Campanas 13 de agosto.- La misa dominical fue presidida por Mons. René Leigue-Arzobispo de Santa Cruz de la Sierra, El Arzobispo dijo: “Dios siempre está ahí, para darnos la mano”, “no podemos ser hombre, mujer de poca fe” y también nos recuerda: “Solos no podemos caminar, necesitamos de la presencia y la ayuda de Dios”.
Así mismo el Arzobispo nos dice: “Cuantos, no quisieran que la iglesia se hunda”, “hay personas, que, en momentos de dificultad de la iglesia, no quieren ser parte de la iglesia”, también nos interpela “La iglesia es humana y al mismo tiempo es pecadora”.
Concelebró el Vicario de Comunicación y Rector de la Catedral, P. Hugo Ara y el P. Osvaldo Peña, asistieron los feligreses de Santa Cruz.
“Pidamos al Señor que nos ayude cada día, a entender, a comprender y a estar seguro de que Dios, no, nos falta”.
“No podemos caminar solos siempre necesitamos la presencia del Dios”
“Señor sálvame”, Jesús está ahí, le da la mano, mientras le decía: “Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?
“Le he pedido a Dios, y parece que no me escucha, y ahí donde decimos: “yo quiero experimentar, irme solo”
“Hay personas, que, en momentos de dificultad de la iglesia, no quieren ser parte de la iglesia”
“La iglesia es humana y al mismo tiempo es pecadora”
“Cuantos, no quisieran que la iglesia se hunda”
“La confianza en el Señor, en los momentos de dificultad, momentos de problema en la Iglesia”
“Jesús dialogaba con el Padre a través de la oración”
“El lugar de Dios es un momento de brisa, un momento de silencio, un momento de paz, de tranquilidad, ahí realmente lo vamos a encontrar a Dios”
“A Dios lo encontramos en un momento de paz”
“Pidamos al Señor que nos ayude cada día, a entender, a comprender y a estar seguro de que Dios, no, nos falta”
Homilía Mons. René Leigue, Arzobispo de Santa Cruz de la Sierra
Santa Cruz, 13 de agosto 2023
“Señor sálvame”, Jesús está ahí, le da la mano, mientras le decía: “Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?
Hoy, escuchamos las lecturas y ese grito de Pedro: “Señor Sálvame”. En el Evangelio hemos escuchado: “Después de la multiplicación de los panes, Jesús obligó a los discípulos que subieran a la barca y pasaran antes que Él a la otra orilla, mientras Él despedía a la multitud y luego de eso se va a orar”; parece que la oración de Jesús no era corta no, porque dice a la madrugada, sigue a los discípulos y se va caminando sobre el agua. Los discípulos estaban ya en problema en la barca, con el viento que azotaba, con las olas que estaban fuertes también, y “los discípulos al verlo caminar sobre el mar, se asustaron. “Es un fantasma” dijeron, y llenos de temor se pusieron a gritar”; sin embargo, Pedro siempre tomando la delantera, Pedro quiere probar si es Jesús, y le dice a Jesús: “Señor si eres Tú, mándame ir a tu encuentro sobre el agua”. “Ven”, le dijo Jesús. Y que pasa Pedro se lanza con todo, y en un momento dado empieza hundirse por el viento y las olas, gritó: “Señor sálvame”, Jesús está ahí, le da la mano y le dice ven, mientras le decía: “Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?
“Sabemos que la barca es el mundo, la barca también es la Iglesia”
Qué bonito un episodio de esa manera, pero que nos quiere decir con todo esto. Sabemos que la barca es el mundo, la barca también es la Iglesia. ¿Cuántas veces la iglesia está en dificultades, está en problemas?, ¿Cuántas veces quiere hundirse?, o al menos el mal quiere que se hunda, porque para algunos la iglesia es molesta, la iglesia no debería manifestarse como tal, la iglesia no debería meterse en algo que no le corresponde, cuántas veces escuchamos esta frase: “Cuanto no quisiera que la iglesia se hunda”, pero ahí está el Señor, para salvarnos y en esos momentos fuertes, de sacudida, momentos muy tensos que vivimos dentro de la Iglesia, es ahí donde nosotros tenemos que decir igual que Pedro, “Señor salvamos”, y ahí está el Señor para salvarnos, ahí está el Señor para darnos una mano, es decir que nosotros solos no podemos seguir adelante.
