Campanas. Desde la Basílica Menor de San Lorenzo – Catedral, este domingo 16 de octubre, a puertas del paro en Santa Cruz de la Sierra, el Arzobispo Metropolitano, Mons. René Leigue Cesarí Exhortó a las autoridades a buscar un Diálogo abierto y Sincero, sin amenazas y condiciones.
En Santa Cruz estamos a la puerta de un paro ¿Y en manos de quién está la solución? “Yo creo que la solución está en manos de quien tiene más poder de decisión y en este caso, el Gobierno. Ahí está la decisión y no hay por dónde perderse en esto, pero sí se anda buscando en quien descargar a veces la ineficiencia que se tiene”, dijo el Prelado.
Así mismo Mons. Leigue afirmó que, el Paro afecta especialmente a los más pobres, si realmente pensamos en ellos, busquen soluciones, pidió el Arzobispo a las autoridades.
También Monseñor René hizo hincapié en los jueces que no les interesa hacer justicia, NO les interesa que alguien esté sufriendo, NO les interesa que una familia esté pasándola mal, por alguien que esté juzgado injustamente
Nunca tenemos que perder la fe en Dios, Dios siempre nos escucha, Dios está ahí para ayudarnos, para levantarnos, para animarnos, y a eso nos invita hoy el Señor, que nuestra realidad está viviendo un momento muy difícil, muy complicado.
También la máxima autoridad eclesial de la Iglesia en Santa Cruz pidió NO politizar el censo, esto no es interés de una región o de unos cuantos, es interés de todos nosotros los bolivianos, dijo.
Que el Señor nos de esa fortaleza y dé sabiduría a nuestras autoridades para que encuentren una solución, finalizó el prelado.
Homilía de Mons. René Leigue Césari
Arzobispo de Santa Cruz de la Sierra, Bolivia
16 de octubre de 2022.
Las lecturas de hoy que hemos escuchado nos invitan a la oración, a la oración permanente, eso nos dice el Evangelio, Jesús enseñó una parábola y aquí nos está indicando que la oración debe ser permanente. Muchas veces nos cuesta a nosotros, nos cansamos de la oración, pedimos algo al Señor y no siempre lo conseguimos, eso es lo que decimos nosotros y la pregunta está ¿Será que el Señor me escucha? ¿Será que el Señor me atiende? Y empezamos a dudar de la respuesta del Señor.
Hoy escuchamos en la lectura, que él tiene su tiempo para escucharnos, en la primera lectura hemos escuchado la historia de Moisés, los Amalecitas tenían problemas con los Israelitas y es ahí donde aparece la figura de Moisés, él le dice a Josué elige algunos hombres y mañana ve a combatir contra Amalec, yo estaré de pie contra la cima del monte, teniendo en mi mano el bastón de Dios. Moisés ayuda de esta manera en este momento de discordia entre dos pueblos, Moisés ayuda con la oración y la lectura dice; mientras Moisés estaba con los brazos en alto en oración, Israel avanzaba, Moisés bajaba los brazos, avanzaba Amalec, esto nos muestra que la oración permanente, la oración constante, la oración sin desfallecer y con esa esperanza en Dios, da resultado, y esto es lo que nos enseña la primera lectura, no se cansen de la oración. Como dice el Papa; Dios no se cansa de perdonarnos, somos nosotros los que nos cansamos de pedir perdón, o no nos acordamos de Dios, es lo mismo también con la oración, Dios está ahí presto para ayudarnos, está atento para acompañarnos, está atento a nuestras necesidades y somos nosotros los que muchas veces nos cansamos en estar en constante relación con Dios. Hay momentos que nos sentimos a gusto con la oración y hay momentos que no lo sentimos, no sentimos esa necesidad de ese encuentro con el Señor, hoy el Señor nos dice; Hay que orar siempre, hay que tener en cuenta que nosotros solos no podemos avanzar, nosotros solos, no podemos desarrollar inclusive aquello que nos proponemos, porque necesitamos algo más, y ese algo más es la fuerza que Dios nos da, ¿y donde encontramos esa fuerza que Dios nos da?, es en la oración, en esa relación con el Señor,
En la segunda lectura, Pablo le hace recuerdo a Timoteo, y le dice; Hijo mío permanece fiel a la doctrina que has aprendido y le hace recuerdo que él conoce y sabe de las escrituras y la escritura le dice, está inspirada por Dios y es útil para enseñar, para corregir y para educar en la justicia.
