dios nos sorprende siempre. Aquella vez fue con un evento tan grande con un niño envuelto en pañales y puesto en un corral, asimismo remarcó que Dios no se hace presente con grandes signos sino con humildad y sencillez para comprenderlo, acogerlo y darle nuestro amor
Mons. Gualberti destacó el hecho de que Dios nos hace tomar conciencia de cuan preciosa es la vida de cada ser humano por ello exhortó a que renovemos nuestro compromiso con la vida de todo ser humano, pero también de toda la creación por ello pidió a los fieles dejar resentimientos, superar prejuicios y trabajar juntos por el bien común y que se conviertan en operadores de paz
Finalmente resaltó la urgencia de llevar el compromiso del perdón de la reconciliación y el amor en nuestro país y con este compromiso buscar que Bolivia sea una casa para todos especialmente si respondemos a las necesidades básicas de todos y cuidamos los bienes no renovables de la creación
Homilía de Mons. Sergio Gualberti
Arzobispo Emérito de Santa Cruz
Misa de Navidad
Domingo 25 de diciembre de 2022
Queridos hermanos y hermanas:
Hoy les ha nacido el Salvador, es el anuncio que nos colma de alegría
Estamos continuando con esta fiesta de alegría de la navidad. Anoche hemos escuchado estas palabras del ángel: “les traigo una buena noticia, una gran alegría para todo el pueblo, hoy les ha nacido el Salvador que es el mesías, el Señor” este es el anuncio inesperado y maravilloso que también nos hace a nosotros, hoy nos lo repite, un anuncio que nos colma de alegría, así como los pastores de Belén hace más de dos mil años.
Jesucristo es la palabra que se hace carne y habitó entre nosotros
Alegría porque el hijo de Dios se ha hecho uno de nosotros, lo hemos escuchado en el Evangelio, la palabra Jesucristo el Hijo de Dios es la palabra que se hace carne y habitó entre nosotros y habitó entre nosotros para quedarse y para ser nuestro salvador. Para liberarnos de las tinieblas del mal y hacernos partícipes de su vida divina, conforme a lo anunciado ya por los profetas, en particular el profeta Isaías, hace tantos siglos: El pueblo que caminaba en las tinieblas ha visto una gran luz. Toda la celebración de anoche centrada en la Luz.
Dios nos sorprende siempre, un evento tan grande con un niño envuelto en pañales y puesto en un corral
Y esto les servirá de señal, encontrarán un niño recién nacido, envuelto en pañales y acostado en un pesebre, Dios nos sorprende siempre, la señal de un evento tan grande, no son signos pomposos y esplendorosos sino un niño recién nacido envuelto en pañales y puesto en un corral.
Y quienes son los que reconocen esa señal ya acogen a ese niño, no son los poderosos, no son los notables del pueblo, sino los pobres y humildes pastores asalariados, no eran ni siquiera dueños de las ovejas que cuidaban, encargados de cuidar de noche a los rebaños.
Dios no se hace presente con grandes signos sino con humildad y sencillez para comprenderlo, acogerlo y darle nuestro amor
Este es el modo de cómo Dios actúa y cómo el hijo de Dios se manifiesta, Él no se hace presente en nuestra historia con grandes signos para encandilarnos con poderío, omnipresencia y poderío sino con humildad y sencillez ¿por qué? Porque Él respeta nuestra libertad y quiere que nosotros lo acojamos libre y voluntariamente y no por presiones o intereses de ningún tipo. Dios se ha hecho pequeño en otras palabras para que nosotros pudiéramos comprenderlo, acogerlo y darle nuestro amor.
Dios entra en la historia, pobre, sin techo, sin hogar, entre pastores. Por tanto, pobres y ricos se arrodillan para adorar a Dios
El entra en la historia entonces pobre entre los pobres, sin techo ni hogar y entre pobres pastores, no había lugar para María y para José lejos de los centros de poder de lujo y de prestigio. Creo que nadie delante del portal de Belén se siente excluido, ni temer en acercarse a Él y de hecho los pastores pobres y los reyes magos por lo tanto los pobres y los ricos se arrodillan de la misma manera para adorar al niño Dios.
Los salvados por Cristo deben gozar de la vida digna, donde no hay nada excluido o marginado
Esto no sería posible si hubiera nacido en los palacios de Herodes o de los poderosos, allí solo hubieran entrado los ricos, los que cuentan en la sociedad. Gracias a ese niño el Emanuel, Dios con nosotros, el mundo se ha vuelto la casa común de todos, donde nadie es extranjero o no debería serlo. Donde todos como salvados por Cristo merecen respeto de su persona, de su ser, de sus derechos y donde todos deben gozar de la vida digna, donde no hay nada excluido o marginado.
El misterio del hijo de Dios nacido en Belén nos enseña que es en la historia de cada día, también nuestra historia personal en los gestos pequeños y cotidianos que se juega nuestra capacidad de reconocer al Señor, de acogerlo y de amarlo.