“Le he pedido a Dios, y parece que no me escucha, y ahí donde decimos: “yo quiero experimentar, irme solo”
Los discípulos caminaron solos, se fueron delante de Jesús, en un momento dado viene esa turbulencia, y ellos tienen miedo, con la presencia de Jesús todo se calma y todo va en orden, eso también es la experiencia de nosotros, o al menos deberíamos tener esa experiencia con Él. ¿Cuántas veces nosotros queremos caminar solos? ¿Cuántas veces, nos cansamos, porque nos siempre, encontramos lo que queremos? Cuántas veces decimos: “Le he pedido a Dios, y parece que no me escucha, y ahí donde decimos: “yo quiero experimentar, irme solo”. El hijo prodigo, por ejemplo, quería salir de la casa del padre, para irse sólo para experimentar de la vida, y no siempre han podido caminar solos y eso también nosotros tenemos que tener esa experiencia y que marce en nosotros que no podemos ir solos por nuestra cuenta, podemos caminar, podemos hacer cosas a lo mejor, pero no siempre llega a buen término. Entonces es ahí, que tenemos que acudir a Dios, y gritar también “Señor, sálvame”, pero también estar presto al reproche del Señor, “hombre o mujer de poca fe”, ¿por qué dudas? … ¿por qué dudas?
“La iglesia sabemos que está formada de personas, que somos nosotros”
Nosotros a veces cuando hay momentos muy complicados en la iglesia, algunas personas, también han dudado, cuando hay momentos de turbulencia en la Iglesia, hay personas que dudan, a lo mejor también dicen para que estar dentro de la iglesia, para que ser parte si hay tantos problemas, ve lo que está pasando, ve lo que está sucediendo, a lo mejor también han tomado la decisión de hacerse a un lado, para decir no quiero pertenecer a esta iglesia.
La iglesia sabemos que está formada de personas, que somos nosotros, personas santas, y a l mismo tiempo pecadoras, que a veces nos dejamos llevar por nuestras ideas, o nos dejamos llevar por otras cosas, que están fuera del pensamiento de Dios, pero no significa que nos hemos alejado, no significa que estamos enemistados con Dios, pero si experimentamos esos momentos, y a lo mejor hay personas que dicen eso: “para que continuar aquí”, y algunas personas se alegran, cuando hay estos problemas: “ve la iglesia lo que dice, lo que hace, no hay coherencia”; se alegran por eso.
“Hay personas, que, en momentos de dificultad de la iglesia, no quieren ser parte de la iglesia”
Hay gente que se opone a la iglesia, pero a veces sólo ve lo contrario, que la iglesia es una oposición, sin embargo, lo contrario, hay gente que se opone a la iglesia, porque no quiere escuchar lo que dice la iglesia, no quiere ser parte de lo que hace la iglesia.
Nosotros sabemos de lo que dice y hace la iglesia no es por cuenta propia de nosotros, es un mandato del Señor, es Dios que nos dice que tenemos que hacer y de qué manera tenemos que hacerlo, es Él, el que nos guía, es Él, que está ahí delante, es Él que nos está diciendo, esto hay que hacer y esto hay que evitar, tenemos los mandamientos, por ejemplo, ahí nos está diciendo que tenemos que hacer, que tenemos que evitar, eso es lo que nos muestra el Señor aquí, es decir que nosotros solos no podemos caminar, tenemos que estar con el Señor.