Hemos acabado el mes de septiembre y hemos ido remarcando que el mes de septiembre es el mes de la Biblia, yo no sé, si ustedes lo han aprovechado, pero no quiere decir que acaba el mes y ya cerramos la Biblia, ya no la leemos, aquí Pablo le hace recuerdo a Timoteo, recuerda lo que has aprendido y sé fiel al Señor, recuerda las escrituras en ella vas a encontrar tú mismo para llenarte de Dios y también poder enseñar, poder también corregir y también educar en la justicia.
El Señor nos invita a que si tenemos esa relación con él y leemos su Palabra, nos vamos a dar cuenta de muchas cosas, especialmente ser justos con los demás a eso es los que nos invita directamente el Evangelio, que nos dice el Evangelio; “Había un juez en una ciudad que ni temía a Dios ni le importaban los hombres”, y en esa misma ciudad había una viuda que pedía justicia y decía, “Te ruego me hagas justicia con mi adversario”, el Señor aquí nos está mostrando una realidad de aquél tiempo, una realidad que él ha visto, una realidad que él ha vivido, pero esa realidad en tiempos de Jesús, no será lo mismo que estamos viviendo hoy en día, aquí doce; este juez no temía a Dios y no respetaba a las personas porque no les hacía justicia y esta señora viuda pedía justicia. Al final el juez, de tanta insistencia de la viuda dice; “Yo No temo a Dios, ni me importa los hombres”, pero como esta viuda me molesta le aré Justicia, para que no venga continuamente a molestarme, este juez ha sido injusto hasta lo último, que es lo que le movió, NO realmente hacer justicia, sino para que no le moleste, si vemos nuestra realidad ahora, será que no estamos viviendo esta realidad, esta situación, hay jueces que no les interesa hacer justicia, NO les interesa que alguien esté sufriendo, NO les interesa que una familia esté pasándola mal, por alguien que esté juzgado injustamente, no le interesa todo esto, y ahí estamos con tantas injusticias en nuestra realidad, eso es lo que este juez decía, no me interesa es un tema de Dios, pero para que no me moleste haré justicia. ¿Qué dice el Señor? Oigan lo que dijo este juez, oigan esta frase: Haré justicia para que no me molesten, y Jesús dice: Y Dios que siempre está ahí escuchándote, ¿será que no hace justicia por ti? Si este juez es malo como tal, ¿será que Dios no te va a hacer justicia en un abrir y cerrar de ojos? Pero para eso tenemos que ser perseverantes en ese encuentro con el Señor, la oración, cuando hablamos de oración, no es un invento solamente de la Iglesia, no es algo que se le dice para molestarlo o no sé cómo lo tomará.
Es una necesidad, ese encuentro, ese diálogo con el Señor y en ese diálogo que hay también viene la confianza, ahí nos habla al final el Evangelio: ¿cuándo venga el hijo del hombre encontrará fe en la tierra? Es la pregunta que termina pues diciendo el Evangelio, es decir en medio de esta realidad que vivimos, en medio de tantas situaciones malas, en medio de tanta desconfianza, ¿será que eso aumenta nuestra fe o nos aleja de Dios? o ¿perdemos la fe?
Creo que nunca tenemos que perder la fe en Dios, Dios siempre nos escucha Dios está ahí para ayudarnos, para levantarnos, para animarnos, y a eso nos invita hoy el Señor, que nuestra realidad está viviendo un momento muy difícil, muy complicado. Aquí en Santa Cruz estamos a la puerta de un paro. ¿Qué complicado no? Por pedir justicia, por pedir algo que no es solamente para una región como es el censo, no es solamente para unos cuantos, ¿vamos a llegar a esta situación? ¿Será que es justo esto? Pero es una realidad, no es justo, pero es una realidad que estamos viviendo, estamos a punto de un paro anunciado. ¿Y en manos de quién está la solución? yo creo que la solución está en manos de aquél que tiene más poder de decisión y en este caso el gobierno. Ahí está la decisión, no hay por dónde perderse en esto, pero si se anda buscando en quién descargar a veces la ineficiencia que se tiene.