La tierra ha sido santificada por la presencia del niño Dios
Por cierto, en nuestra tierra todos somos peregrinos, nadie está aquí para siempre y estamos de paso, pero el niño Dios nos hace sentir como en casa porque la tierra ha sido santificada por su presencia y es santificada todavía por su presencia.
En verdad después de dos mil años en nuestro mundo todavía hay demasiadas iniquidades e injusticias, dolores y muertes inocentes, por eso no hay que cansarse de luchar para que de verdad se vuelva una casa acogedora que brinda pan amor y paz para todos.
En este día Santo, no solo la alegría de los pastores sea elevada al cielo sino el coro exultante de la multitud de los ángeles y nosotros nos hemos unido a la entrada de esta eucaristía cantando la alegría de los ángeles que alababan y agradecían a Dios, Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres amados por Él.
Y nosotros hoy nos unimos a todos ellos con gozo exultante, alabando la gloria de Dios porque Él con gran amor nos ha enviado a su hijo para liberarnos de la esclavitud del mal y sobre todo para traernos una vida nueva y una vida que no tiene fin.
Dios nos hace tomar conciencia de cuan preciosa es la vida de cada ser humano
En ese niño tan pequeño, en ese niño Dios todos nos sentimos amados, todos nos sentimos acogidos, todos somos preciosos y únicos ante los ojos del creador. Saber que Dios nos ama a todos nos hace tomar conciencia de cuan preciosa es la vida de cada ser humano, desde su primer instante de la concepción hasta su ocaso natural.
Renovemos nuestro compromiso con la vida de todo ser humano, pero también de toda la creación
San Ireneo decía al respecto, la gloria de Dios consiste en que el hombre viva y la vida del hombre consiste en la gloria y en la visión de Dios. Esta verdad nos ha animado a no claudicar y renovar nuestro compromiso con la vida de todo ser humano, pero también de toda la creación.
Pensemos cuantos atentados tan solo en nuestro país en contra de la vida y en contra de la creación de la naturaleza, un mundo solidario justo y en paz ya que todos somos hijos amados de Dios y hermanos entre nosotros sin distinción alguna.
Comprometámonos para dejar resentimientos, superar prejuicios y trabajar juntos por el bien común
Como respuesta agradecida a Dios Padre por el regalo de su hijo, hay que comprometernos para reflejar toda regla física y moral para dejar a un lado resentimientos, rencores, intolerancias e intereses personales, superar prejuicios y divisiones y trabajar juntos por el bien común de todos.
Acojamos su paz para convertirnos nosotros también en operadores de paz
Hagamos realidad el canto de los ángeles que hemos cantado como decía al inicio Gloria a Dios en las Alturas y en la tierra paz. Paz es el don que nos trae Jesús el príncipe de la paz y no cualquier paz sino su paz, fruto de su amor y de su entrega a la humanidad, cada vez en la misa lo decimos antes de la comunión: La paz les dejo, mi paz les doy, acojamos su paz para convertirnos también nosotros en operadores de paz.
Llevar el compromiso del perdón de la reconciliación y el amor es urgente en nuestro país
Es un compromiso llevar como testigos alegres y valientes del Príncipe de la Paz, del perdón, de la reconciliación y del amor. Este compromiso es particularmente urgente en nuestro país, a menudo sumido en enfrentamientos y la convulsión, compromiso que se concreta en la práctica de la no violencia y en superar las divisiones y conflictos y dejar a un lado provocaciones y amenazas de toda clase.
Bolivia será una casa para todos si respondemos a las necesidades básicas de todos y cuidamos los bienes no renovables de la creación
Bolivia será de verdad una casa para todos si las energía y medios que se gastan en las luchas y enfrentamientos entre unos y otros se los empleara para sacar de la pobreza a tantos hermanos y hermanas para responder a las necesidades básicas de todos los habitantes y para cuidar de los bienes de la creación, como decía antes, amenazados por la explotación de bienes no renovables, con la destrucción de los bosques y por la contaminación del agua y del aire.
Que el Niño Dios haga sentir el calor de su amor a los huérfanos, personas solas, enfermos, ancianos, privados de libertad, migrantes…
Que el Príncipe de Paz en esta santa navidad traiga dicha, esperanza y paz a ustedes aquí presente a los que nos acompañan en los Medios y a todo el Pueblo de Dios que peregrina en nuestra tierra bendita, en particular que el Niño Dios haga sentir el calor de su amor y cercanía a los niños huérfanos y de la calle, a las personas solas y abandonadas, a los enfermos y a los ancianos, a los privados de libertad, a los migrantes que están lejos de su patria.
No tengan miedo, les traigo una buena noticia, una gran alegría, hoy les ha nacido el Salvador el Mesías, el Señor.