“La confianza en el Señor, en los momentos de dificultad, momentos de problema en la Iglesia”
En estos momentos cuando hay problemas en la iglesia, también deberíamos sentir ese dolor que Pablo ha sentido, él dice: “Siento dolor, siento tristeza en mi corazón”, nosotros también en esos momentos difíciles de la iglesia, sentimos lo mismo…sentimos lo mismo. Pero ahí está la confianza en el Señor, Pablo también se lamenta, muchos podrían estar cerca del Señor, pero no lo están, muchos podrían estar firmes en la fe, pero no siempre son así, eso es la iglesia; humanos como somos, hay momentos que estamos tan decididos como Pedro, a caminar a irnos solos, a hacer las cosas por nuestra cuenta, y sin embargo nos damos cuenta que no podemos caminar de esa manera, solos, “siempre necesitamos la presencia de Dios”, y cómo tenemos que encontrarnos con Dios, por una parte ya Jesús nos da esa muestra: “la oración”.
“Jesús dialogaba con el Padre a través de la oración”
La oración no sólo de un momento, sino siempre, la oración no sólo de un ratito, sino que realmente encontremos ese gusto de dese diálogo, de ese encuentro con el Señor. Jesús pasaba, horas y horas en diálogo con su Padre, ¿qué le decía? ¿qué dialogaba? No lo sabemos, pero SI, lo que estamos seguros, es que cuando Él dice: “Que esta enviado por el Padre para hacer las cosas que hace”, no hacia las cosas así por así, sino que, con ese diálogo en la oración con el Padre, Él iba haciendo lo que le correspondía hacer.
Jesús nos invita a eso: “Siempre la oración”, a veces no vamos a encontrar a Dios en los momentos turbulentos, escuchamos la primera lectura la experiencia de Elías: “sopló un viento huracanado, pero el Señor no estaba en el viento. Hubo un terremoto. Pero el Señor no estaba en el terremoto, después del terremoto, se encendió el fuego, pero en el fuego no estaba Dios”. Pasaron momentos difíciles, y ahí no estaba Dios. ¿Dónde se lo encontró a Dios? En un momento de calma, una brisa suave, allí se lo encontró a Dios, allí encontró Elías a Dios.
“El lugar de Dios es un momento de brisa, un momento de silencio, un momento de paz, de tranquilidad, ahí realmente lo vamos a encontrar a Dios”
Nosotros también, cuántas veces queremos encontrar a Dios, en esos momentos difíciles que estamos pasando, de verdad, no lo encontramos ahí; porque no es el lugar de Él. El lugar de Dios no son esos momentos tan complicados, lugar de Dios es un momento de brisa, un momento de silencio, un momento de paz, de tranquilidad, ahí realmente lo vamos a encontrar a Dios. Muchas veces nosotros en esos momentos fuertes, queremos encontrar la respuesta de Dios, no la vamos a encontrar de esa manera. Porque ni nosotros mismos estamos bien, ni nosotros mismos no sabemos qué hacemos y que hacemos, en ese momento no lo vamos a encontrar a Dios; entonces busquemos un espacio, un momento de tranquilidad de paz para ese diálogo con el Señor.
“Pidamos al Señor que nos ayude cada día, a entender, a comprender y a estar seguro de que Dios, no, nos falta”
Hoy a eso nos invita la lectura, a no apartarnos de Dios, y a estar siempre en oración y no olvidemos que solos no podemos caminar, necesitamos de la presencia y de la ayuda de Dios, y ahí está Él para darnos la mano, y para decirnos: “Ven”, caminemos, no tengas miedo, yo estoy aquí, pero también los reproches que podemos encontrar: “hombre, mujer de poca fe”. “porque dudas”, pidamos al Señor que nos ayude cada día, a entender, a comprender y a estar seguro de que Dios, no, nos falta. Dios está siempre con nosotros, nosotros nos podemos apartar de Él, pero Él no, de nosotros. Que el Señor nos acompañe y que siempre podamos estar seguros y gritarle “Señor Salvamos”. Qué Así sea.