El 26 de agosto se recuerda en Bolivia el Día de las Personas de la Tercera Edad, esto está instituido por Decreto Supremo N° 1421 del 17 de diciembre de 1948, emitido por el presidente Enrique Hertzog Garaizabal y se encuentra ratificado con la declaración de esta fecha como Día de la Dignidad de las Personas Adultas Mayores en todo el Estado Plurinacional de Bolivia de acuerdo a la Ley 369, Ley General de las Personas Adultas Mayores, promulgada por el presidente Evo Morales el 1 de mayo de 2013.
Debemos recoger algunos aspectos de la normativa nacional que aglutina estos y otros fundamentos para garantizar y proteger a las personas adultas mayores. Precisamente, el Artículo 1 de la Ley Nº 369 “tiene por objeto regular los derechos, garantías y deberes de las personas adultas mayores, así como la institucionalidad para su protección”, asimismo, el Artículo 3 establece como principios la No Discriminación, No Violencia, Descolonización, Solidaridad Intergeneracional, Protección, Interculturalidad, Participación, Accesibilidad y Autonomía y Autorrealización.
En el plano internacional las Naciones Unidas, en 1992 definió los principios más importantes a favor de las personas mayores, como tener independencia, participación, cuidados, autorrealización y dignidad de una vida plena.
La vejez es consecuencia de un proceso biológico ineludible que afecta a todo ser humano y que no comienza en ningún momento específico, sino que sucede a lo largo de toda la vida.
Tratar con cariño y respeto a los mayores.
Hay que inculcar a nuestros hijos desde pequeños un gran cariño y respeto por las personas mayores, bien sean sus abuelos, vecinos, conocidos mayores o personas desconocidas que se encuentran en la calle. La pérdida de los valores tradicionales hace que cada vez más las personas mayores sean marginadas, e incluso ignoradas, dando a entender su aparente inutilidad para una sociedad movida solamente por las prisas, el estrés y los valores materiales. Una persona mayor puede aportar experiencia, formación y cultura a los más pequeños. El cariño y el respeto suele tener un efecto “boomerang”; si no lo damos y enseñamos, es difícil que lo obtengamos en un futuro.
Un abrazo profundo y lleno de agradecimiento a todos los adultos mayores, depositarios de nuestros saberes ancestrales, nuestra memoria cultural, como colectividad siempre creciente y autocrítica en un mundo cambiante que exige siempre la mirada que contempla, recuerda y espera su sabio consejo y guía.