Campanas 10 de septiembre 2023.- La misa dominical fue presidida por Mons. René Leigue Cesari-Arzobispo de Santa Cruz de la Sierra, en la Catedra-Basílica Menor de San Lorenzo Mártir, el Arzobispo dijo en su homilía: “Evitaríamos tanto desacuerdo, tanto problema, tanto odio, con el otro si también nosotros debemos asumir nuestra responsabilidad en el problema causado” y también nos dice: “El amor a Dios y el amor al prójimo no pueden ir separados, ¿Qué sentido tiene pedir perdón a Dios si estamos mal con los demás?”
Concelebró el Vicario de Comunicación y Rector de la Catedral, P. Hugo Ara y el P. Osvaldo Peña, asistieron los feligreses de Santa Cruz y catequistas.
Al finalizar el Arzobispo, invito a la Expo biblia en el mes de la Biblia, que se realiza en el Parque Urbano organizado por la Comisión Arquidiocesana de Catequesis y Biblia.
“Si tiene problema con alguien, ve y búscalo en privado. Si te escucha habrás ganado a tu hermano”
“Dios nos da otras soluciones: Si esta persona, no escuchan ni a dos personas, entonces busca un grupo, sino comunícalo a la comunidad”
“Evitaríamos tanto desacuerdo, tanto problema, tanto odio, con el otro si también nosotros debemos asumir nuestra responsabilidad en el problema causado”
“El Señor nos dice no hagas a nadie lo que no quiera que te hagan”
“La oración es fundamental para la conversión del hermano”
“El amor a Dios y el amor al prójimo no pueden ir separados, ¿Qué sentido tiene pedir perdón a Dios si estamos mal con los demás?”
“¿Es humillarse reconocer nuestros errores? No es humillarse, es ser persona como tal, como Dios nos creó”
“Lo que contamina a la persona no es lo que entra en la persona, sino lo que sale de la persona. Porque lo que sale es lo que vive, es lo que siente, es lo que ve”.
“Si tú no hablas con esa persona, no le corriges, no le ayudas, entonces tú te vuelves cómplice”
“Cada domingo el Señor, algo le está diciendo a usted. Debe ser una frase para vivirlo en la semana, para ponerlo en práctica”
“Si respetamos a Dios también respetemos la naturaleza”
“¿No nos damos cuenta que somos nosotros que cada vez estamos arruinando la naturaleza y las consecuencias cada vez son más graves?”
“Cuidemos el medio ambiente, cuidemos la naturaleza, cuidemos la vida”
“No estamos cuidando la naturaleza, lo que Dios nos regala”
******
Homilía Arzobispo Metropolitano de Santa Cruz de la Sierra
Mons. Rene Leigue Cesari
Domingo 10 de septiembre 2023, Catedral –Basílica Menor San Lorenzo
“Si tiene problema con alguien, ve y búscalo en privado. Si te escucha habrás ganado a tu hermano”
Hoy, nos habla la lectura de un tema fundamental en nuestra vida. La corrección fraterna. Este tema del cual nos habla hoy la lectura. Es un tema que muy poco lo practicamos. Es un tema que nos cuesta. Y a veces pensamos que, ¿para qué hacerlo si los otros no lo hacen? ¿Por qué tengo que hacerlo yo? Nos quedamos a veces con eso y no lo practicamos. Y sin embargo es parte central en nuestra vida. ¿Quién no ha escuchado el Evangelio? Jesús dice, si tu hermano peca contra ti, ve y corrígelo en privado. Fundamental esto. Porque el problema no siempre viene de un grupo. A veces entre dos personas. El Señor aquí dice, si tiene problema con alguien, no tiene por qué ir contándolo por aquí y por allá. Si tiene problema con alguien, ve y búscalo en privado. Habla con él o con ella. Háblalo. Porque el problema es de los dos. No tiene por qué enterarse otra persona más. El Señor es el consejo que nos da y si te escucha, dice, habrás ganado a tu hermano.
