Campanas. ¡Estamos aquí para decirles que no están solos! , la Iglesia de Santa Cruz, está al lado de todos ustedes, dijo el Arzobispo a todo el municipio de Minero, agobiado por el sufrimiento a causa de la Pandemia del Covid – 19.

El miércoles 10 de junio a las 15:30 horas, Monseñor Sergio Gualberti, acompañado de los obispos auxiliares, Mons. Estanislao Dowlaszewicz, Mons. René Leigue, el P. Hugo Ara, los sacerdotes de esta comunidad parroquial, el Párroco de la Parroquia Sagrado Corazón y el Párroco de la Parroquia San Juan Bautista de Bibosi de Saavedra, rezaron el Santo Rosario en la Parroquia San Isidro Labrador de Minero. Se congregaron con la presencia de las Autoridades municipales para expresarles su cercanía y solidaridad a estos hermanos y hermanas que viven en esta localidad y a todos los enfermos que están en los hospitales y en sus hogares. Se elevaron las fervientes oraciones a la Virgen María, nuestra Madre, para que traiga alivio y consuelo a nuestro Pueblo agobiado por el dolor y el sufrimiento a causa de la pandemia del Covid – 19.

¡Estamos aquí para decirles que no están solos! y que la Iglesia de Santa Cruz está al lado de todos ustedes, y de cada uno de los que están sufriendo, y lo hacemos en este ambiente de oración, convencidos que la oración es el don más grande que nos ha dado el Señor para comunicarnos con él. Y el mismo nos decía “pidan y Dios les dará”, “busquen y encontrarán”, “llamen y él les abrirá, porque todo el que pide recibe y el que busca encuentra. Esta tarde le hemos pedido al Señor que nos escuche, que abra su corazón y que de verdad se haga presente en esta Parroquia y en todos los que nos acompañan, dijo el Arzobispo de Santa Cruz.

Así mismo el prelado afirmó que María nos ha hecho experimentar su amor y su cariño de Madre, y asegura que ella camina siempre a nuestro lado, que nos lleva de la mano para animarnos y mirar al futuro con esperanza.
En nombre de la Comunidad de los Frailes Menores Capuchinos, de la Parroquia San Isidro Labrador de Minero, el Hermano Ivica Vrbic, dio la bienvenida y agradeció la presencia y cercanía de Mons. Sergio Gualberti, los Obispos Auxiliares y los párrocos de las diferentes Parroquias colindantes con esta localidad, que llegaron hasta Minero para rezar el Santo Rosario y pedir la intercesión de nuestra Madre Santísima, para el fin de esta pandemia.

Exhortación de Mons. Sergio Gualberti
Amados hermanos y hermanas que nos acompañan aquí y los que siguen a través de los medios de comunicación, hemos venido hoy a la Parroquia San Isidro Labrador de Minero, acompañado de los dos Obispos auxiliares, sacerdotes y religiosas, orando junto a ustedes y estamos aquí sobre todo para expresarles nuestra solidaridad en nombre de Jesús nuestro Salvador , y en particular a todas las personas afectadas por esta pandemia, sus familiares, el personal sanitario, las autoridades y todos los que sufren, le expresamos nuestro cercanía, nuestro afecto y sobre todo nuestra oración.

¡Estamos aquí para decirles que no están solos! y que la Iglesia de Santa Cruz está al lado de todos ustedes, y de cada uno de los que están sufriendo, y lo hacemos en este ambiente de oración, convencidos que la oración es el don más grande que nos ha dado el Señor para comunicarnos con él. Y el mismo nos decía “pidan y Dios les dará”, “busquen y encontrarán”, “llamen y él les abrirá, porque todo el que pide recibe y el que busca encuentra. Esta tarde le hemos pedido al Señor que nos escuche, que abra su corazón y que de verdad se haga presente en esta Parroquia y en todos los que nos acompañan.

Hemos rezado con mucha devoción y esperanza, una oración muy sencilla y muy querida por la Virgen María, el rosario. Nosotros aquí en la puerta abierta del templo parroquial y ustedes presentes espiritualmente, pero también ustedes presentes, gracias a Cristo que es la presencia del ausente y de los lejanos, nadie queda excluido.
Por la intercesión de María nuestra Madre querida, hemos dirigido nuestras oraciones a Dios con la firme certeza que a través de ella, el Señor nos escuche y actúe para nuestro bien.

Con el amor y la mirada de María, hemos contemplado los misterios gloriosos de su Hijo y María nos ha traído la buena noticia que Jesús está vivo y es nuestra vida, el viviente que nos anima a confiar en él, él que se ofrece a cargar en sus hombros nuestras cruces, a levantarnos de nuestras caídas, de nuestros desánimos y hacernos partícipes de la vida nueva de Dios.

En cada decena lo hemos escuchado, hemos confiado en las manos maternas de la Virgen, una intención común, pero también cada uno de ustedes aquí presente y desde sus hogares han puesto ante la Virgen sus propias intenciones y han orado por el bien material y espiritual de toda su familia y del pueblo. Todas estas intenciones a través de María han sido presentadas como una sola oración, orar al Señor y esto tiene mucho más valor y todas se han unido en María, y ella en la advocación de la Mamita de Cotoca, Patrona de nuestra Arquidiócesis a la que tenemos mucha devoción y afecto.

Esta tarde, María nos ha hecho experimentar su amor y su cariño de Madre, nos ha asegurado que ella camina siempre a nuestro lado, que nos lleva de la mano para animarnos y mirar con esperanza al futuro. Tenemos que ir mirando más allá y con esperanza al futuro, tenemos que ir mirando más allá porque siempre durante la noche desde un túnel llega la luz.

Queridos hermanos y hermanas de Minero, agradezcamos a la Virgen María por indicarnos que su Hijos es el único camino hacia Dios, la vida que vence la muerte, la verdad que hace arder hasta los corazones más fríos y tristes y nos une en la lucha de preservar la vida por encima de cualquier otro bien. Esto nos tiene que unir, la vida no es nuestra es un don de Dios, y a Dios nosotros tenemos que devolverla, tenemos que cuidarla. Amén