Son situaciones que se viven y son problemas que estamos pasando, a veces no asumimos nuestra responsabilidad, y eso es lo que está pasando hoy en día, no se asume la responsabilidad que le toca, se busca alguien en quién descargar el problema que a mí me toca resolverlo y ese es el caso, se habla del diálogo y que tiene que haber un diálogo sincero, nosotros entendemos por diálogo llegar a una mesa a dialogar sin ninguna condición, ahí tiene que haber un diálogo sincero, pero no va haber un diálogo sincero cuando se diga: Venga a dialogar, estamos prestos a dialogar pero esto ya no se mueve, porque esto ya está decidido ¿Qué dialogo hay ahí? ¿Qué dialogo hay? Si ya está una parte decidió y la otra parte quiere buscar una solución, entonces el diálogo tiene que ser abierto y sincero y sin ninguna condición, ahí verdaderamente hay un diálogo, cuando se llega al diálogo se llega a buscar soluciones y entre todos encuentran una solución, ese es un diálogo sincero, de lo contrario estamos como estamos y eso es lo que cada vez escuchamos en muchas ocasiones: Estamos abiertos al diálogo pero esto ya está decidido, venga a dialogar pero esto no se mueve, ¿Qué diálogo hay ahí?.
Si realmente como se dice ahora el paro sabemos eso también, a todos afecta, al menos en esta situación que estamos viviendo, pero si realmente alguien que quiere solucionar y alguien que dice que hay personas afectadas y de hecho lo hay y especialmente los más pobres, si realmente se lucha por ellos pues entonces busquen soluciones, pero la solución no va a estar en la amenaza, si es que hay paro nosotros vamos con las maquinas, vamos con lo otro a sacar. Busquemos antes la solución, antes de ir con máquinas a limpiar todo. Creo que esta es la salida y esta es la solución que hay que buscar, antes de llegar al problema no cuando ya esté el problema y por ahí decir nosotros estamos aquí para luchar contra el mal para hacer las cosas mejor.
Creo que la amenaza de un lado y del otro, no nos ayuda eso en nada y si realmente pensamos en los pobres como se dice, como dice el gobierno, entonces busque solución para no llegar a este problema, para no afectar a una parte que de verdad sufre de esa persona que cada día se busca el pan para vivir.
Que realmente toque el corazón de las autoridades, no dejen que sufran todo esto que se está escuchando la próxima semana. Creo que en eso todos estamos de acuerdo y no debería llegarse a politizar toda esta situación del censo, porque esto no es interés de una región o de unos cuantos, es interés de todos nosotros.
Eso es lo que nos dice hoy la lectura, la oración tiene que ser permanente pero también encontramos estos jueces injustos, estas personas que no quieren solucionar los problemas, personas que están en el gobierno deberían siempre buscar solucionar el problema y no estar con sus amenazas porque eso no es bueno, no ayuda a nadie.
Nosotros como personas que creemos en Dios pues no perdamos esa esperanza, sigamos orando, sigamos confiando de que esto se va a solucionar, pidamos por las personas que en verdad ahora están cerrados, mirándose a sí mismos, que habrá un poquito más allá de la mirada, que realmente lo que dicen lo pongan en práctica, hay personas que lo necesitan.
Y eso depende de las autoridades y depende de nosotros que también pongamos nuestro esfuerzo, no nos cerremos en nosotros mismos, confiemos en la misericordia de Dios, confiemos de quién nos escucha, sigamos orando con esa esperanza para que no surja esto que se viene, el paro que de verdad no ayuda a nadie y no quisiéramos que llegue.
Que el Señor nos de esa fortaleza y dé sabiduría a nuestras autoridades para que encuentren una solución.
Que así sea.