“Dios nos da otras soluciones: Si esta persona, no escuchan ni a dos personas, entonces busca un grupo, sino comunícalo a la comunidad”
Evitaríamos tanto desacuerdo, tanto problema, tanto odio, con el otro si hiciéramos esto que dice el Señor. Y justamente eso, Él sabe, nos conoce a nosotros. Y sabe que, si nosotros no hacemos eso, nos quedamos muchas veces con ese rencor, con esa rabia. Y después a veces es difícil volver atrás. ¿Cuántas personas están enfermas hoy de esto? Del odio. No soportan a los demás. No quieren escuchar al otro porque hay problemas. A veces se empieza con uno, pero después se expande. Entonces se sienten así, enfermas de eso. Se sienten odiadas esas personas. Se sienten incapaces de hablar con los demás. Entonces el Señor dice, habla, y si lo logras, ha ganado a un hermano. Si no te escucha, porque también pasa eso, si no te escucha, busca a una persona más. Decir, no, no, porque a veces podemos dar ese paso, hablar con esa persona, pero no nos va a escuchar. Entonces busca a una persona más, pero no ir a comentarlo a todos, a veces nos quedamos con eso. Ya yo di el paso, ya yo busqué cómo solucionar esto, pero no he tenido resultado. Nunca más le hablo. Nunca más le hablo. El Señor aquí dice, no, hay otra opción más. Anda y busca a una persona más para que vayan y hablen con él. Y si no escuchan ni a dos personas, entonces busca un grupo, comunícalo a la comunidad. Pero tampoco decir, bueno, ahora ya yo no hablo más con esta persona y me voy y lo comento a todo el mundo, que sepa quién es esta persona. A veces esa es la venganza que buscamos, queremos hacer mal al otro. Queremos que se entre en todo como esa persona.
“También nosotros debemos asumir nuestra responsabilidad en el problema causado”
Y muchas veces el problema viene que nosotros le hemos provocado. Y eso a veces nos cuesta reconocer también. Nosotros muchas veces provocamos el problema, pero se lo echamos al otro. Queremos que el otro sea el culpable de esto. No asumimos nuestra responsabilidad. Por eso es que yo digo, no, por ejemplo, si alguien le insulta con una palabra, ¿usted con cuántas palabras responde de insulto? Y después dice, no fue él que empezó, fue él el que empezó. Pero usted, ¿con cuántas palabras respondió a ese insulto? Eso no lo cuenta y sin embargo, quizás es más culpable todavía.
“El Señor nos dice no hagas a nadie lo que no quiera que te hagan”
Esto es que no sabe el Señor, es la corrección fraterna. Pero no se olvide lo que ellos dicen, no hagas a nadie lo que no quiera que te hagan. Si eso cumplimos también, pues seremos felices, ¿no? Y así el Señor va hablando.
“La oración es fundamental para la conversión del hermano”
La oración también es fundamental. Desde donde hay dos reunidos en mi nombre, yo estaré en medio de ellos. El Señor nos dice, oren por sus enemigos, oren por ellos. ¿Lo hacemos? ¿Oramos por nuestro enemigo? Si lo hacemos, a lo mejor pedimos que le vaya mal, ¿no? Salvando nuestras responsabilidades de orar, pedimos que le vaya mal y todo eso. Tampoco es lo que nos dice el Señor. Oren por su conversión del otro. Oren para que le vaya bien, oren para que piense mejor en decir las cosas. Oren para que no siga dañando a los demás. El Señor a eso nos invita. No a pedir para que se hunda, para que se pudra ahí. No, pidamos por su conversión para que siga haciendo las cosas mejor.
“El amor a Dios y el amor al prójimo no pueden ir separados, ¿Qué sentido tiene pedir perdón a Dios si estamos mal con los demás?”
¿Qué nos dice San Pablo? El amor no es un amor de la muerte, es un amor de la vida. El amor no hace mal al prójimo, el amor es la plenitud de la ley. El amor a Dios y el amor al prójimo no pueden ir separados. Si yo creo en Dios y confío en Él y le pido perdón, Él también nos dirá, yo te perdono pero también pídale perdón a tu prójimo. Es ahí donde tiene que arreglar bien las cosas. ¿Qué sentido tiene pedir perdón a Dios si estamos mal con los demás? Ahí no volvemos como Él mismo lo dice, ¿no? Hipócritas. A veces que queremos aparentar de que somos personas de fe, somos personas que estamos siempre pendientes de lo que Dios dice, nos arrodillamos pero después hacemos otra cosa, no perdonamos que es lo peor. Entonces el amor a Dios tiene que derramar en el amor al prójimo.
“¿Es humillarse reconocer nuestros errores? No es humillarse, es ser persona como tal, como Dios nos creó”
San Pablo nos dice también, es inevitable pasar por alto los problemas. Y es inevitable que no caigamos en problemas. Todos lo sabemos, como humanos que somos, lo sabemos esto. Pero no por eso vamos a decir, es que yo soy así, es que yo no puedo más, es que yo soy capaz. Peor todavía cuando se llega hasta esto decir, ¿yo qué voy a pedir perdón a esta persona? Y sale esa palabra, ni loco. ¿Voy a pedirle perdón a esta persona? Ni loco. No estoy mal para ir a hacer eso. No me voy a humillar. ¿Es humillarse reconocer nuestros errores? No es humillarse, es ser persona como tal, como Dios nos creó. Pensar de que yo como humano, como persona, cuántas veces también he fallado. Cuántas veces también he fallado. No soy quien para cerrarme ahí y no poder algo en perdonar o pedir disculpas. No voy a humillar. Sale esa frase, ¿no? Y por eso es que cada vez sale más problemas y más problemas. Nuestra sociedad misma en la que vivimos, tanto problema. En algunos se ve que hay tanto odio. Tanto odio que cada vez que hablan sacan todo eso que llevan dentro.
