Campanas. Considerando los acontecimientos y ante la inminente expansión del Coronavirus, y en la víspera de la solemnidad de la Anunciación del Señor, la presidencia del Consejo Episcopal Latinoamericano – CELAM, invita a todos los Obispo del Continente a realizar un acto de consagración a la Santísima Virgen María, Nuestra Señora de Guadalupe.
Arquidiócesis de Santa Cruz
A las 12:00 horas desde la Catedral: Consagración de América Latina a la Virgen de Guadalupe, en el Altar de la Virgen en la Basílica Menor de San Lorenzo Mártir – Catedral- será transmitida por:
Facebook: Campanas Virtual
Diakonía
Bolivia – Conferencia Episcopal boliviana
El mismo se realizará este miércoles 25 de marzo del presente año 2020, en dos horarios y podrán ser vistos a través de las páginas de la Conferencia Episcopal Boliviana: www.iglesiaviva.net y www.boliviamisionera.com. Además de las páginas de Facebook: Conferencia Episcopal Boliviana, Diakonia Multimedia, Iglesia Viva, Bolivia Misionera.
En los siguientes horarios:
Hora: 12:00 – REZO DEL ÁNGELUS Y CONSAGRACIÓN
Hora: 19:00 – REZO DEL SANTO ROSARIO Y CONSAGRACIÓN
ORACIÓN DE CONSAGRACIÓN
Oración a la Virgen de Guadalupe Santísima Virgen María de Guadalupe, Madre del verdadero Dios por quien se vive.
En estos momentos, como Juan Diego, sintiéndonos “pequeños” y frágiles ante la enfermedad y el dolor, te elevamos nuestra oración y nos consagramos a ti.
Te consagramos nuestros pueblos, especialmente a tus hijos más vulnerables: los ancianos, los niños, los enfermos, los indígenas, los migrantes, los que no tienen hogar, los privados de su libertad.
Acudimos a tu inmaculado Corazón e imploramos tu intercesión: alcánzanos de tu Hijo la salud y la esperanza.
Que nuestro temor se transforme en alegría; que en medio de la tormenta tu Hijo Jesús sea para nosotros fortaleza y serenidad; que nuestro Señor levante su mano poderosa y detenga el avance de esta pandemia.
Santísima Virgen María, “Madre de Dios y Madre de América Latina y del Caribe, Estrella de la evangelización renovada, primera discípula y gran misionera de nuestros pueblos”, sé fortaleza de los moribundos y consuelo de quienes los lloran; sé caricia maternal que conforta a los enfermos; y para todos nosotros, Madre, sé presencia y ternura en cuyos brazos todos encontremos seguridad.
De tu mano, permanezcamos firmes e inconmovibles en Jesús, tu Hijo, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Amén.