“Lo que contamina a la persona no es lo que entra en la persona, sino lo que sale de la persona. Porque lo que sale es lo que vive, es lo que siente, es lo que ve”.
Jesús también nos ha dicho, lo que contamina a la persona no es lo que entra en la persona, sino lo que sale de la persona. Porque lo que sale es lo que vive, es lo que siente, es lo que ve. Si una persona vive en paz, eso es lo que vota. Paz. Habla con lo demás con esa tranquilidad, con esa paz que tiene. Si una persona vive con odio, con rabia, eso es lo que vota. Cada vez que abre la boca, se nota, ¿no? Se nota. Y de eso vemos en nuestra sociedad ahora. Personas que cada vez que hablan pensando en lo demás. Pensando en lo demás, es siempre buscando cómo dañar. Buscando, diciendo cosas, inventándose cosas.
“Si tú no hablas con esa persona, no le corriges, no le ayudas, entonces tú te vuelves cómplice”
El Señor nos habla de otra manera. La primera lectura, por ejemplo, algo que es fundamental y para tomarlo en cuenta y que eso no siempre lo vivimos. Dice, si tú hablas para advertir al malvado que abandone su mala conducta, el malvado morirá por su culpa. Pero a ti te pediré cuenta de su sangre. Si tú no hablas con esa persona, sabe que esa persona está mal, sabe lo que está haciendo. Si tú no hablas con esa persona, no le corriges, no le ayudas, entonces tú te vuelves cómplice. Y por eso aquí dice, yo te pediré cuenta de eso. Yo te pediré cuenta de eso. Y nosotros a veces, cuántas veces nos convertimos nos volvemos cómplices en muchos casos, pues es que si yo le digo algo, ¿qué me va a decir? O a veces pensamos con nuestro propio amigo también, es que es mi amigo, es que es mi amiga. Yo sé que está viviendo así, yo sé qué es lo que hace, pero si él lo digo se va a enojar conmigo, no quiero perder su amistad. ¿Es correcto esto? Si de verdad queremos a nuestro amigo, entonces dígamosle las cosas como son. Porque si no, más adelante lo vamos a lamentar. Yo sabía esto, pero no fui capaz de dírselo. ¿Para qué lamentarse después? Es su momento, hay que advertirlo y eso es lo que dice aquí la lectura, Si tú no hablas con esa persona para advertir el mal que está haciendo, yo te pediré cuenta de eso. Si tú en cambio adviertes al malvado para que se convierta de su mala conducta y él no se convierte, él morirá por su culpa, pero tú habrás salvado tu vida. ¿Te acuenta esto que dice el Señor? Si tú sabes que alguien está mal y no se lo dices, te vuelves cómplice y al final el Señor te pedirá cuenta de eso. Pero si tú hablas con esa persona, te advierte del problema y al final esa persona no es capaz de hacer las cosas mejor, al final tú te salvarás porque tú se lo has dicho y ya queda culpable la persona que no quiso escucharte. Entonces, ¿ves qué importante esto? No es la corrección fraterna. Esto no es la corrección fraterna y el Señor nos va diciendo de qué manera hacerlo. Por eso es que le decía al principio, ojalá escuchemos la voz del Señor. Si le escucháramos a Él, ¿qué diferente sería nuestra vida? ¿Qué diferente sería nuestra relación con los demás? Pero justamente porque no le escuchamos al Señor y hacemos nuestra propia idea, nos comportamos de manera muy diferente pensando en nosotros mismos y que tenemos problemas. Cada vez que escuchemos al Señor, meditemos su palabra. La iglesia es lo que anuncia.
La iglesia anuncia la palabra de Dios. Por lo tanto, algunos a lo mejor se sienten afectados por aquello y piensan que se le está diciendo directamente a esta persona. Por eso es que dice, ustedes no nos ayudan, ustedes no están con nosotros, ustedes son una oposición de nosotros, ustedes no sé qué. Porque cada uno en conciencia sabe qué es lo que está haciendo. Y muchas veces el Señor nos ataca por ahí. Nos sentimos como que somos personas que estamos en contra de aquello. No, es el Señor que le está diciendo, tú estás haciendo estas cosas, tú te estás comportando de esta manera.
“Cada domingo el Señor, algo le está diciendo a usted. Debe ser una frase para vivirlo en la semana, para ponerlo en práctica”
¿Cuántas veces he escuchado a alguna persona que dice, la lectura de hoy parece que el Señor me ha hablado a mí, me lo ha dicho a mí directamente, me lo ha dicho a mí directamente, me he sentido identificado. Esa es la palabra del Señor, que le habla directamente, a cada uno nos habla. No nos habla así a todos, nos está diciendo a cada uno de nosotros, tú eres así y tú deberías hacer esto. Y si tú me escuchas, verás que vas a hacer las cosas mejor. Eso es lo que nos dice hoy la lectura, ¿no? Esta sociedad está así como está porque no le escuchamos al Señor. Y si le escuchamos, salimos afuera y nos olvidamos lo que nos dijo. Yo les invito a ustedes que, en verdad, hagan esa práctica, hagan ese esfuerzo de llevarse algo de lo que el Señor le dice cada domingo que vienen a la misa. Cada domingo el Señor, algo le está diciendo a usted. Debe ser una frase para vivirlo en la semana, para ponerlo en práctica, para que no se quede solamente, ¡qué bonita la lectura de hoy! ¡Qué bonita la revelación de hoy! Pero ¿qué te dijo? Ah, no, ya me olvidé, no sé qué es lo que dijo, pero bonito. No quedemos con esa charla así, sino realmente llevemos la palabra del Señor. ¡Ojalá escuchemos la voz del Señor!
“Si respetamos a Dios también respetemos la naturaleza”
En este mes de la Biblia, ¿cuánto más el Señor nos habla? Lean la Biblia, ahí van a encontrar lo que el Señor quiere de cada uno de nosotros. Eso le va a ayudar, porque el Señor es el que quiere ayudarnos a hacer las cosas mejor cada vez, para que nos respetemos entre nosotros, si respetamos a Dios también entre nosotros, si respetamos a Dios también respetemos la naturaleza.
“¿No nos damos cuenta que somos nosotros que cada vez estamos arruinando la naturaleza y las consecuencias cada vez son más graves?”
Pecado grave que estamos cometiendo a lo mejor es el no respetar lo que Dios crea, lo que Dios ha creado, la naturaleza, por ejemplo, lo que se está viviendo en otro departamento, la sequía, que a veces podemos estar achacando, es que no llueve, a lo mejor hasta Dios se lo pueda achacar esto, que no lanza la lluvia. A lo mejor hasta Dios se lo pueda achacar esto, que no lanza la lluvia. ¿No nos damos cuenta que somos nosotros que cada vez estamos arruinando la naturaleza y las consecuencias cada vez son más graves? Hablamos de tanto el medio ambiente que hay que cuidar, lo estamos haciendo, no será parte de eso ahora que se está sufriendo ya en los departamentos, y aquí no es que estamos fuera de todo eso, Santa Cruz también, se puede causar todos estos problemas, porque no estamos cuidando, hay tanta tala de árboles, tanta quemazón ahora, por ejemplo, la de la Chiquitania, la parte verde, la parte que atrae la lluvia, lo estamos destruyendo, ¿no es eso el mayor pecado que estamos cometiendo con la naturaleza? Y con los problemas que estamos viviendo ahora, falta el agua en algunos lugares, y aquí mismo, en el Amboró, ¿se quiere destruir donde está el agua? Eso es lo que tenemos que pensar nosotros.
“Cuidemos el medio ambiente, cuidemos la naturaleza, cuidemos la vida”
Cuidemos la naturaleza, cuidemos el agua que es fundamental, ya lo hemos dicho, la carretera es fundamental, pero hay otro lugar por donde se le puede dañar esa parte, que se sigue insistiendo y está latente ahí, de algunos que dicen que van a bloquear para que la carretera sea por donde ellos quieren, yo creo que no es el caso. Cuidemos el medio ambiente, cuidemos la naturaleza, cuidemos la vida.
“No estamos cuidando la naturaleza, lo que Dios nos regala”
El agua es fundamental para nosotros, se le pediría a esta persona que reflexione, que camino seguro que va a haber, y esa es la propuesta que hay, entonces no se empeñe solamente en concentrarse en una parte, ¿por aquí? ¿por qué por aquí? Porque nos conviene, nada más, a unos cuantos les conviene, ¿y los demás qué? ¿el agua que tenemos ahí qué? Es el mayor pecado que estamos cometiendo en este tiempo. No estamos cuidando la naturaleza, lo que Dios nos regala, pidámosle a la Señor que nos ayude, para que podamos reconocer que Dios es tan grande y tan bueno con nosotros, que nos da todo, y nosotros no siempre respondemos con el mismo amor, Dios es amor, respondámosle con lo mismo, con el amor entre nosotros, el amor a la naturaleza, el amor a todo lo que nos ha dado. Que así sea.